Sedentarismo y cáncer: razones de peso para ponernos en marcha

La inactividad física es el cuarto factor de riesgo para la salud en el mundo: multiplica las enfermedades cardíacas y respiratorias, la diabetes, la obesidad y el cáncer
Por Arantza González Arratibel, Asociación Contra el Cáncer – Sede Bizkaia 4 de septiembre de 2021
relación entre sedentarismo y cáncer
Imagen: Renate Köppel

Hasta un 40 % de la población adulta en España es sedentaria, apenas se mueve en su día a día. ¿Sabías que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda un mínimo de 150 minutos de actividad física moderada a lo largo de la semana? Aunque afecta de forma distinta a cada tipo de persona, esta falta de movimiento agrava determinadas patologías. No obstante, el ejercicio reduce el riesgo de padecer cáncer y otras enfermedades no transmisibles. Pero poner fin al sedentarismo es muy sencillo, como contamos a continuación.

Incluso sin tener en cuenta el peso corporal, hay estudios solventes que relacionan la inactividad física con el cáncer de mama y el cáncer de colon. De ahí que el ejercicio físico nos ayude en todo momento a mejorar nuestra calidad de vida.

Entre el 30 % y el 40 % de la población adulta en España es sedentaria. Rara vez realiza algún tipo de actividad física, aunque solo sea caminar. Por tanto, no cumplimos con las recomendaciones mínimas de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que establece al menos 150 minutos de actividad física moderada a lo largo de la semana: es decir, deberíamos caminar a paso rápido durante 30 minutos al menos cinco días.

Sedentarismo: una vida entre sillas y pantallas

El sedentarismo está asociado a nuestro modo de vida, y mucho más en estos tiempos de pandemia con el teletrabajo en plena efervescencia. Las jornadas laborales de muchos trabajadores se materializan sobre una silla o de pie, durante horas, pero sin apenas cambiar de postura. A esto se suma que la movilidad se lleva a cabo en vehículos privados o en transporte público. En estas circunstancias, las recomendaciones de la OMS difícilmente pueden llevarse a cabo. Otro factor acentúa este peligroso hábito: el uso de las nuevas tecnologías potencia un ocio pasivo en torno a las omnipresentes pantallas que hay en nuestra vida.

Muchas son, desde luego, las circunstancias que nos limitan encontrar la motivación necesaria para dedicar tiempo a la práctica de ejercicio. Pero debemos superar estas adversidades porque la actividad física es fundamental para una mejor calidad de vida.

Beneficios de la actividad física

Cumplir con las pautas de la OMS con un mínimo de disciplina diaria nos permitirá mejorar el funcionamiento de nuestro corazón y pulmones, así como la salud de nuestros músculos y huesos. La actividad física reduce el riesgo de padecer cáncer y otras enfermedades no transmisibles. Pero la cosa no queda solo ahí. Aunque ya padezcamos alguna de estas enfermedades, y siempre que no exista ninguna contraindicación médica, el ejercicio físico siempre nos procurará bienestar.

Estos beneficios serán mayores si vamos un poco más allá del guion mínimo aconsejado por la OMS. Deberíamos intentar, por tanto, llegar a los 300 minutos de actividad moderada a la semana, lo que significa caminar a paso rápido durante 45 minutos cada día. Como en la vida, siempre será mejor sacar un notable que aprobar por los pelos.

Pongámonos en marcha

Aunque el sedentarismo está muy generalizado en nuestra sociedad, afecta de manera diferente a cada persona. Sin embargo, ser conscientes de la importancia de cuidar nuestra salud y de evitar las malas rutinas en nuestro día a día está a nuestro alcance.

➡️ Si no has practicado ejercicio antes y no tienes una rutina creada

  • Este es el escenario cero para una gran parte de las personas. Entendemos tus dificultades y sabemos que comenzar a crear una rutina no es fácil. Por eso es importante una reflexión previa sobre los motivos del ejercicio, los beneficios que te aportará y sobre qué actividades físicas te gustaría hacer y te sientes capaz de llevar a cabo. Puede parecer poca cosa, pero es el primer paso para afianzar un nuevo hábito. Los pequeños cambios siempre suman.

➡️ Si ya has creado una rutina de actividad

  •  ¡Enhorabuena! Has optado por mejorar tu salud y es el mejor regalo que puedes hacerte. Es muy valioso lo que has logrado y más importante es no perderlo. Aprovecha para abrir nuevos espacio de actividad física que no hayas probado hasta ahora. Puede ser montar en bici, nadar… Lo mejor sería encontrar actividades que te permitan complementar el ejercicio que ya estás haciendo y no sustituirlo.

➡️ Si tienes una rutina de ejercicio físico, pero te cuesta mantenerla

  • Nunca es tarde para retomar lo que dejaste. Simplemente recuerda que si llevas un periodo de tiempo sin moverte, puede que no tengas la misma forma física de antes. No pasa nada, pero es importante prevenir las lesiones. Por ese motivo, tómatelo con calma. Mide tus capacidades y ve progresando poco a poco.
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