Cinco errores frecuentes cuando vendemos un piso

Si no se quiere dar al traste con la venta de la vivienda, hay que evitar una serie de actuaciones poco afortunadas, como hinchar el precio u ocultar información sobre la situación real del inmueble
Por José Ignacio Recio 28 de julio de 2015
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Imagen: photography33

La reactivación del mercado inmobiliario lleva a que bastantes propietarios intenten dar salida a sus viviendas y las ponen a la venta. Durante este proceso siempre se trata de conseguir las mejores condiciones en el contrato. Sin embargo, este deseo puede colisionar con una postura poco razonable por parte de los vendedores, que suponga incluso no lograr su objetivo. Y es que cualquier negligencia puede dar al traste con la operación. En este artículo se muestran los errores que nunca hay que cometer al intentar vender un piso y los trucos para hacerlo con éxito.

Imagen: photography33

No es casual que algunas operaciones inmobiliarias se frustren más por los errores que cometen sus dueños, que por las características del inmueble. Si se eliminan estos descuidos, será más fácil vender una casa.

1. Hinchar el precio

De poco servirá incrementar el precio de la vivienda de forma artificial. Solo generará que los posibles compradores desaparezcan de la lista de visitantes. Para evitar esta situación tan poco práctica, lo más sensato será poner una cuantía realista y objetiva, y atraer así a un mayor número de demandantes.

La flexibilidad en el importe constituye otro valor añadido para formalizar con éxito el contrato entre ambas partes; incluso con pequeñas rebajas progresivas para resaltar la potencia de la oferta. Y bajo ningún concepto hay que rechazar ninguna propuesta, a no ser que esta sea muy desproporcionada con respecto a lo que se pedía al principio.

2. Ocultar cualquier información

No conviene encubrir datos sobre la situación real del inmueble. Tarde o temprano los demandantes se darán cuenta de su estado y, si ha habido alguna ocultación, solo habrá servido para perder tiempo de forma innecesaria.

Es preciso que toda la información sea clara, contundente y abundante en material gráfico (fotos, vídeos, etc.) con un único fin: que el cliente tenga una idea aproximada sobre lo que se encontrará en su visita. Cualquier detalle puede ser primordial para su venta: instalación wifi, trasteros o el pago de la comunidad de vecinos.

3. Vender sin reformar

Según dicen los expertos inmobiliarios, un piso reformado tiene más posibilidades de venderse que otro que no lo está. Ante este escenario, sería prudente que los propietarios muestren la vivienda en buen estado, con todos sus servicios a disposición de los visitantes y, si es necesario, actualizado a través de una pequeña reforma.

Ante cualquier incidencia que presente (suelo en mal estado, instalaciones anticuadas, deficiencias en su estructura), habrá que aclararlo en la oferta presentada a través de los canales elegidos para su comercialización. No conviene despistar a los futuros compradores. Seguro que serán muy exigentes y desistirán de formalizar el contrato ante la presentación del inmueble.

4. No contar con apoyos

Ya no basta con llevar las negociaciones de forma personal, de particular a particular. Es necesario contar con otros apoyos para comercializar la operación. Anuncios en prensa, Internet, medios especializados en el sector inmobiliario, etc. serán los canales de ayuda para llevar con éxito el traspaso.

No deben olvidarse las redes sociales para potenciar la venta de la casa. Son muy efectivas para alcanzar el objetivo. Llegará a más usuarios y, como consecuencia de ello, no será difícil alcanzar un acuerdo con alguno de los destinatarios.

5. Infravalorar sus ventajas

Toda vivienda tendrá más de un punto fuerte para interesar a la otra parte. Puede que sea de techos altos, céntrico o con gran calidad de sus materiales. Si no se refleja esta información, es difícil que el comprador tenga una idea aproximada de lo que puede encontrarse.

¿Cómo conocer el precio de venta real de un piso?

La cuantía de la operación no está nunca limitada cuando se vende un piso. Es un mercado abierto, con absoluta libertad para adjudicarlo. No obstante, una mala decisión en los cálculos impedirá cerrar el trato con los compradores. En este sentido, la mejor estrategia para conseguirlo es poner un precio ajustado a las condiciones del mercado inmobiliario. ¿Cómo lograr este objetivo? De muchas formas, y en donde las alternativas que disponen los vendedores se ajustarán a las siguientes actuaciones:

  • Tasarlo para conocer su valor real: se demandará la ayuda de un tasador que se encargará de dar un precio a la vivienda, de forma objetiva y en consonancia con los costes del mercado.
  • Sondear los precios del entorno: basta con dedicar varios días para comprobar cómo está la oferta en el barrio, zona o población, para constituir el punto de referencia que marcará el importe del inmueble.
  • Consultas profesionales: para ajustarse a la oferta inmobiliaria, puede ser de gran ayuda acudir a una agencia, en donde sus profesionales reflejarán la valoración justa. Conocen el mercado, desean formalizar la operación y tratarán por todos los medios que una valoración irreal dé al traste con la negociación.
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