Siete claves para alquilar un piso en la playa

Antes de arrendar una casa en la playa hay que comprobar la situación y las condiciones en que está la vivienda y, siempre, firmar un contrato
Por EROSKI Consumer 13 de julio de 2012
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El alquiler de un piso de verano en la playa es la opción de muchas personas para resolver el alojamiento en vacaciones. Si se alquila una vivienda durante una semana, se ahorra más de un 50% respecto del precio de un hotel. Presenta la ventaja de contar con un espacio propio y un control absoluto sobre los costes de alimentos y los horarios. Las dificultades más frecuentes en estas operaciones son el desconocimiento del arrendador y del lugar, además de los riesgos de adquirir un compromiso a distancia. Por ello, es indispensable formalizar un contrato. A continuación se detallan esta y otras claves para evitar sorpresas al alquilar una casa en la playa.

1. Búsqueda detallada de la información

Hay tres formas básicas de tomar contacto con la oferta de pisos: por medio de inmobiliarias, mirar los anuncios del periódico, y contactar luego con los anunciantes (dueños o intermediarios), o buscar información en las páginas web dedicadas al alquiler vacacional.

No hay que fiarse de los anuncios que incluyan vaguedades respecto a la distancia al mar

La versión digital de los clasificados, en periódicos o portales especializados, cuenta con la ventaja de incluir imágenes: a la descripción de la casa se suma la información detallada que aportan las fotografías, que hasta permiten apreciar detalles de las paredes y los muebles.

La preselección es importante y las posteriores llamadas serán esenciales para confirmar la veracidad de la información y detectar posibles fraudes, descuidos o inconsistencias que pudieran complicar las vacaciones.

2. Ubicación de la vivienda

Es importante conocer el enclave exacto de la vivienda y conviene contrastar que coincida con el anuncio. Se debe evitar cualquier piso o casa cuya descripción incluya vaguedades como «a metros de la playa», «cerca del mar…» u otras que se emplean en los clasificados. Muchas veces se utilizan para hacer más atractiva la oferta, aunque luego las distancias al arenal sean mayores o la cercanía con los principales centros de ocio del lugar visitado no sea la publicitada.

Aplicaciones como Google Maps, en Internet, permiten localizar direcciones precisas, lo que es una inestimable herramienta para verificar de primera mano ese dato. También una llamada a la oficina de información turística del sitio puede ser de utilidad para comprobar lo que asegura el propietario del piso.

3. Dueño o intermediario

Siempre hay que cerciorarse de que habrá un interlocutor válido durante la estancia, para solucionar posibles problemas que sobrevengan con el uso de la vivienda. Si se trata de una persona que alquila su propia casa, la desventaja es el especial celo que pueda tener con las instalaciones, pero como contrapartida puede significar mayor solicitud en el momento de atender algún imprevisto con el establecimiento.

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Imagen: Vox Efx

En cualquier caso, y para evitar posibles problemas posteriores, hay que asegurarse de que el alquiler del inmueble sea legal y esté dado de alta como tal.

4. Contrato

No deben quedar dudas sobre que el alquiler se hará bajo contrato formal. Aunque a veces se asocia temporalidad a informalidad, esto no es así. La firma de un contrato y la comprobación de todo lo que dice salvaguarda al inquilino, en caso de que no se entregue la casa en las condiciones adecuadas o que se incumplan las cláusulas.

El contrato servirá ante posibles demandas jurídicas, al igual que todo el material de publicidad y promoción (folletos, páginas web) que tienen el valor de compromiso contractual para la Justicia. Por lo general, los denominados «contratos de arrendamiento por temporada» se rigen por la voluntad de las partes, que solo tiene validez legal plasmada en un contrato de alquiler.

5. Precio

Hay que averiguar si se debe pagar una fianza y una señal. También habrá que comprobar si el precio del contrato de alquiler es por todo concepto, o habrá que costear cargos extras como limpieza o pago de algún servicio, lo que deberá figurar en el contrato.

Debe solicitarse la confirmación escrita de la reserva, con detalle del periodo de alquiler, día y hora de inicio y de finalización. Esto es importante pues, por lo general, son apartamentos que pasan de mano en mano y puede darse el caso de que las condiciones higiénicas o la entrega en tiempo se transformen en un problema. Si es así, se puede exigir la limpieza inmediata de la vivienda y posterior indemnización económica o descuento por el retraso en la entrega de llaves.

6. Señal

Se realiza, por lo general, a través de cuenta bancaria, que deberá corresponder a la inmobiliaria intermediaria o al dueño del piso. Es una cifra que ronda el 30% del precio final y garantiza la disponibilidad de la reserva. El importe de la señal puede variar en función de la demanda y puede alcanzar hasta el 100% de valor del contrato cuando esta es alta. No es recomendable hacerlo así si el trato se hace a distancia.

En el documento que certifica la señal deben figurar, entre otras cosas, la descripción del tipo de alojamiento, las instalaciones complementarias, los días de estancia, los servicios adicionales, el precio más IVA, la ubicación de la casa, los nombres de arrendador y arrendatario, etc.

7. Fianza

Es normal en este tipo de contratos, pero solo se puede reclamar en el momento de ocupar el apartamento si así estaba previsto. La fianza no suele ser superior al 25% del importe total del precio pactado y debe reintegrarse al cliente en su totalidad cuando finalice el contrato, si no se comprueban deterioros o incumplimientos.

Los propietarios en ocasiones se niegan a devolver la fianza, pues alegan algún tipo de desperfecto en la vivienda o la falta de algunos enseres. Para evitar esto, la firma del inventario (anexo del contrato) donde figure el detalle de los elementos que contiene el piso es primordial.

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