Turismo para todos: así es un destino accesible

El "diseño para todos" recomienda crear itinerarios accesibles y comunes para todas las personas, sin obstáculos, que eviten las caídas y faciliten el acceso a zonas urbanas y marítimas
Por Azucena García 4 de agosto de 2015
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Imagen: muha...

Las personas con discapacidad viajan cada vez más. La mejora en la accesibilidad de los destinos ha permitido que se desplacen a más lugares y no solo que lo hagan ellas, sino también otras personas con dificultades de movilidad, como los mayores o quienes de manera temporal padecen un problema de salud que les impide moverse con libertad. Para impulsar el turismo accesible, la Organización Mundial del Turismo, la Fundación ONCE y la Red Europea para el Turismo Accesible (ENAT) han identificado las características que definen un “destino para todos” y las han recogido en un manual. Así son estos destinos accesibles.

Características de un destino accesible

La colaboración de la Fundación ONCE y ENAT ha sido siempre fundamental para establecer las características que debe cumplir el turismo accesible. Pero además, la Organización Mundial del Turismo (OMT) ha jugado un papel estratégico para difundir estos aspectos entre el sector de todo el mundo y dar valor a unos principios que, de no cumplirse, impiden la inclusión social de buena parte de la población. Y es que hay que pensar que la accesibilidad no solo beneficia a quienes tienen una discapacidad, sino a todas las personas con dificultades de movilidad, ya sea por su edad u otra circunstancia temporal.

En los entornos urbanos, salvo por motivos de seguridad, se recomiendan recorridos universales y normalizados, frente a los alternativos

La mejora en la oferta turística permite una mejor gestión de los destinos, impulsa la inclusión social de las personas con discapacidad y empuja uno de los sectores más estratégicos de nuestra economía. «Los destinos turísticos que se hagan eco de estos requisitos, y los entiendan como medidas positivas, evolucionarán en la oferta de sus productos y servicios y, por ende, estarán facilitando la experiencia turística y mejorando la calidad de vida de todos sus ciudadanos y visitantes», subraya el «Manual sobre el Turismo Accesible para Todos: principio, herramientas y buenas prácticas».

Las recomendaciones recogidas en esta publicación, realizada en colaboración por las organizaciones citadas, buscan que «la accesibilidad universal en el sector turístico sea una realidad». Para ello, establecen que para crear destinos turísticos accesibles se deben tener en cuenta las siguientes cuestiones de acuerdo a las especificaciones del denominado «diseño para todos», basadas en normas internacionales:

Entornos urbanos:

  • Itinerario peatonal accesible en entornos urbanos. Todas las personas deben poder desplazarse por él en condiciones de igualdad y seguridad, por lo que se recomienda, siempre que sea posible, «no establecer, salvo por motivos de seguridad, recorridos alternativos sino universales y normalizados». El pavimento ha de evitar que las personas se desplacen sin riesgo de tropezar, escurrirse o caer, se requiere un ancho cómodo y seguro, sin elementos como farolas o señales que lo obstaculicen, y una altura mínima. Por último, los itinerarios y destinos han de ser fácilmente identificados por los visitantes, sin demasiadas luces o colores.
  • Intersecciones entre itinerarios. En este caso, sí conviene que el itinerario accesible esté diferenciado y separado de otros tipos de tráfico; que el recorrido peatonal sea el prioritario; que los pasos de peatones tengan vados para igualar el nivel de la acera y de la calzada, señalizados en la calzada con bandas antideslizantes y en la acera mediante una señal vertical; medidas que reduzcan la intensidad y velocidad del tráfico; y la colocación de semáforos, si a pesar de todo la intensidad lo requiere. Por último, en caso de haber carril bici, este debe estar separado del itinerario peatonal para evitar riesgos por atropello.

Entornos rurales y naturales:

  • Itinerario peatonal accesible en entornos rurales y naturales. Las recomendaciones coinciden con las de itinerarios en entornos urbanos, además de tener en cuenta que los recorridos transcurran por pendientes suaves para que la mayor parte de las personas pueda desplazarse de forma autónoma. Si no hay itinerarios naturales, se aconseja colocar tablones o troncos que actúen como elementos guía, elementos de orientación y guiado táctil, sistemas de guiado por geolocalización a través de audioguías en préstamo o de aplicaciones móviles y una señalización básica o un guía que ayuda a los turistas a orientarse.

Entornos marítimos, playas y embarcaderos:

  • Accesos. Es imprescindible que los itinerarios accesibles conecten con el sistema de transporte, es decir, que haya una zona de aparcamiento cerca de la costa. En este supuesto, es necesario contar con plazas accesibles suficientes. En cuanto al acceso a la playa o al embarcadero, ha de tener un nivel o rampas de pendiente suave.
  • Playas y paseos. Una vez en la playa o en los paseos, para que el desplazamiento sea seguro, el pavimento de las escaleras y rampas no debe ser deslizante; los cambios de nivel han de disponer de barandillas; en la arena se deben realizar itinerarios con materiales de consistencia firme, como tablones; las pasarelas tienen que tener contraste cromático con la arena para detectar los límites; y las distancias entre los elementos modulares han de ser lo más reducidas posible.
    • Personas con movilidad reducida. Siempre que sea posible, las playas han de contar con personal de apoyo cualificado, sillas y muletas anfibias que permiten bañarse a las personas con movilidad reducida.
    • Personas con discapacidad visual. Se recomienda una línea de balizas flotantes de un color contrastado, con una boya inicial en la que se puede incluir un número en relieve. Incluso se prevé un sistema de audioguiado acuático, tipo pulsera sonora, que lleven los bañistas y les indique su posición mediante un sistema de coordenadas, además de disponer de un botón para avisar al socorrista.

Entornos históricos y patrimoniales:

  • Cascos históricos. Junto con las características destacadas para los entornos urbanos, cada plan de accesibilidad ha de tener en cuenta las particularidades del casco histórico. Las recomendaciones generales pasan por ampliar el espacio peatonal, crear áreas donde estar, ordenar el mobiliario urbano y evitar itinerarios con pendientes pronunciadas o sin zonas de descanso, entre otras.
  • Accesibilidad al patrimonio cultural. Estos espacios pueden considerarse una excepción, puesto que se estima que si bien el patrimonio ha de conocerse, también ha de preservarse. Por ello se apela a motivos de conservación y se aconsejan medios alternativos para su conocimiento, como las tecnologías de la información y comunicación (TIC) para la difusión y transmisión de la información.
  • Circuitos turísticos. Un aspecto importante es evitar un trato especial para que este no sea discriminatorio. Por ello se propone crear desde el principio circuitos accesibles o bien contar con guías-intérpretes, que garantizan un ritmo y un mensaje idóneo para cada tipo de público.
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