Las personas con discapacidad intelectual o física cuentan con varias pólizas específicas para cubrir sus necesidades de salud y ocio. La oferta, cuya novedad es la ampliación de la cobertura a las personas con síndrome de Down, abarca seguros médicos y de accidentes. En todos los casos, pueden suscribirse por menos de 70 euros al mes.
Personas con síndrome de Down
Una de las mayores novedades del sector asegurador es la inclusión de personas con síndrome de Down entre los beneficiarios de algunas de sus pólizas. Los nuevos seguros les brindan asistencia médica en todo el territorio nacional: primaria, hospitalaria y extrahospitalaria, así como servicios sanitarios de urgencias, también en el extranjero.
Aunque la oferta es aún escasa, hay algunos productos. Entre ellos destaca «Integral Sin Barreras» (DKV), que garantiza a sus usuarios asistencia médica en toda la geografía española, así como en los viajes internacionales. Cuenta con una cláusula especial, que cubre en caso de accidente laboral y de tráfico, y es posible percibir una indemnización por cada día de hospitalización. «Sanitas Accesible» propone a las personas con síndrome de Down las mismas coberturas que al resto de clientes. Esta póliza, que garantiza atención personalizada por parte de un cuadro médico especializado en el cuidado de estas personas, se puede contratar por 65,33 euros al mes.
Con movilidad reducida
Brindan asistencia primaria, hospitalaria y extrahospitalaria en todo el territorio nacional, además de servicios de urgencias
Otras aseguradoras se decantan por la comercialización de pólizas destinadas a personas con movilidad reducida. «Autos Movilidad» (Liberty Seguros) propone coberturas exclusivas para estos usuarios, como el traslado directo del asegurado y sus acompañantes a su destino por medio de un vehículo o taxi adaptado, cuando se vean inmersos en un accidente o su coche se inmovilice.
Sin coste adicional, prestan un servicio de cambio de neumáticos en caso de pinchazo y la cobertura de equipaje, incluso, de la silla de ruedas. Además, cuenta con un servicio de acompañante para ayudar a la persona con discapacidad en el regreso a su domicilio desde el hospital, en caso de accidente o enfermedad imprevisible durante un viaje. También tiene un servicio especial de orientación y asesoramiento social.
Las personas a quienes se dirigen estos productos se empeñan en recordar que su discapacidad en ningún caso supone una incapacidad. No obstante, por sus propias condiciones, es más frecuente que requieran una mayor atención médica o cuidados especiales. Sobre todo, ante cualquier imprevisto en el extranjero.
Las pólizas en caso de accidente laboral cubren una realidad cada vez mayor, ya que, si bien todavía no se han alcanzado las cuotas deseables, se registra un incremento de personas con discapacidad que obtienen un empleo y se integran en el mercado laboral.
En el caso de las personas con movilidad reducida, resulta interesante la oferta de traslados en vehículos adaptados, puesto que de otra manera es complicado poder acceder a un vehículo y llegar a destino. El hecho de que las aseguradoras se preocupen por esta realidad, ayuda a que los vehículos adaptados, que también pueden utilizar las personas sin discapacidad, se consideren automóviles tan necesarios como los convencionales y se apueste por su fabricación, que redundaría en una disminución de los costes.
Por otro lado, circular en carretera cuando se tiene una discapacidad implica un mayor desgaste económico y burocrático, pero también aumenta el riesgo de accidente, ya que no todas las infraestructuras están adaptadas a sus necesidades: señales con mala visibilidad, pavimento en mal estado, etc. De ahí que las compañías se preocupen de manera especial por estos usuarios.
