Hola coche eléctrico… ¿adiós taller?

Los talleres mecánicos, para continuar siendo rentables, deberán reconvertirse y adaptarse a las necesidades tecnológicas que plantean los vehículos eléctricos
Por Blanca Álvarez Barco 6 de marzo de 2019
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Imagen: baranq

El coche eléctrico, sin duda, está revolucionando la conducción. Y traerá beneficios medioambientales y económicos. Sin embargo, el sector de los talleres podría resentirse, ya que las reparaciones mecánicas generan, en la actualidad, dos terceras partes de su facturación. Y los automóviles eléctricos no necesitan este tipo de reparaciones. ¿Cómo hacer frente a esta realidad? Como explicamos en este artículo y subrayan los expertos, la solución está en reconvertirse y adaptarse a las nuevas necesidades tecnológicas, como canalizar la relación entre cliente y marca para la actualización del software del vehículo, entre otras actuaciones.

Llega el coche eléctrico, ¿cómo afecta a los talleres?

El paulatino asentamiento del coche eléctrico tiene repercusiones en otros negocios. Los dedicados a las reparaciones posventa perderían el 38 % de su facturación en esta transición ecológica del vehículo de combustión al eléctrico, según el informe ‘La descarbonización de la posventa’, de la tecnológica Solera, experta en inteligencia del automóvil. En concreto, la posventa factura 13.639 millones de euros anuales, pero si en 2050 el parque fuera 100 % eléctrico, esa cifra se reduciría hasta 8.472 millones. ¿Se necesitarán menos talleres?

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Los expertos, como Rubén Blanco, CEO de la empresa Movelco (Movilidad Eléctrica Ecológica), estiman que no, «ya que el parque móvil evolucionará notablemente y crecerá significativamente (eso sí, en paralelo a una disminución paulatina del parque de vehículos de combustión)». Pero aunque no habrá menos, «muchos deberán reconvertirse«, puntualiza José Luis Gata, responsable de Mercado Posventa de Solera. Coincide con esta opinión Blanco, quien señala que los talleres deben «realizar una transformación importante y evolucionar, formarse y adaptarse para la atención a los vehículos 100 % eléctricos o híbridos enchufables».

Un coche eléctrico, comenta Gata, lleva 25 piezas de mecánica menos que un diésel o un gasolina, por lo que muchas operaciones de mantenimiento desaparecen. Dejan de existir la correa de distribución, aceite, caja de cambios, etc. Asimismo, «la mano de obra necesaria será menor; hasta en un 90 % se reducen las horas trabajadas», indica el experto de Solera.

Además, señala que los automóviles hoy son el 80 % tecnología y se encaminan al 100 %. Si un taller no está digitalizado -«y solo dos de cada diez lo están en la actualidad», detalla Gata-, no será fácil que prospere, y «mucho menos será capaz de prestar un servicio a un coche conectado y eléctrico».

¿Qué reparaciones necesita un coche eléctrico?

Un vehículo diésel o gasolina «requiere de ciertos mantenimientos cada equis años o kilómetros que desaparecen con el eléctrico», explica José Luis Gata. Lleva 25 piezas de mecánica que suman un coste cercano a los 15.000 euros; en su lugar, aparece la batería, que tiene un importe medio de 11.500 euros aproximadamente, «pero en realidad, no compensa, ya que su reemplazo es cada diez años». Además, cambiar una batería «es una labor que apenas requiere seis horas de trabajo», por lo que la tarea resulta más barata.

«Solo dos de cada diez talleres está digitalizado en la actualidad», señala el responsable de Mercado Posventa de Solera

Rubén Blanco afirma que las reparaciones convencionales seguirán siendo «de chapa, pintura, neumáticos… como en los vehículos de combustión» y cree que existirán revisiones convencionales «que cada marca preconice». Sin embargo, estas son bastante básicas, «ya que existen pocos elementos de fricción, desgaste, aceite, etc.», por lo que es prioritario encontrar otra solución para evitar que los talleres noten de manera acusada la llegada del vehículo eléctrico.

Renovarse o morir: la adaptación de los talleres a los cambios

El coche eléctrico es aún una realidad incipiente, pero si los talleres de automóviles quieren sobrevivir, es esencial «tener visión a largo plazo de lo que ocurrirá con la electrificación para poder ir adaptándose a un nuevo y distinto escenario de trabajo», de manera que la cuenta de resultados no entre en números rojos. ¿Qué medidas concretas se pueden tomar? Rubén Blanco apunta que en Movelco redactan, junto con el Ministerio de Industria, la evolución del real decreto de 1986 para talleres, de tal forma que se estipulen las líneas básicas de actuación en los talleres.

Por su parte, Gata expone que el sector de la posventa «se verá encaminado a un nuevo modelo de negocio». Y es que el enfoque tradicional del «yo reparo» o «yo mantengo» desaparecerá, al menos en gran parte. El taller del futuro, en cambio, «será tecnológico». Tan tecnológico que una buena parte del negocio provendrá de la actualización del software del vehículo. El taller canalizará la relación de la marca con cada coche en particular «y será como un proveedor de servicios, un hosting«, aclara. Movelco, además y como explica Blanco, ha desarrollado un paquete a medida para dotar a los talleres y concesionarios de la «formación, herramientas y equipamiento necesario para intervenir y atender los vehículos eléctricos». De hecho, ya comercializan un box eléctrico.

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