La litotricia, una técnica para fragmentar cálculos de riñón, cuadruplica el riesgo de diabetes, según una investigación

Entre los riesgos del tratamiento con ondas de choque también figura la hipertensión
Por EROSKI Consumer 11 de abril de 2006

La litotricia ha sido considerada desde la década de los ochenta la mejor opción para eliminar los cálculos de riñón. Sin embargo, su aplicación ha generado controversia tras la publicación esta semana en «The Journal of Urology» de una investigación de la Clínica Mayo (Estados Unidos). En este estudio, el que durante mayor tiempo ha seguido a un amplio número de pacientes (630 durante 20 años), se concluye que la litotricia aumenta hasta cuatro veces el riesgo de diabetes y una y media (1,47) el de hipertensión.

La investigación no explica la causa biológica pero ofrece dos posibles. Sobre la diabetes, que las ondas de choque que convierten en arena los cálculos afecten a las células que generan insulina en el páncreas. El riesgo se incrementaría cuanto más número de ondas recibiese el organismo. Y sobre la hipertensión, que las ondas alteren la secreción de hormonas como la renina, que influye en la tensión. Las posibilidades de sufrir esta enfermedad dependerían no del número, como la diabetes, sino de la cantidad de cálculos.

Posibles complicaciones

Entre los riesgos de la litotricia ya figuraba la hipertensión y se advertía a los pacientes diabéticos de posibles complicaciones. Pero nunca se había relacionado tan directamente. Así lo dice Amy Krambeck, director del estudio de la Clínica Mayo. «No podemos decir con una certeza del cien por cien que el tratamiento de ondas de choque para las piedras de riñón ha causado la diabetes y la hipertensión, pero la asociación es muy fuerte». Pese a los resultados, los autores de la investigación creen que no hay que «arrinconar» este procedimiento. Lo que sí han hecho en la Clínica Mayo es informar a los pacientes de la situación: «Asumimos que no hacer nada no es la mejor solución para los pacientes. Pese a los riesgos, esta terapia de ondas puede salvar a los pacientes», indica Joseph Segura, del mismo centro médico.

Uno de los mayores expertos en litiasis en España, Miguel Arrabal, adjunto del servicio de Urología del Hospital Universitario San Cecilio de Granada, cree que la relación entre diabetes e hipertensión arterial debe ser considerada «como una hipótesis de trabajo a demostrar en un estudio clínico». Mientras tanto, Arrabal cree que se pueden seguir utilizando las ondas de choque «de forma racional, informando a los pacientes de sus posibles efectos colaterales y ofreciendo en algunos casos alternativas terapéuticas, como la litotricia endoscópica renal percutánea o por vía anterograda a través del ureterorrenoscopio».

Críticas a la investigación

Miguel Arrabal cuestiona la investigación de la Clínica Mayo. En primer lugar, porque se trata «de un estudio retrospectivo no controlado, realizado a través de un cuestionario remitido a los pacientes y contestado por el 58% de los mismos sin ningún tipo de control». Y en segundo, porque estos pacientes habían sido tratados con un equipo de primera generación (HM3) «que fue rápidamente superado por nuevos prototipos que permiten aplicar las ondas de choque de forma más selectiva sobre el cálculo renal con menores efectos colaterales sobre el riñón y estructuras vecinas».

Este el urólogo considera que «las ondas de choque, al fragmentar el cálculo producen daño renal generalmente reversible en un corto periodo de tiempo. En algunos casos -mantiene- es posible que la recuperación no se produzca al cien por cien, pero no es fácil relacionar de forma evidente la aplicación de ondas de choque con hipertensión arterial dada su alta prevalencia y origen multifactorial».

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