Críticas a la comercialización del pez fluorescente

Por EROSKI Consumer 12 de agosto de 2002

La Asociación Española de Acuariófilos (AEA) se ha sumado a las críticas contra la comercialización del TK-1, el pez fluorescente que la semana pasada empezó a comercializarse en Gran Bretaña. Las críticas de los aficionados a los acuarios se añaden a las de organizaciones ecologistas.

La comercialización del TK-1, un pez cebra modificado con genes de medusa que le confieren una tonalidad fluorescente verdoso-amarilla, fue anunciada la pasada semana por sus creadores, la empresa taiwanesa Taikong.

El objetivo de la compañía asiática, afirmaron portavoces de la misma, era introducir en el mercado un pez «estéril» con suficiente atractivo como para que los aficionados a acuarios puedieran disponer de un nuevo «elemento decorativo» en sus hogares. El pez, asegura la empresa, es totalmente estéril, por lo que su introducción accidental en hábitats marinos «no debería comportar problemas» ecológicos.

La iniciativa, sin embargo, ha sido duramente criticada por asociaciones ecologistas y por buena parte de la comunidad científica, que ha calificado el experimento de «juego genético innecesario». En su opinión, la liberación accidental del animal modificado genéticamente facilitaría su introducción en la cadena alimentaria y, con ella, el traspaso de genes que podría acarrear alteraciones en diversas comunidades marinas.

El pez cebra es un animal utilizado como modelo de estudio genético en laboratorios de todo el mundo. Su disposición genética y la facilidad de manipulación, lo han hecho equivalente a la popular mosca del vinagre o al ratón en lo que a investigación genética se refiere.

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