Personas ciegas que ven las estrellas o con discapacidad auditiva, pero que asisten a conciertos de música. Ordenadores que signan y envases fáciles de usar. Son algunas mejoras en cuestión de accesibilidad que permiten que el mundo sea más parecido para todos.
Imagen: David DeHetre
Ver las estrellas es un sueño al alcance de la mayoría, incluso de las personas ciegas. La oportunidad les aguarda en el planetario de Barcelona, donde gracias a una iniciativa pionera, las personas con dificultades visuales y auditivas cuentan con la única instalación de estas características adaptada a su condición. Las primeras disponen de un sistema de audiodescripción para escuchar los detalles de una proyección astronómica que se representa en la cúpula principal del edificio. Para las personas con discapacidad auditiva, se ha instalado un amplificador que convierte la señal eléctrica en magnética. Un lazo que se coloca en el cuello, «como un collar», emite la señal para que llegue a los audífonos. Para las personas con pérdida completa de audición está previsto un sistema de lengua de signos y subtítulos.
Las personas con dificultades visuales y auditivas pueden ver y oír las estrellas en el planetario de Barcelona
Para quienes quieran viajar más lejos, a Argentina, el planetario de Buenos Aires les reserva un programa especial de divulgación científica, «inédito en América Latina», según el propio planetario. Desde junio de 2001, ha permitido que más de 2.500 personas con deficiencia visual hayan tenido esta oportunidad. Las funciones son gratuitas, aunque es necesario pedir cita por teléfono.
«En cada presentación se combinan mapas celestes táctiles, gráficos en relieve, un relato grabado (sobre la base de un guión especialmente preparado), música y efectos sonoros», explica el planetario. Las exhibiciones duran media hora. En este tiempo, los asistentes reciben una breve charla y unos auriculares digitales para escuchar el relato que les guía en el recorrido por el cielo. El planetario diseñó para este fin un mapa semiesférico, donde las estrellas siguen un trayecto simple y están representadas en relieve, con la referencia correspondiente en braille.
Diseño accesible
El diseño para todos es una máxima cada vez más común. Gracias a esta disciplina se consiguen instalaciones accesibles, pero sus principios se pretenden también para otros ámbitos. Un estudio conjunto de la Fundación ONCE y la Confederación Empresarial Española de Economía Social (Cepes) persigue envases de helados de uso fácil. No sólo las personas con discapacidad, sino también algunos mayores, tienen dificultades para manejar ciertos recipientes, por lo que se buscan líneas sencillas en su utilización.
El estudio recomienda una mayor dimensión de las lengüetas, cubiertas interiores deslizantes y con un buen contraste, facilidad para reconocer la zona de apertura e, incluso, se aconseja el diseño emocional, es decir, analizar las emociones que se quieren transmitir con el producto.
Imagen: Jonas Boni
Para las personas sordas, además, algunos grupos musicales han comenzado a contar en el escenario con intérpretes de lengua de signos española (LSE) que llevan a las manos las letras de las canciones. Es el caso del grupo musical “The Garbo”, que traduce cada canción para que sea accesible y destina parte de los beneficios de la venta de su disco a la Fundación CNSE para la Supresión de las Barreras de Comunicación. Su intención es colaborar en el desarrollo de proyectos que “fomenten la plena participación de las personas sordas en la cultura”.
Otro proyecto, esta vez de la Universidad Autónoma de Barcelona, ha diseñado un programa de ordenador que decodifica las figuras de la LSE. Aún en fase de desarrollo, de salir adelante ayudaría a superar las barreras de la comunicación y contribuiría a una vida normalizada. El equipo está compuesto por una cámara de vídeo y un sofware, y se prueba con miembros de la Federación de personas sordas de Cataluña.