Identifican la proteína involucrada en la reproducción del parásito de la triquinosis

La vía más común de contagio de esta enfermedad es la carne de cerdo cruda o mal cocida, que puede contener "Trichinella spiralis"
Por EROSKI Consumer 10 de marzo de 2011

Un equipo de científicos del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), en México, ha identificado la proteína involucrada en la reproducción del parásito de la triquinosis, un padecimiento que ocasiona fatiga muscular crónica e incluso la muerte, informaron desde este centro académico. La vía más común de contagio es la carne de cerdo cruda o mal cocida que puede contener «Trichinella spiralis», aunque las ratas son también un importante diseminador de le enfermedad, señalaron.

El Cinvestav indicó que una persona que se ha infectado con unos 40 parásitos de «Trichinella spiralis» en unos días o semanas podría alojar entre 8.000 y 10.000 larvas, «dada la gran rapidez con la que se reproducen estos gusanos dentro del cuerpo humano». Se calcula que en México alrededor del 2% de la población está afectada con esta enfermedad.

Los investigadores identificaron que la proteína Caveolina-1 es clave en la ovogénesis y embriogénesis de la larva, por lo que «al inhibirla se interrumpe la reproducción del parásito y por ende su propagación», indicó Romel Hernández, el científico titular del proyecto. La «Trichinella spiralis» es un gusano que puede infectar a cualquier mamífero, pero normalmente afecta a cerdos y caballos, apuntó el autor. Esta situación «genera un gran problema de salud veterinario porque los animales infectados se tienen que desechar, lo que genera pérdidas en la ganadería», indicó.

A pesar de descubrirse en 1835, «se sabe muy poco» de la biología del gusano causante de esa enfermedad, en opinión del científico. Hasta el momento las investigaciones sobre ese padecimiento giraban en torno a la respuesta inmune que genera, a producir vacunas y a cómo inocular a los animales, pero no sobre la biología del parásito. El equipo de científicos mexicanos analizó dos fases del parásito: la infectiva, cuando a los pocos días de ingerir carne infectada la larva muscular se convierte en gusano adulto en el intestino, y la copulación, de la que resultan miles de larvas recién nacidas que viajan por el torrente sanguíneo hasta llegar a los tejidos musculares.

Los animales infectados con triquinosis no presentan síntomas visibles, solo pueden detectarse mediante pruebas o al cortar la carne, «ya que en lugar de verse una superficie lisa, se nota rugosa y con abultamientos transparentes», apuntó el Cinvestav. En cambio, las personas presentan diarrea, dolor muscular, dolor de ojos y fatiga crónica.

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