De glicerina, de avena, con aromas, de formas diversas o con relieves. Para regalo o para uso personal. La elaboración casera de pastillas jabón al estilo tradicional de las abuelas es una práctica ecológica, ya que se fabrica a partir de sustancias naturales, como grasas animales y vegetales. Es una forma de reutilizar el aceite de las frituras y, con ello, contribuir a la protección del medio ambiente.
Cómo hacer un jabón aromático
Para elaborar un jabón aromático se necesitan: 250 g de escamas de jabón especial para prendas delicadas, 60 g de miel, 2 cucharadas de aceite de maíz y 2 cucharadas de aceite esencial de clavo o de cualquier otro aroma, como lavanda, limón o romero.
En un cuenco resistente al calor, se vierten las escamas de jabón, la miel y el aceite de maíz. A continuación, se calienta el cuenco al baño María dentro de un cazo con agua caliente, a fuego lento durante 15 minutos. En ese tiempo, se remueve la mezcla con una cuchara de madera. Por último, se añade el aceite aromático elegido.
Se puede personalizar la pastilla de jabón con una figura en relieve
Pasado el cuarto de hora, se retira el agua del cazo y en él se junta la mezcla de jabón, miel y aceites. Esta masa se calienta de nuevo al fuego hasta que alcance una consistencia pegajosa. Entonces, se retira el cazo del fuego y se deja enfriar su contenido. Cuando la mezcla esté fría, se amasa con las manos hasta que sea suave y compacta.
Luego se unta el interior de unos moldes con el aceite de maíz y se vierte en ellos la pasta. Para suavizar la cara externa del jabón se pueden extender sobre su superficie, con un pincel, unas gotas de aceite de oliva.
Es posible personalizar la pastilla de jabón con una figura en relieve. Para ello, solo hay que presionar la superficie con una estampilla de madera con un motivo en relieve.
Por último, hay que sacar el jabón del molde y dejarlo secar al menos durante diez días antes de utilizarlo.
Para elaborar un jabón al estilo tradicional y ecológico, como se usaba hace algunos años, se necesitan dos litros y medio de agua, la misma cantidad de aceite usado (de freír), medio kilo de sosa cáustica y un puñado de sal.
Las particulares características del hidróxido de sodio hacen que durante la elaboración del jabón se desprenda una gran cantidad de calor (cerca de 80º) lo que puede provocar quemaduras y lesiones en ojos y piel, por lo que conviene trabajar en una estancia ventilada y usar guantes y gafas protectoras.
Para la elaboración del jabón, se vierte el agua en un recipiente de barro o cristal, nunca metálico, y se diluyen la sosa cáustica y el puñado de sal. Es importante realizar la mezcla en ese orden, primero el agua y después la sosa, porque de lo contrario se podría dar una reacción exotérmica no controlada, algo así como una pequeña explosión. Para remover la mezcla, se tiene que utilizar un palo o una cuchara de madera.
Se añade poco a poco el aceite y se remueve la masa hasta que se obtenga una pasta espesa de color blanquecino. Dado que la reacción química entre la sosa y la grasa dura varios días después de realizar la mezcla hay que dejarla reposar un mes antes de utilizar la pastilla de jabón.
