Ser alérgico, sufrir problemas de motricidad, visión o audición, o tener una estatura que se aleje demasiado de la media puede suponer una dificultad añadida al viajar, en especial, en el momento de disfrutar de la habitación de un hotel. Quienes padecen alergias crónicas o tienen alguna discapacidad no pueden quedarse en cualquier sitio, mientras que las personas que superan (o que no llegan) a la medida estándar de estatura encuentran que los colchones, el mobiliario, los interruptores y los accesorios no se ajustan a sus necesidades. Son incómodos y de difícil acceso, aunque sean de buena calidad. No obstante, si bien varias cadenas hoteleras han comenzado a adaptar algunas habitaciones para personas con necesidades especiales, el servicio es todavía incipiente y se ofrecen, en su mayoría, en hoteles de alta gama. Esto supone un sobreprecio en las vacaciones de quienes prefieran alojarse en pensiones y albergues baratos. Viajar en “modo ahorro”, evitar riesgos y acceder a un buen descanso son conceptos incompatibles para quienes se salen de la media.
La accesibilidad, un tema prioritario
La supresión de las barreras arquitectónicas, la búsqueda de soluciones para antiguas estructuras y el interés por mejorar la accesibilidad en los nuevos edificios, locales y hoteles son iniciativas claras, cada vez más comunes entre arquitectos, diseñadores y constructores. Los datos apuntan a que sólo en la UE hay más de 50 millones de personas con algún tipo de discapacidad. Eso sin contar a quienes tienen una complexión física que se aleja de la estándar. Estas cifras, sumadas a los criterios de inclusión social y a las necesidades de ampliar el mercado en el caso de la hostelería, han logrado que las directrices de accesibilidad hayan ganado terreno e importancia en los últimos años.
En España, cada comunidad autónoma cuenta con su propio reglamento de accesibilidad. También es de competencia autonómica todo lo relacionado con las características que deben cumplir los alojamientos hoteleros. Por eso hay algunas diferencias. No obstante, en todas las normativas prima la voluntad de inclusión, seguridad y normalización en los espacios dedicados al turismo.
Las innovaciones más extendidas mejoran la estancia de personas con dificultades de audición, visión y motricidad
De todas las innovaciones que se han instaurado, las más extendidas intentan mejorar la estancia de personas con dificultades de audición, visión y/o motricidad. En algunos casos se requieren obras e inversión de capital, pero muchas mejoras no suponen para los hoteles grandes desembolsos de dinero. Una iluminación homogénea y con una intensidad lumínica superior a los 200 Lux permite una visión más clara a quienes tienen una deficiencia visual. Eliminar accesorios o muebles que obstaculicen el paso ayudará a quienes usen silla de ruedas o bastón, mientras que añadir luces a los sistemas sonoros de alarma servirá para proteger a quienes tengan problemas de audición.
El confort, para los términos medios
Casi todos los objetos e infraestructuras se diseñan con medidas estándar. Algunas son muy antiguas, como la separación de los rieles en las vías del tren, que mantienen la medida internacional (143,5 cm) desde hace más de un siglo y que deben su distancia a los carros tirados por caballos en el Imperio Romano. Otras son más recientes, como el ancho de las puertas en los nuevos edificios, que debe superar 80 cm para permitir el paso de sillas de ruedas. Las normativas actuales de accesibilidad ponen de manifiesto un interés creciente por suprimir las barreras arquitectónicas más duras. No obstante, se centran en las personas con movilidad reducida, dificultades visuales o problemas auditivos y dejan fuera los aspectos que no se consideran discapacidad. Es el caso de la estatura.
Como no se considera una discapacidad, sino un rasgo físico, no hay normas escritas que impulsen a introducir cambios en las habitaciones. Ser muy alto o muy bajo no es, en principio, un problema, pero sí puede dar lugar a un sinfín de dificultades al moverse. La explicación es sencilla. A pesar de las innovaciones en materiales y normativas, las dimensiones estándar están pensadas para los términos medios, la mayor parte de la población. En consecuencia, cuanto más alejado se esté de ese patrón, más difícil será manejarse con comodidad y soltura. La altura media de los españoles ronda 1,75 metros. Quienes están por encima de esa cifra (en especial, quienes superan 1,92 metros) y quienes están por debajo (cuando se mide menos de 1,30 metros) tienen cientos de obstáculos en la vida cotidiana. El sector de la hostelería y el turismo no es la excepción a esta regla.
Medidas y decisiones habituales
El largo de una cama: 1,90 metros. La altura de una puerta: 2,03 metros. La altura de una mesa o un lavabo: 75 centímetros. La lista de objetos, accesorios y muebles continúa, pero unos pocos ejemplos bastan para obtener tres ideas. La primera: las medidas estándares son claras. La segunda: son de aplicación frecuente. Y la tercera: las personas muy altas o demasiado bajas tendrán problemas de descanso y confort.
