Selectividad: estudio, comprensión y análisis

Para superar con éxito esta prueba no basta con aprenderse los contenidos, hay que demostrar que se cuenta con la suficiente madurez académica para acceder a la universidad
Por Marta Vázquez-Reina 9 de junio de 2009
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Imagen: sanja gjenero

El mito de la caverna de Platón o la duda metódica de Descartes, la II República o la Guerra Civil. Para aprobar selectividad es imprescindible aprenderse la teoría, pero también es necesario demostrar que se comprende. Y es que esta prueba no es un mero trámite para exponer los contenidos que se han aprendido en Bachillerato, sino que tiene entre sus objetivos primordiales valorar aquellas cualidades que muestran que el alumno posee la madurez necesaria para aprovechar con éxito los estudios universitarios. Capacidad para enjuiciar y razonar o para analizar, sintetizar y expresar ideas son algunas de las destrezas académicas básicas necesarias para superar con nota este examen.

El próximo 1 de junio se dará pistoletazo de salida a los primeros estudiantes que este año se examinan de las Pruebas de Acceso a la Universidad (PAU), más conocidas como selectividad. Durante estos días, más de 165.000 jóvenes pondrán a prueba los conocimientos adquiridos durante el segundo curso de Bachillerato para obtener la llave que les dé acceso a los estudios universitarios de su elección. Las estadísticas juegan a su favor, cerca del 93% de los que se presentan a la selectividad la superan con éxito. Pero esto no es suficiente.

Para ser declarado apto en la prueba basta con obtener una calificación mínima de cuatro puntos en la fase general

Para ser declarado apto en la prueba basta con obtener una calificación mínima de cuatro puntos en la fase general, sin embargo, la calificación final de acceso a la universidad, que se calcula a partir del 40% de la nota obtenida en esta fase y del 60% de la media de las calificaciones de Bachillerato, debe ser igual o superior a cinco, y por tanto, esta nota mínima no garantiza la entrada a los estudios universitarios. Menos aún, si la carrera a la que se quiere optar tiene establecida una nota de corte elevada debido al desajuste entre la demanda de alumnos y la oferta disponible de plazas. En estos casos, los alumnos están obligados a presentarse a también a la fase específica de la selectividad para subir la nota de acceso y poder concurrir con más oportunidades a la adjudicación de plazas.

Más nota, más opciones

Por eso, cuanto mayor nota se obtenga en la prueba de acceso, más posibilidades tendrá el estudiante de elegir estudios universitarios, porque incluso se puede dar el caso de que un excelente expediente de Bachillerato se vea devaluado por unos malos resultados en la selectividad. Esta «paradoja» aparentemente carece de toda lógica, ya que los contenidos que se evalúan en la prueba, tal como establece el Real Decreto que la regula, son los correspondientes al currículo de Bachillerato.

Un excelente expediente de Bachillerato puede devaluarse por unos malos resultados en la selectividad

Pero hay que tener en cuenta que la selectividad no es solo un examen para exponer aquello que se ha aprendido, sino que está concebida como una prueba para valorar la madurez académica de los alumnos, y ésta no se consigue solo con el estudio, sino que es necesario demostrar que se poseen las competencias básicas que permitirán el buen aprovechamiento de las enseñanzas universitarias.

Criterios de corrección

Las comisiones organizadoras de las Pruebas de Acceso a la Universidad que constituyen cada año las distintas administraciones educativas tienen, entre otras, la misión de establecer los criterios generales de corrección de las pruebas. Estos criterios son publicados por cada universidad y enviados a los centros de secundaria, de modo que tanto los profesores como los alumnos los conocen con antelación a la realización de los exámenes. En estos criterios se tienen que enfocar para preparar los contenidos del examen y para abordar de forma correcta los aspectos no teóricos de la prueba.

  • Expresión: por muy dominado que tenga un alumno un tema, si no es capaz de expresarlo de forma escrita será muy difícil que pueda reflejar lo que sabe en el papel. Hay que tener en cuenta que, en el momento de evaluar los ejercicios, los correctores de exámenes de selectividad atienden de forma específica a la claridad en la expresión, la adecuación del estilo, el orden y la coherencia de lo que se escribe. Demostrar riqueza de vocabulario, ser preciso en los conceptos y hacer un buen uso del lenguaje es imprescindible para conseguirlo.

  • Ortografía: las faltas de ortografía pueden hacer que un estudiante suspenda un examen. Es conveniente repasar antes de presentarse a las pruebas las normas ortográficas básicas, vigilar la puntuación y, durante el ejercicio, si se tiene duda ante la forma correcta de escribir un término intentar siempre buscar un sinónimo para expresar la misma idea.

  • Destrezas cognitivas: expresamos y escribimos de forma correcta los contenidos, pero ¿somos capaces de comprenderlos? La comprensión de una materia se evalúa con la valoración de la capacidad de análisis y de síntesis que demuestra el alumno, el modo que tiene de analizar y relacionar los contenidos, así como de emitir juicios y razonamientos propios. En este sentido, es aconsejable evitar expresar impresiones a favor o en contra de una idea sin justificarlo y si se enuncia que se está de acuerdo o en desacuerdo con un punto específico, conviene decir el porqué. Se recomienda terminar los ejercicios (cuando lo permitan) con una síntesis y conclusión final en la que se exprese la opinión personal del estudiante.

    Consejos imprescindibles

    Ser puntual: las pruebas de selectividad se convocan en general media hora antes de que dé comienzo el examen para poder distribuir a los alumnos y repartir los ejercicios. Si el estudiante llega antes de que finalice ese tiempo, es probable que no tenga problema para que le dejen entrar a la prueba, sin embargo, si el retraso provoca que llegue transcurrida esa primera media hora, es necesario presentar un justificante en función del percance que haya sufrido

    Para evitar la impuntualidad, es conveniente realizar al menos una vez el recorrido desde el domicilio hasta el lugar del examen unos días antes y utilizar los mismos medios de transporte que se vayan a usar el día de la prueba, de este modo, se podrá calcular de forma más certera la hora a la que hay que salir de casa para ser puntual. Es recomendable también que el estudiante consulte en los tablones de los centros donde se vaya a examinar (o en sus páginas web si es posible) el edificio y el aula donde le ha tocado realizar la prueba y verifique su ubicación con una visita previa.

    Documentación: para ser examinado de selectividad es imprescindible presentar en el examen un documento de identificación (DNI, pasaporte o carné de conducir) y el justificante de haber abonado las tasas; sin estos documentos no se puede hacer la prueba.

    Materiales: es importante llevar el material necesario para realizar los ejercicios. Dos o más bolígrafos de tinta azul o negra, que son las permitidas y, además, calculadora, material de dibujo o diccionarios en caso de que los ejercicios que se vayan a realizar lo requieran y lo admitan. Hay que recordar que las calculadoras que se permiten no pueden ser programables.

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