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¿De qué están hechas estas golosinas?
Estas gominolas no contienen los compuestos clásicos de la planta como el THC (tetrahidrocannabinol) —principal agente psicoactivo del cannabis— ni CBD (cannabidiol), que no produce efectos psicoactivos. En su lugar, están elaboradas con HHC (hexahidrocannabinol), un cannabinoide semisintético creado en laboratorio mediante un proceso químico llamado hidrogenación, que transforma el THC natural en una molécula más estable y duradera.
Además, algunas de estas gominolas pueden incluir THCP (tetrahidrocannabiforol), un cannabinoide natural presente en cantidades mínimas en la planta, pero que, al sintetizarse, puede ser hasta 30 veces más potente que el THC, debido a su alta afinidad con los receptores cerebrales.
¿Por qué se han prohibido?
El Ministerio de Sanidad oficializó la medida tras detectar un repunte de intoxicaciones agudas, especialmente en Barcelona, Madrid y Málaga, en las que los hospitales han atendido decenas de casos. La mayoría de los afectados eran adolescentes y turistas, que adquirieron estos productos en tiendas cannábicas o por Internet, sin saber que contenían sustancias psicoactivas más potentes.

¿Cuáles son los riesgos de tomar estas gominolas?
El consumo de este tipo de gummies plantea riesgos graves para la salud, según advierte la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN). Aunque se comercializan como productos recreativos, su composición química es variable, lo que dificulta prever sus efectos reales. Estos son sus riesgos:
- Efectos psicoactivos intensos. Los cannabinoides semisintéticos pueden provocar euforia, alteración de la percepción, desinhibición y cambios en el estado de ánimo, incluso más potentes que los del THC.
- Síntomas físicos y psicológicos. Se han registrado casos de ansiedad, paranoia, taquicardia, náuseas, mareos, somnolencia y agotamiento tras su consumo.
- Intoxicaciones agudas. La ingesta excesiva de estos productos puede reducir la frecuencia cardiaca, producir letargo e incluso convulsiones.
- Dosis irregulares. La fabricación sin control puede dar lugar a gominolas con concentraciones muy elevadas, lo que incrementa el riesgo de reacciones graves.
- Sobredosis accidental. El efecto retardado de estas gominolas —los síntomas pueden tardar en aparecer horas, especialmente si se toman después de comer— puede llevar a consumir más cantidad, lo que aumenta el riesgo de sufrir una sobredosis, con síntomas como descoordinación, hipotensión o episodios de pánico.
- Riesgo infantil. Su aspecto similar a los caramelos facilita el consumo accidental por parte de niños, con consecuencias graves.
- Efectos a largo plazo. El uso frecuente puede causar deterioro cognitivo, dependencia y síntomas psicóticos.
- Adulteración. Algunos productos han sido encontrados con mezclas de otras sustancias peligrosas, como el fentanilo.
¿Cómo se pueden reconocer?
Reconocer las gominolas de cannabis puede ser complicado, ya que su apariencia imita la de cualquier golosina comercial. Sin embargo, hay pistas que pueden ayudarnos a identificarlas:
- Etiquetado. Hay que buscar palabras como HHC, THCP, cannabinoides o cannabis. Algunos productos incluyen nombres comerciales llamativos o referencias visuales al cannabis.
- Origen del producto. Muchos envases indican que han sido fabricados o distribuidos desde países donde estos cannabinoides no están prohibidos, como Malta o la República Checa, lo que puede ser una pista clave.
- Diseño del envase. Suelen presentarse en bolsas selladas con colores vivos y sabores como fresa, piña o limón, lo que las hace especialmente atractivas para los menores.
- Advertencias legales. Algunos envases incluyen frases como “no destinado al consumo”, “producto de coleccionismo” o “solo para adultos”, que intentan eludir la regulación alimentaria y evitar consecuencias legales para los fabricantes.


