Antidiabético en la corteza del pino

La diabetes, que afecta a más de 19 millones de europeos, podría beneficiarse del descubrimiento de un nuevo antidiabético extraído de la corteza del pino
Por Jordi Montaner 14 de marzo de 2007

Cerca de 400 suplementos dietéticos y productos multivitamínicos tienen al pino marítimo como fuente común. El más tradicional es la trementina; el más nuevo, el pycnogenol, capaz de inhibir la alfa-glucosidasa 190 veces más que los productos sintéticos empleados en la lucha contra la diabetes. Investigadores alemanes subrayan el potencial coste-beneficio de un tratamiento de estas características en la lucha contra una de las peores epidemias del siglo XXI.

ImgImagen: Pinus pinaster Wikipedia

El pino marítimo (Pinus pinaster) es una conífera que, atenazada cada verano por devastadores incendios forestales, se distribuye formando masas boscosas en los países ribereños del Mediterráneo occidental y también de la parte atlántica de Francia y Portugal. Se trata de un árbol que alcanza hasta 30 metros de talla, con copa clara y un porte irregular y desgarbado. Su corteza, muy gruesa y de color marrón rojizo, aparece irregularmente agrietada y exuda abundante resina.

Desde tiempos muy antiguos, su importancia económica quedaba justificada por el aprovechamiento de la madera, de limitada calidad, principalmente por la resina que desprende. En la actualidad, es también una variedad muy utilizada en repoblaciones forestales y el cultivo ornamental en fincas y jardines. De la resina del pino marítimo, boticarios ancestrales extraían la trementina, que empleaban con fines medicinales en emplastos, linimentos, jarabes antisépticos y balsámicos.

Antidiabético alternativo

Petra Hogger y Angelika Schafer, dos investigadoras de remedios naturales de la Universidad de Wurzburgo (Alemania) han publicado en una edición reciente en la revista Diabetes Research and Clinical Practice un artículo que dará mucho de qué hablar. En él dan cuenta del descubrimiento de un nuevo principio activo presente en la corteza del árbol, el pycnogenol, capaz de inhibir un enzima relacionado con la absorción de glucosa a nivel intestinal 190 veces más que los medicamentos sintéticos empleados a tal fin.

Las investigadoras creen que el pycnogenol permitiría acometer muchos más casos de diabetes y de manera más rápida y eficaz que con las estrategias actuales

Aun cuando el remedio extraído todavía no ha traspasado la frontera del laboratorio y no ha sido ensayado en clínica humana, las científicas destacan el potencial de un producto de estas características para hacer frente a uno de los principales retos de salud en todo el mundo. «La diabetes mellitus tipo 2 ha pasado a convertirse en una enfermedad grave de creciente prevalencia en todas partes», recuerda Hogger, para quien el pycnogenol permitiría acometer muchos más casos, de manera más rápida y eficaz que con las estrategias actuales.

Se calcula que sólo en la Unión Europea los diabéticos superan el 4% de la población general, con más de 19 millones de enfermos diagnosticados; pero en los próximos 20 años se espera que la cifra llegue a doblarse. En EEUU, los diabéticos acaparan ahora mismo un 7% de la población censada, con 20 millones de casos diagnosticados. Allí se han llevado a cabo estudios de costes que revelan el precio de tan arrolladora enfermedad en las arcas públicas: 132.000 millones de dólares, de los que sólo 92.000 pertenecen a los costes en medicación (según datos de la American Diabetes Association publicados en el 2002).

Pycnogenol

Para verificar la utilidad de pycnogenol como agente antidiabético, el artículo de Hogger y Schafer da cuenta de un ensayo en el que se contrastó su efecto con el de un extracto de té verde y la acarbosa (Glucobay®, de Bayer). El objetivo no era otro que medir la capacidad de cada uno de estos tres compuestos seleccionados para inhibir la alfa-glucosidasa, una enzima presente en el intestino grueso que toma parte en el metabolismo de los hidratos de carbono y la producción de glucosa. Desde una perspectiva clínica, la inhibición de dicha enzima resulta crucial para prevenir los picos de glucosa en sangre de los diabéticos tras cada comida.

El ensayo, llevado a cabo in vitro, reveló que el efecto inhibidor más potente fue el llevado a cabo con pycnogenol, seguido curiosamente del té verde y con el fármaco sintético en última instancia. «Como que hay constancia de la presencia de alfa-glucosidasa ya en el duodeno, es muy probable que el extracto de la corteza de pino identificado ejerza su efecto inhibidor antes, actuando en sinergia con determinadas proteínas de las bacterias colonizadoras del tracto digestivo», sostienen las investigadoras.

SALUD BIEN ENRAIZADA

Un sabor especial la delata. La esencia de pino está detrás de no pocos productos anticatarrales y antihistamínicos de uso común. Desde hace siglos, el hombre se ha servido de la corteza, la resina, las hojas punzantes e incluso las yemas del pino marítimo para curar. Además del pycnogenol y la trementina, la corteza de pino es rica también en taninos y leucocianidol. La trementina, por su parte, basa su acción reparadora en una serie de hidrocarburos terpénicos presentes en su formulación (pinenos, canfenos y sesquiterpenos). Las hojas, de sabor fuerte y amargo, son especialmente ricas en taninos y flavonoides.

El leucocianidol posee propiedades antihemorrágicas y controla la permeabilidad sanguínea aumentando la resistencia capilar. Los taninos, por su naturaleza astringente, pueden emplearse como antidiarreicos, hemostáticos locales y cicatrizantes. La trementina y su esencia tienen una acción expectorante, antiséptica de vías respiratorias y urinarias y, en uso tópico, rubefaciente. Su empleo más habitual es en las afecciones respiratorias (rinitis, sinusitis, faringitis, gripe, resfriados, laringitis, traqueitis, bronquitis y asma) infecciones urinarias (cistitis, uretritis y prostatitis) y también en afecciones reumáticas, varices y hemorroides.

En uso tópico se usa para curar inflamaciones osteoarticulares, heridas, parodontopatías y vulvovaginitis. No obstante, la trementina se contraindica en personas con hipersensibilidad al aceite esencial o insuficiencia renal. Tampoco se administra durante el embarazo o la lactancia, a niños menores de seis años o a pacientes con gastritis, úlceras gastroduodenales, síndrome del intestino irritable, colitis ulcerosa, enfermedad de Crohn, hepatopatías, epilepsia, enfermedad de Parkinson u otros síndromes neurológicos.

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