La presencia de un pequeño estanque en el que puedan convivir tanto peces como plantas acuáticas siempre supone un valor añadido para un jardín.
Pero puede llegar a resultar difícil decidir la ubicación de esta alberca artificial. En un jardín pequeño tendremos menos lugares idóneos para colocarla y en un jardín grande lo mismo se puede colocar en un lugar aislado como cerca de una zona con arbustos o rocas, e incluso se puede optar por dejarlo cerca de la casa.
A pesar de tener tantas posibilidades, hay varias razones que justifican un emplazamiento cercano a la vivienda:
-La primera, y una de las más importantes, es la de poder gozar del espectáculo que supone observar cómo viven, por ejemplo, los peces de colores en un lugar más amplio que los comunes acuarios. Además, el estanque atraerá sobremanera a los más pequeños, cuya zona de juegos puede colocarse en un lugar adyacente, y de esta manera podremos tenerles vigilados desde el interior de nuestra propia casa.
-Asimismo es importante que al estanque pueda llegar con facilidad una tubería que permita llenarlo y aumentar su nivel cuando sea necesario o cuando convenga cambiar el agua por otra más limpia. Ésta es otra razón a favor de un emplazamiento cercano a la casa, ya que será más fácil y barato hacer esta operación.
-También ha de tenerse en cuenta que se pueda llevar hasta el estanque una toma de electricidad, que nos permita instalar unos puntos de luz que lo iluminen por la noche, lo que hará que no sea muy recomendable acercarse a él en las noches de verano porque se encontrará plagado de mosquitos, o para hacer funcionar la bomba.
– Por último, y aunque pueda parecer una ubicación ideal, hemos de tener en cuenta que si colocamos el estanque debajo de árboles sufrirá la falta de luz, se ensuciará con el deshojamiento y además las raíces podrían dañar sus paredes e incluso podrían llegar a ocasionar pérdidas de agua. Además no resulta interesante que lo situemos en un sitio muy umbrío, pues es más fácil que el agua se enturbie.