De cáscara de huevo a envase alimentario

Expertos británicos trabajan para convertir las cáscaras de huevo en plástico destinado a la fabricación de envases alimentarios
Por Marta Chavarrías 25 de abril de 2012
Img huevo roto
Imagen: Loreine Barbosa

Las cáscaras de los huevos podrían tener otra salida a la actual como desecho alimentario. Un estudio desarrollado por investigadores de la Universidad de Leicester, en Reino Unido, se centra en dar una nueva utilidad a esta parte del huevo y encontrarle nuevas utilidades, como la creación de un biomaterial destinado a la fabricación de envases para ovoproductos. Estos envases serían biodegradables, como los elaborados antes con piel de aceituna, maíz, almidón de trigo o proteínas lácteas.

Se investiga cómo convertir las cáscaras de huevo en compuesto biodegradable para hacer cajas

Encontrar la manera de transformar las cáscaras de huevo en un material apto para el envasado de alimentos es el objetivo de un grupo de expertos de la Universidad de Leicester. A día de hoy, las cáscaras de huevo se consideran un residuo dentro de la producción de alimentos, una creencia a la que los expertos británicos desean poner fin. Si bien la cáscara de huevo se clasifica como un material de desecho por la industria alimentaria, en realidad, según los expertos, es un «compuesto muy sofisticado». La investigación pretende convertir las cáscaras de huevo en bioplásticos para la fabricación de envases para alimentos, e incluso, para materiales destinados a la construcción o para la industria farmacéutica.

La Asociación Española de Productores de Huevos (ASEPRHU) defiende un importante abanico de reutilizaciones de la cáscara de huevo como alternativa no alimentaria. Estas pasan por la creación de envases ecológicos, elaborados con carbonato de calcio procedente de la cáscara y polímeros usados como agentes gigantes.

Cáscara, envase biodegradable

Una de las principales salidas que se intenta dar a las cáscaras de huevo es la de compuesto biodegradable para hacer cajas de huevo y que sirva como un ejemplo práctico del reciclaje. Para ello, los expertos han seguido unas pautas muy específicas:

  • Desarrollar y validar el proceso de pretratamiento de la cáscara de huevo para que sea estéril.

  • Desarrollar un proceso de postratamiento para convertir la cáscara en un plástico a base de almidón.

  • Probar las propiedades del material, como la fuerza y resistencia.

Pero esta no es la primera vez que se intenta dar una segunda oportunidad a las cáscaras de huevo. En 2004, un grupo de investigadores del Instituto de Fermentaciones Industriales del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ya inició un trabajo para obtener de este residuo, lactulosa, un prebiótico que puede utilizarse como complemento del pienso en alimentación animal. Entonces, los expertos utilizaron este residuo orgánico muy habitual en la industria alimentaria y lo mezclaron con ultrafiltrados procedentes de queserías.

Envases biodegradables

Piel de aceituna, maíz, almidón de trigo o proteínas lácteas como caseína y suero son algunos de los compuestos que se han utilizado hasta la fecha para la creación de «bioenvases». Los envases biodegradables se descomponen por la acción enzimática de hongos y bacterias y, por tanto, no pueden reciclarse. Algunos de estos envases proceden de mezclas de polímeros sintéticos de almidón (maíz, patata o arroz) o celulosa. En estos casos, los componentes naturales se descomponen en oxígeno y agua o en oxígeno y metano.

CÁSCARA DE CALIDAD, HUEVOS APTOS PARA EL CONSUMO

La cáscara de los huevos está formada, sobre todo, por carbonato cálcico. Puede ser de distintos colores, en función de la raza de la gallina, y esto no afecta a la calidad y propiedades del huevo. Para saber si un huevo es apto para el consumo, se puede observar la limpieza e integridad de la cáscara. Solo podrán consumirse los huevos que tienen una cáscara limpia e íntegra. Si en cambio está sucia o deteriorada, con grietas, los microorganismos pueden entrar en el interior y, por tanto, es recomendable no consumir el huevo, según información del Instituto del Huevo.

Algunos factores que pueden afectar a la calidad de la cáscara del huevo se dan, en la mayoría de los casos, antes de que “nazca”, como la edad de la gallina. Uno de los problemas asociados de forma más común con los huevos es la presencia de bacterias, que pueden detectarse también en el exterior de la cáscara de huevo. De ahí la importancia del lavado.

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