Los edificios de algunos hoteles disponen de una planta pensada para jugadores de baloncesto, con camas de 2,20 metros
Los hoteles, en general, se inclinan por satisfacer las exigencias habituales de sus clientes. En algunos casos, la petición de una cama más larga se entiende como un acto extravagante, pero no lo es. Una convención del Tall Persons Club (Club de Personas Altas), en Reino Unido, desbordó hace poco la capacidad de alojamiento de una importante cadena hotelera. El episodio se recogió en la prensa con un punto de hilaridad, pero el trasfondo del asunto es serio. Decenas de jugadores de baloncesto viajan todas las semanas para competir en diversas ciudades y no sólo necesitan hospedarse, sino también descansar de una manera adecuada.
Con esta idea, algunos hoteles se pusieron manos a la obra para adaptar habitaciones a esta necesidad específica. Es el caso de la cadena Sercotel Hoteles, cuyos edificios disponen de una planta pensada para jugadores de baloncesto, con camas de 2,20 metros, donde pueden dormir en perfectas condiciones. También los hoteles de la cadena High Tech disponen de habitaciones XXL con camas especiales de matrimonio (1,80 x 2,20 metros) o 2twin (dos camas de 2,20 x 1,10 metros cada una). Otro establecimiento, el Extremadura Hotel de Cáceres, tiene más de 20 habitaciones con camas, puertas y baños adaptados para personas de gran estatura.
Accesorios de altura
Rediseñar toda la habitación es fundamental, ya que el descanso y el confort no están sólo en las camas. También se pueden incluir una serie de accesorios para adecuar a las instalaciones al tamaño de sus huéspedes. ¿De qué sirve un lecho XXL si se tiene que entrar a la habitación agachado? ¿De qué valen unos interruptores de la luz ubicados a un metro del suelo si no es posible mirarse en el espejo del baño porque está demasiado alto?
Algunas cadenas hoteleras han adecuado también sus instalaciones a estos casos, aunque la oferta no es muy amplia y sólo afecta a determinados grupos. Son diseños especiales que tienen en cuenta, entre otras cosas, la altura de las puertas de acceso, pestillos, lavabos y grifería, incluida la ducha. También se modifican las alturas (y las inclinaciones) de los espejos, de las barras para colgar la ropa y de los muebles en general, con mesillas más altas o más bajas de la medida estándar. No obstante estos servicios no están individualizados en cada habitación y, por lo general, están ubicados en plantas habilitadas para estas personas.
Reservas on line
Un déficit de las reservas que se tramitan a través de Internet es la dificultad para contratar una habitación con camas especiales para los clientes más altos. Si bien a través de la reserva on line se pueden seleccionar otras modalidades (que la habitación sea para fumadores o no, para matrimonio o persona individual, incluso para discapacitados), los clientes con gran estatura o con alergias crónicas lo tienen más complicado.
Es difícil contratar a través de Internet habitaciones para personas con necesidades especiales
En el caso de las personas alérgicas, que requieren unas necesidades sanitarias determinadas, cuentan con un buscador de hoteles adaptado para ellos. La web incluye alojamientos en España y en otros países. En el caso de las personas de baja estatura, una alternativa es buscar hoteles con habitaciones para personas en sillas de ruedas, ya que eso les garantizará que todos los elementos y el mobiliario tengan dimensiones adecuadas y cómodas. En cuanto a las personas muy altas, la opción más adecuada para reservar una habitación con camas grandes es dirigirse en persona o por teléfono a la dirección del centro hotelero, explicar cuáles son sus necesidades y preguntar si pueden disponer de una cama de mayor longitud a la habitual.
Los hoteles con habitaciones especiales no cobran más por alojarse en ellas. Esa infraestructura forma parte de sus servicios.
No obstante, estas habitaciones son más frecuentes en los establecimientos de gama media alta (tres, cuatro y cinco estrellas) que en las pensiones u hostales modestos. Hospedarse en hoteles de categoría es más caro y el presupuesto de un viaje puede elevarse.
Si se tiene algún tipo de discapacidad, afección o rasgo que dificulte el descanso adecuado en las condiciones habituales, lo idóneo es buscar alojamiento con tiempo, llamar a los hoteles elegidos y preguntar si pueden satisfacer las necesidades personales.
Las mejoras de accesibilidad para personas en sillas de ruedas, con problemas de vista o de oído, son más habituales que otras. En general, cuando un hotel acomete reformas o introduce cambios en este sentido, lo anuncia y lo indica en sus folletos y centrales de reservas de páginas web.
Las personas de muy baja estatura pueden beneficiarse de la supresión de barreras arquitectónicas y la mejora del entorno para quienes usan silla de ruedas.
Quienes padecen alergias o enfermedades crónicas pueden buscar a través de portales de turismo específicos o pedir información al respecto en las diversas asociaciones que hay en España.
No es tan fácil encontrar un reclamo que anuncie “camas grandes” o “habitaciones para personas XXL”. En estos casos, lo más práctico es llamar y preguntar.