Las promesas del resveratrol

El resveratrol, presente en nueces, uvas y vino tinto, genera cada vez más expectativas por sus propiedades antiinflamatorias y antioxidantes
Por Malen Ruiz 29 de enero de 2007

El resveratrol, un polifenol, se encuentra en diferentes vegetales como las nueces y las uvas, en concreto en el hollejo y las pepitas, y pasa a los mostos y vinos durante el proceso de fermentación. Generalmente sus concentraciones son más elevadas en los vinos tintos que en los blancos. Es uno de los componentes del vino tinto que más interés ha despertado en la comunidad científica. Ahora, diversos estudios revelan sus efectos en la salud entre los que se destacan su acción antiinflamatoria, antioxidante e, incluso, sus efectos sobre la aparición de células tumorales y la progresión de tumores.

Incluso antes de probarse en mamíferos como nosotros, ya el resveratrol, esa sustancia natural de nombre enrevesado, había suscitado interés entre los científicos por sus efectos alentadores en el metabolismo de las moscas, los gusanos o las levaduras. Efectos que incluían una vida más larga y posiblemente más saludable. Además del interés científico, también goza el resveratrol de cierta popularidad porque se encuentra, entre otros frutos, en las uvas negras y, por ende, en el vino tinto. Una vez dado el salto a los ratones, que indudablemente se parecen mucho más a los humanos que las levaduras, los primeros resultados, recientemente publicados, han confirmado el optimismo y han provocado que se empiecen a realizar los primeros ensayos clínicos limitados en humanos, a pesar de que ningún dato específico avala su funcionamiento en la especie humana.

Primeros experimentos

El optimismo tiene cierta base, aseguran los científicos, porque se trata de una sustancia que (mediante la activación de una familia de enzimas llamadas sirtuinas, recientemente descubierta) parece actuar sobre la misma ruta metabólica implicada en el hecho de que vivan más tiempo animales sometidos a una restricción calórica aguda (muchas menos calorías diarias que una dieta severa). Sin embargo, este mecanismo tampoco se ha comprobado en humanos. A pesar de estos reparos, los resultados de los primeros experimentos en mamíferos han suscitado mucho interés. En uno de ellos, publicado en Nature en noviembre del año pasado, ratones sometidos a una dieta muy rica en grasas complementada con resveratrol en altas dosis evitaron sufrir algunas de las peores consecuencias de la obesidad, como la degeneración hepática, la predisposición a la diabetes y otros síntomas de envejecimiento que suelen desembocar en una muerte prematura, y prolongaron su vida respecto a los que no recibieron el complemento.

El resveratrol muestra resultados prometedores para prevenir diabetes, cáncer colorrectal y Alzheimer

En otro experimento, publicado en Cell en diciembre, los investigadores apreciaron un aumento importante del gasto de energía en los ratones tratados con resveratrol, con la consiguiente protección frente a la obesidad y la diabetes. Con esta sustancia, las fibras musculares consumen más oxígeno, tanto durante el ejercicio, en el que se constata mayor resistencia, como en periodos de inactividad. Indagando en la razón de estos efectos, los científicos llegaron a las mitocondrias, que son las responsables de la producción de energía en los músculos y en cuyas células se encuentran en grandes cantidades. Encontraron que, efectivamente, se activan sirtuinas y otras proteínas relacionadas con la función mitocondrial. Al gastar más energía los músculos se reduce la traducción de calorías en aumento de peso.

Futuro prometedor

Así, los activadores de las sirtuinas, sean el resveratrol u otros, si funcionaran de la misma forma en humanos y no tuvieran efectos perjudiciales, se podrían utilizar para prevenir o tratar trastornos metabólicos relacionados con la disfunción mitocondrial, como puede ser la diabetes de tipo 2, asociada a la edad, aunque también se ha relacionado con un menor riesgo de cáncer colorrectal y de progresión del Alzheimer. Curiosamente, en los experimentos citados son protagonistas científicos españoles. En el primero participa, por parte del Instituto Nacional del Envejecimiento de EEUU, Rafael de Cabo, así como Plácido Navas y Guillermo López-Lluch, de la Universidad Pablo de Olavide (Sevilla). En el segundo está presente Pere Puigserver, con laboratorio propio en el Instituto para el Cáncer Dana Farber, de la Universidad de Harvard.

Puigserver ya en 2005 estableció por primera vez la conexión entre el envejecimiento y el metabolismo en ratones, demostrando la eficacia de someter a dieta a los ratones para prolongar su vida. Entonces señaló que la restricción calórica sin malnutrición no sólo tendría efectos sobre el envejecimiento sino que contribuiría mucho a prevenir enfermedades metabólicas como la diabetes, la obesidad y los trastornos cardiovasculares. De lo que ahora se trata es que el resveratrol sustituya en cierto grado a la restricción calórica. Hay otro factor común en ambos experimentos: la Universidad de Harvard y uno de sus investigadores, David Sinclair, firme partidario del resveratrol y fundador de la empresa Sirtris, que ha participado en ambos trabajos. Sirtris, aseguran sus responsables, ha comenzado a realizar ensayos en humanos sobre la seguridad y eficacia del resveratrol, utilizando una formulación propia que se absorbe mejor. Tras un primer ensayo con 85 voluntarios sanos, han empezado otro con 90 diabéticos.

PRUDENCIA Y CAUTELA

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Los efectos del resveratrol en humanos no se han demostrado, y, lo que es más importante, tampoco su seguridad, especialmente a largo plazo. Por eso, los expertos aseguran que no se debe tomar la sustancia, a pesar de que, como sucede con tantas otras modas nutricionales, se pueda disponer de ella por canales no ortodoxos. El vino tinto tiene una cantidad variable de resveratrol, entre 0,2 y 5,8 miligramos por botella, insuficiente, según los últimos estudios, para justificar su ingesta por motivos de salud.

En caso de abuso, los efectos perjudiciales imperarían sobre los hipotéticos efectos beneficiosos. Las nueces, alimento que parece tener un buen efecto sobre los niveles de colesterol, también tienen resveratrol en pequeñas cantidades, así como muchas otras plantas. Los ratones a dieta hipercalórica tratados con resveratrol tuvieron mejor salud pero siguieron estando gordos y con el colesterol alto por lo que el efecto no parece ser exactamente igual que el de la restricción calórica.

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