Esclavos del ‘like’: así es la generación enganchada a los ‘me gusta’

La búsqueda de aprobación ajena en las redes sociales afecta sobre todo a las personas jóvenes y tiene síntomas parecidos a los que provoca la dependencia del alcohol o el tabaco
Por Javier de la Cruz 29 de junio de 2019
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Imagen: perig76

El uso intensivo de las redes sociales por parte de adolescentes y menores ha generado una de las adicciones que más preocupan a padres y psicólogos por sus efectos devastadores. Sus síntomas no difieren de los que alguien siente al depender del alcohol, las drogas o el tabaco. Son los nuevos yonquis del like. Los esclavos del “me gusta”. ¿Cuándo debemos empezar a preocuparnos por convivir con un adicto a las redes? María Fernández de la Riva es psicóloga y conoce bien los tics. No en vano, es especialista en terapias para adolescentes y nos describe algunas situaciones que podrían resultarnos familiares. Si es así, toma nota de los consejos que también apunta en este artículo.

«Cuando estás con un adolescente, le indicas que deje el móvil sobre la mesa y apague el sonido y, durante el tiempo que estás con él, mira la pantalla del dispositivo cada vez que se ilumina por la entrada de un mensaje, el tema empieza a ser preocupante. Si además le dices que por favor dé la vuelta al móvil y observas que físicamente su ansiedad aumenta (cambia el ritmo de la respiración, se inquieta, le cambia el humor) ya tenemos claro que tenemos delante un joven adicto«, indica de la Riva.

En muchos casos así, la vida, la autoestima y la escala de valores de los jóvenes atrapados en esta hoguera digital de las vanidades se fundamenta tan solo en el número de «me gusta» que recibe en las redes sociales o en su cantidad de seguidores. La dictadura del like se ha cobrado ya numerosas víctimas mortales en la Red en busca del selfi más difícil o más peligroso, de la mejor dieta para adelgazar o de los desafíos urbanos más temerarios a bordo de automóviles o motocicletas.

Así es la llamada ‘Generación Like’

Cada día circulan más de 4.000 millones de likes en Instagram. El «me gusta» se ha convertido es una especie de bitcoin emocional indispensable para la supervivencia afectiva de millones de jóvenes, los que integran la llamada «Generación Like», nacida a partir de 1994. «Este tipo de personas duerme con el móvil y lo utiliza en la cama. Al despertarse, lo primero que hace es consultarlo y lo último antes de dormirse, incluso retrasa sus horas de sueño», corrobora la psicóloga.

Para los adictos al like, consultar con frecuencia el estado de sus páginas, el acceso casi permanente a su perfil y el cuidado y sustitución continua de sus fotos es tan potente como la atracción de un imán. Según un estudio de la Universidad de California, el placer que provoca al cerebro de un adolescente conseguir una gran cantidad de ‘likes’ se asemeja a lo que siente al recibir dinero. De ahí la búsqueda obsesiva del emoticono.

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Imagen: Wokandapix

Según María Fernández de la Riva, el diseño de la actual sociedad estimula la participación en ese mundo digital paralelo, hasta el punto de poder hacernos parecer marginados sociales si no formamos parte de las comunidades virtuales. Se produce, por ejemplo, cuando «estamos viendo un programa de televisión y nos incitan a convertirnos en seguidores también a través de las redes, e incluso a tener una interacción instantánea con programas. Nos incitan a estar continuamente conectados», apunta la especialista. Y eso tiene consecuencias. En general, los jóvenes de la «Generación Like» ya han sufrido la recriminación de sus familias por el uso y el tiempo que pasan enganchados y por la utilización de dispositivos móviles en sitios poco adecuados: andando por la calle, haciendo deporte, en el cuarto de baño, en cine y en espectáculos…

Los jóvenes españoles de entre 12 y 17 años prefieren usar Instagram a ver películas, series o jugar con la videoconsola

En esta carrera por la consecución de un «me gusta», Instagram oficia como altar mayor de las redes sociales. Los jóvenes españoles de entre 12 y 17 años prefieren usar Instagram a ver películas, series o jugar con la videoconsola, según el estudio ‘Menores e Internet: la asignatura pendiente de los padres españoles’, elaborado por Qustodio. Para María Fernández de la Riva, «el problema más grave de las redes sociales es que nos volvemos dependientes de la aprobación, del like de los demás. Convertimos a las redes en nuestros dueños y estamos más preocupados en poder demostrar en las redes sociales lo que disfrutamos y nos divertimos en nuestra vida que en sentir lo que estamos viviendo». Una obsesión que alcanza todo su apogeo en la sala donde se exhibe La Gioconda, en el Museo del Louvre, en París, rodeada por una multitud de turistas armados con smartphones y tabletas y en apariencia más interesados en el selfie con La Mona Lisa que en disfrutar en persona de la emoción de tener a un palmo una pintura mítica. La exhibición a terceros ha sustituido progresivamente el placer de la experiencia individual.

La adicción al like, la búsqueda permanente de la aprobación de terceros en nuestros perfiles digitales, según Fernández de la Riva, «nos ofrece una imagen distorsionada de la realidad, con la búsqueda continua de la felicidad, del placer y del disfrute como objetivos; solo se buscan y se publican las experiencias positivas, las sensaciones agradables. Pero la gracia de la vida está en sus contrastes, en nuestra capacidad de sentir y experimentar toda la amplia gama de emociones humanas y de las respuestas y conductas que podemos tener frente a ellas».

Cinco medidas para desengancharte del móvil (y sus redes)

¿Qué consejos podemos dar a quienes se encuentren atrapados en la espiral de esta droga digital? Repasemos algunos, recomendados por esta psicóloga:

  • 1. Practica momentos libres de móvil, como las comidas y las cenas, el deporte, las reuniones con amigos. Céntrate y disfruta de lo que estás haciendo. Pon el teléfono en silencio o en modo avión y no lo tengas a la vista.
  • 2. También es conveniente habilitar zonas libres de móvil, esas estancias de la casa donde estáis todos juntos o donde se realizan otras actividades.
  • 3. No utilices el smartphone justo antes de acostarte; puede producirte problemas para conciliar el sueño y si tienes insomnio, no se te ocurra acercarte a él en toda la noche; incrementaría tu intranquilidad. Evita estas tentaciones cargando el móvil en otra habitación y usando un despertador tradicional. Según un estudio de la Royal Society for Public Health del Reino Unido, uno de cada cinco jóvenes se despierta de madrugada para consultar sus redes sociales.
  • 4. Desactiva todas las notificaciones de las aplicaciones, evita distracciones e interrupciones.
  • 5. No utilices el WhatsApp ni las redes sociales para conversaciones importantes o con gran carga emocional. Llama o queda en persona; el lenguaje no verbal es importante y, además, los textos e incluso las no contestaciones dan lugar a muchas malas interpretaciones.
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