Programa Auto-Oil

La UE ha apostado por mejorar los vehículos y combustibles para combatir la contaminación
Por EROSKI Consumer 25 de octubre de 2005

Desde comienzos de los años 90, la Unión Europea (UE) se propuso reducir la contaminación para garantizar el desarrollo adecuado del medio ambiente, por lo que ha ido desarrollando una serie de normas para reducir los efectos nocivos de los carburantes y promover la fabricación de vehículos menos contaminantes. Dentro de esta estrategia se encuentran los programas Auto-Oil (1994) y Auto-Oil II (1998), que han dado lugar a una serie de directivas que obligan a la disminución progresiva de las emisiones permitidas en los vehículos nuevos y los contenidos de ciertas sustancias en gasolinas y gasóleos, así como el establecimiento de medidas de inspección y mantenimiento de los vehículos. Los programas Auto-Oil han sido llevado a cabo conjuntamente por la Comisión Europea (CE) y las asociaciones del petróleo y de fabricantes de coches

Los programas Auto-Oil han sido llevados a cabo conjuntamente por la Comisión Europea (CE) y las asociaciones del petróleo y de fabricantes de coches
. De esta manera, se trataba de establecer un diálogo entre las partes implicadas y que participaran los expertos especializados, para poder garantizar unos resultados basados en la mejor información científica disponible.

En el apartado de los carburantes para automoción, la UE establece sus especificaciones y los métodos de ensayo para realizar sus mediciones. Estas exigencias son revisadas con cierta frecuencia y deben estar de acuerdo todos los estados miembro. En consecuencia, la normativa europea ha fijado una reducción de los valores límites de emisión de ciertos gases contaminantes en los nuevos vehículos, así como una serie de plazos para eliminar o rebajar de la gasolina y el diesel los principales agentes contaminantes, como el azufre, el benceno, el plomo o el dióxido de carbono (CO2). Asimismo, se ha establecido el control de las emisiones de vehículos mediante sistemas que avisan al conductor cuando se produzca alguna anomalía. Por otra parte, se obliga al último usuario y/o propietario a entregar, sin coste alguno, su vehículo al final de su vida útil en una instalación autorizada de tratamiento. Con esta medida se pretende reducir y descontaminar los residuos que van al vertedero y recuperar los materiales para su reciclado.

Según los responsables comunitarios, las medidas adoptadas como consecuencia del seguimiento de los Programas Auto-oil han supuesto una importante mejora en el control de las emisiones del sector del transporte, acelerada en muchos países mediante incentivos, al favorecer la implantación de nuevos vehículos y combustibles. Además, han contribuido a la formulación de normas suficientemente flexibles para ir al paso de las novedades tecnológicas, políticas y comerciales. Con todo, reconocen que las mejoras se han visto mitigadas por el importante crecimiento de la demanda de transporte. Además, aunque el análisis ha arrojado algunos resultados útiles sobre las medidas que deben tomarse en el sector del transporte, también sugiere que se preste más atención a otras fuentes de emisiones para poder obtener nuevas mejoras en la calidad del aire.

Auto-Oil también ha permitido extraer conclusiones útiles para la elaboración de la política futura en materia de calidad del aire. En este sentido, sus responsables afirman que es necesario desarrollar los conocimientos científicos sobre las relaciones entre los objetivos en materia de emisiones y los requisitos de calidad del aire, así como la adopción de un enfoque que integre las distintas fuentes de emisiones, agentes y medidas. Así, una de las conclusiones esenciales de Auto-Oil II es que la limitación exclusiva a los transportes por carretera y a determinadas fuentes de emisión específicas no garantiza soluciones con una buena relación de rentabilidad, por lo que será necesario tener en cuenta el grado de penetración en el mercado de las soluciones alternativas al motor de combustión interna. Por ello, se estima que la eficiencia energética será clave en futuro cercano del automóvil.

Sustancias nocivas de los carburantes

Los vehículos a motor representan la fuente de mayor contaminación ambiental

Los vehículos a motor representan la fuente de mayor contaminación ambiental
, ya que son los principales generadores de monóxido de carbono (CO), óxidos de nitrógeno (NOx), compuestos orgánicos volátiles (COV) y gases responsables del efecto invernadero (CO2 y metano). Una lista con las sustancias más peligrosas para el medio ambiente elaborada por la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos establecía que entre las cinco sustancias más nocivas hay dos asociadas con los carburantes: el plomo y el benceno. La gasolina genera, además, otros contaminantes a través de sus vapores y mediante la combustión.

Además de su efecto sobre el medio ambiente, los agentes contaminantes se asocian a enfermedades como cáncer, dificultades respiratorias, problemas oculares, enfermedades cardiovasculares y jaquecas. También corroen materiales y atacan a todo tipo de vegetación. De hecho, la CE estima que los costes externos, incluidos los médicos, que devienen de la contaminación atmosférica causada por los vehículos de motor alcanzan el 3% del PIB de la UE.

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