5 consejos para hacer tu día más saludable

Llevar una vida activa, una alimentación saludable y descansar bien son algunas de las claves para conseguir ganar en salud y bienestar en el día a día
Por Montse Arboix 17 de abril de 2017
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Imagen: Ariwasabi

Uno de los factores que más peso tiene sobre la salud es el estilo de vida, es decir, el conjunto de hábitos y conductas cotidianas. Para tener una buena salud es muy importante adoptar un estilo de vida saludable. Su control depende sobre todo de cada uno, de manera que está en las manos de cada persona practicar pautas sanas y evitar costumbres nocivas. A continuación se explica cuáles son los cinco pilares que ayudan a hacer un día más saludable.

Un estilo de vida saludable mejora la sensación de bienestar de las personas y disminuye el riesgo de sufrir enfermedades. La Organización Mundial de la Salud (OMS) define estilo de vida como una estructura social que mediatiza las interacciones de un individuo con los otros. Algunos de los elementos que configuran el estilo de vida de cada individuo y que ayudan a la salud, si se hacen de modo correcto, están relacionados con la práctica de ejercicio físico, el tipo de alimentación o las horas de sueño. A continuación se desgranan algunas de las pautas que no pueden faltar dentro de un estilo de vida saludable.

1. Llevar una vida más activa

Llevar una vida activa y hacer ejercicio no solo es fuente de vida y bienestar, sino que además contribuye a mantener bajo control enfermedades crónicas no transmisibles. Los beneficios de incorporar la actividad física en el día a día son notables.

No se trata de empezar a hacer maratones o machacarse en el gimnasio, sino que sirve cualquier movimiento corporal que forme parte de la rutina diaria, como desplazamientos para las actividades laborales (subir las escaleras a pie o ir al trabajo andando en lugar de usar el transporte público) o durante las tareas domésticas y recreativas, que suponga un gasto energético. Todo ello ayudará de manera favorable.

Es aconsejable también anteponer un estilo de vida más activo a otras actividades sedentarias, como ver la televisión o jugar a los videojuegos. Se puede empezar por un nivel de actividad física más bajo, que se irá incrementando poco a poco. En el caso de que se lleve una vida inactiva, las personas pueden comenzar a caminar primero en desplazamientos cortos que incorporarán en su rutina diaria, para ir incrementando la duración poco a poco.

2. Mejorar los hábitos alimentarios

Seguir unas medidas adecuadas de higiene del sueño permiten un mejor descanso nocturno

La dieta es otra de las grandes aliadas de la salud. Una alimentación correcta, variada y completa permite que el organismo funcione con normalidad (cubre las necesidades biológicas básicas) y previene el riesgo de sufrir ciertas alteraciones.

Es importante comer cinco raciones de frutas y hortalizas al día, ya que numerosos estudios confirman que, a más consumo de estos alimentos, mejor para la salud. Según la OMS, en 2011 la baja ingesta de frutas y hortalizas fue responsable de 1,7 millones de muertes al año, sobre todo debido a las enfermedades cardiovasculares. Las autoridades sanitarias recuerdan que el mensaje «cinco raciones al día» es un «mínimo», no un «máximo».

Otro elemento fundamental en la dieta es la reducción del consumo de sal, cuyo exceso supone, según la OMS, un factor de riesgo clave en la hipertensión y la enfermedad cardiaca. Debe tenerse en cuenta que gran parte de la sal que se consume está «escondida» en multitud de alimentos que se ingieren cada día: panadería, bollería, cárnicos, salsas, quesos o comida preparada. Por tanto, es aconsejable disminuir el consumo de alimentos procesados.

También es muy importante sustituir los cereales refinados por integrales por su efecto cardiosaludable. Las evidencias científicas demuestran que tomar bebidas azucaradas y reducir el consumo de alcohol tanto como sea posible, puesto que se considera una de las principales causas prevenibles de mortalidad en España y el tercer factor de riesgo de muerte prematura y enfermedad, según el Programa de actividades preventivas de promoción de la salud (PAPPS). Según la OMS, el alcohol es «perjudicial para el sistema cardiovascular», además de teratogénico, neurotóxico, adictivo, inmunosupresor y carcinogénico. Es decir, que no existe una cantidad mínima recomendada: cuanto menos, mejor para la salud.

4. Abandonar el tabaco

Fumar provoca graves enfermedades, como cáncer de pulmón o enfermedades broncopulmonares obstructivas crónicas. Por tanto, dejar de fumar es una de las decisiones más importantes que pueden tomarse para prevenir un infarto, un ictus, una insuficiencia respiratoria crónica o un cáncer. Los beneficios de abandonar el tabaco son numerosos: mejora la función pulmonar, la sexualidad y la fertilidad; se sienten de nuevo los olores y se saborea la comida; la piel luce un nuevo aspecto; y se preserva la salud de los que están alrededor.

Para mejorar la salud de las personas fumadoras, todos los centros de salud españoles ofrecen información, consejos para dejar de fumar y sobre el tabaquismo pasivo, material divulgativo e, incluso, la posibilidad de acceder a terapias para quienes deseen abandonar este hábito tan pernicioso.

5. Asegurarse un buen descanso

Dormir bien y descansar es fundamental para la salud y el bienestar. Seguir unas medidas adecuadas de higiene del sueño permiten un mejor descanso nocturno. Una de ellas es iluminar la casa de manera tenue en las horas previas al acostarse y dormir con la luz apagada. Aunque es aconsejable hacer deporte por la tarde, no lo es realizar actividades de este tipo poco antes de dormir. Tampoco es recomendable ingerir bebidas estimulantes como café o té, pero sí se puede tomar un vaso de leche, ya que esta bebida láctea contiene un aminoácido que facilita la secreción de la melatonina.

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