El aumento de los parásitos alimentarios

Los malos hábitos de higiene y alimentación son el principal factor del incremento de infecciones provocadas por parásitos
Por Natàlia Gimferrer Morató 17 de septiembre de 2012
Img anisakis pescado
Imagen: bjorn512

Los parásitos son microorganismos presentes en los alimentos y en el agua de consumo, con capacidad para provocar enfermedades en los humanos. Su tamaño es variable, desde organismos no visibles para el ojo humano hasta gusanos visibles a simple vista. Los parásitos se alimentan de los nutrientes presentes en los alimentos y en el agua y la mayoría proceden de las heces de los animales que, a través de las manos, utensilios, insectos y agua contaminada, llegan a los alimentos. La clave para evitarlos es, por tanto, una buena prevención con una correcta higiene. Sin embargo, los especialistas del Instituto Nacional de Salud (INS) advierten de que las enfermedades parasitarias transmitidas por alimentos podrían incrementarse debido a una falta de medidas preventivas.

Los principales motivos de la transmisión de parásitos son la falta de higiene, el consumo de frutas y verduras lavadas de forma inadecuada, una escasa cocción de la carne o el pescado y el consumo de agua contaminada. Aunque parece una infección poco frecuente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que las patologías parasitarias afectan a las de un 10% de la población mundial. Las más comunes son las infecciones por Giardia duodenalis, Cryptosporidium parvum, Cyclospora cayetanensis, Toxoplasma gondii, Trichinella spiralis, Taenia saginata (gusano de la carne de res) y Taenia solium (gusano de la carne de cerdo).

Los malos hábitos de higiene y alimentación son el principal factor del incremento de este tipo de infecciones, según María Beltrán, coordinadora del Laboratorio de Enteroparásitos del INS. Una parasitosis comporta pérdida de nutrientes de gran importancia, como el hierro, ya que el parásito se alimenta de la sangre y se queda con los principales nutrientes del organismo. Los síntomas de una infección parasitaria suelen ser: diarreas, cansancio, anemia, perdida de peso y malestar general.

Parásitos más comunes

Los parásitos emergentes son cada vez más frecuentes, tanto en países en desarrollo como desarrollados

Según los expertos, cada vez son más frecuentes los parásitos emergentes, es decir, nuevas enfermedades causadas por parásitos que no se localizan solo en países en desarrollo, sino también en países desarrollados, debido a la migración de personas, alimentos y animales. El riesgo de contaminación parasitaria es, por lo tanto, frecuente. Además, según los últimos informes científicos, las parasitosis más habituales se vuelven más frecuentes. Destacan:

  • Giarda duodenalis, causante de giardiasis, es un organismo unicelular que vive en los intestinos de las personas y los animales. Está omnipresente en todo el mundo y es uno de los principales causantes de infección parasitaria. Está asociado al consumo de agua contaminada y al de carne cruda infectada con el parásito, así como al contacto de superficies contaminadas con heces de animales o personas y que, a través de las manos, llegan a la boca. Diarrea, calambres abdominales, gases y náuseas son los síntomas habituales. Estos se desarrollan a partir de la semana siguiente a la ingestión del parásito. Las infecciones crónicas pueden causar deshidratación y una pérdida grave de peso corporal.

  • Cryptosporidium parvum, causante de cryptoporidiosis, es un parásito unicelular y una de las mayores causas de enfermedades transmitidas por agua en todo el mundo. Se halla en los intestinos de una gran variedad de animales, como vacas, ovejas o cabras. Esta infección puede ser intestinal, pero también puede afectar a la traquea y al pulmón. Este parásito se encuentra en los suelos, en alimentos, en el agua y en superficies contaminadas con heces infectadas. El proceso de infección es el mismo que el anterior, por consumir alimentos poco cocinados e infectados previamente y con el contacto con heces infectadas que después llegan a la boca del ser humano. Los síntomas se desarrollan de 3 a 10 días después de la ingestión, en forma de diarrea, calambres estomacales, dolor de estómago y fiebre. Sin embargo, algunos casos pueden ser asintomáticos.

  • Toxoplasma gondii, causante de toxoplasmosis, es un parásito unicelular presente también en cualquier rincón del mundo y que supone la tercera causa de muerte por parasitosis a través de alimentos. Su contaminación se debe, sobre todo, al consumo de carne de res, cerdo, ternera o cordero poco cocinada. También está presente en las aves, con lo que es imprescindible su correcta cocción, y los gatos pueden ser también portadores frecuentes, de manera que se ha de extremar la higiene después de manipularlos. Este parásito añade un riesgo: la transmisión de madre a feto, lo que podría complicar el embarazo. Los síntomas no son graves, pero se padecen dolores musculares o hinchazón de las glándulas linfáticas. En personas con un sistema inmune débil, puede causar problemas más serios y desarrollar una toxoplasmosis severa que puede dañar el cerebro. Los síntomas son patentes entre una semana y un mes después de consumir el parásito.

  • Trichinella spiralis, causante de triquinosis, es un gusano intestinal de forma redonda. El principal causante es el consumo de carne cruda de cerdo, jabalí salvaje, osos, pumas, lobos, caballos o zorros. Estos parásitos no se transmiten de persona a persona. Los principales síntomas son náuseas, diarreas, vómitos, fiebre y dolor abdominal, cefaleas, dolor muscular y escozor cutáneo. Los síntomas son frecuentes dos días después de consumir la carne contaminada.

  • Taenia saginata y Taenia solium: la primera es la conocida como gusano plano de la carne de res y la segunda, como gusano plano de la carne de cerdo. Esta infección es más habitual en países subdesarrollados, donde las prácticas higiénicas son escasas. Sin embargo, es posible en cualquier parte del mundo, debido al consumo de carne contaminada cruda o poco cocinada. Son poco habituales los síntomas de infección, aunque en ocasiones puede haber dolor abdominal, pérdida de peso, problemas digestivos y hasta una obstrucción intestinal. Estos se diagnostican de 10 a 14 semanas después del consumo, en el caso de T. saginata, y de 8 a 12 semanas, en el caso de T. solium.

PREVENIR PARASITOSIS

La prevención de las parasitosis pasa por:

  • Lavado de manos adecuado, con agua caliente y jabón. Siempre antes y después de manipular alimentos, ir al baño, cambiar pañales o tocar mascotas.

  • Consumir aguas tratadas.

  • Evitar tragar agua si se nada en ríos o pantanos.

  • Cocinar los alimentos hasta alcanzar una temperatura interna en el centro de la pieza de unos 70ºC.

  • Lavar las frutas y hortalizas antes de su consumo.

  • Mantener limpias las superficies de manipulación de alimentos.

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