Riesgos y beneficios del exceso de vitamina A

A largo plazo puede provocar efectos nocivos en los órganos que la metabolizan, como el ojo y el hueso
Por Maite Zudaire 28 de agosto de 2009

El consumo excesivo de vitamina A no está exento de riesgos. Algunas personas abusan de ésta en los meses previos al verano y durante la época estival con el fin de conseguir un bronceado más seguro. Pero hay evidencias científicas que demuestran sus efectos nocivos cuando la ingesta es desmesurada. El aporte extra de complejos vitamínicos o de vitaminas aisladas puede afectar, a largo plazo, a los órganos que las metabolizan.

El consumo excesivo de vitamina A puede superar las necesidades biológicas. Éstas se estiman en 800 Equivalentes de Retinol (RE) para mujeres adultas (unas 2.667 Unidades Internacionales de retinol) y 1.000 Equivalentes de Retinol para hombres adultos sanos (3.300 Unidades Internacionales de retinol). La vitamina A es esencial para el buen funcionamiento del organismo, pero al ser soluble en grasa y almacenarse en el hígado, las deficiencias de este complejo son poco frecuentes.

Su consumo excesivo se considera tóxico a largo plazo. Puede provocar efectos nocivos en los órganos que la metabolizan (ojos, huesos e hígado). La abundancia de este componente se relaciona con visión borrosa, pérdida de peso, falta de apetito y osteoporosis, entre otros síntomas. Los suplementos de vitamina A, o beta-caroteno, son motivo de preocupación para los profesionales de la salud, a pesar de que pueden adquirirse sin receta médica en farmacias y en tiendas de herbodietética.

Otras vitaminas, como la D, K, E o C, el ácido fólico y la vitamina B12, también pueden causar alteraciones orgánicas si se toman en exceso, en forma de suplementos, sin juicio médico.

Peligro de fractura ósea

El consumo de suplementos de vitamina A se ha demostrado peligroso para la salud de las personas fumadoras

La documentación científica en personas, aunque todavía limitada, advierte de que el exceso de beta-caroteno estimula la resorción ósea «in vivo», es decir, la desaparición parcial o total del tejido óseo al inhibir su formación. En concordancia con estos datos, estudios observacionales recientes sugieren que una ingesta elevada de vitamina artificial en forma de suplementos puede asociarse a una menor densidad mineral ósea y a un mayor riesgo de fracturas y de osteoporosis.

Sólo un estudio prospectivo (diseñado para determinar la relación entre una enfermedad y una característica compartida por algunos miembros de un grupo) ha evaluado el efecto de la suplementación con vitamina A en el recambio óseo y en la masa ósea.

La investigación fue llevada a cabo desde el Institute on Aging, de la Universidad de Wisconsin, en Madison (EE.UU.). En ella se evaluó la densidad ósea en hombres sanos después de la suplementación con la mayor dosis de vitamina A disponible. Participaron 80 varones de entre 18 y 58 años de edad. Las mujeres no fueron incluidas en este estudio debido al potencial efecto teratogénico (malformaciones en el embrión o feto) de una dosis elevada de vitamina A.

Durante las seis semanas que duró la prueba, la mitad de los hombres recibió con la cena un comprimido diario que contenía 7.576 microgramos (25.000 Unidades Internacionales) de beta-caroteno, en forma de palmitato de retinol. Al resto se administró placebo. La conclusión del estudio, con las limitaciones de una muestra pequeña, fue que, a corto plazo, la ingesta de la dosis estudiada en varones sanos no altera los marcadores séricos -fosfatasa alcalina ósea, osteocalcina sérica, N-telopéptido del colágeno tipo 1-, que permiten identificar el proceso de remodelamiento del hueso.

Por lo tanto, es poco probable que su administración pueda contribuir a corto plazo al desarrollo de la osteoporosis. No obstante, el aporte de suplementos de esta vitamina a largo plazo sí podría tener efectos adversos en la salud ósea, por lo que los expertos pretenden llevar a cabo estudios prospectivos de mayor duración para establecer su nivel seguro.

Exceso medido para la salud ocular

Los suplementos de beta-caroteno se utilizan con éxito para tratar la enfermedad degenerativa del ojo, conocida como retinitis pigmentosa o pigmentaria. Así se denomina a un grupo de desórdenes hereditarios del ojo que envuelven la retina, la capa nerviosa sensible a la luz que reviste la parte posterior del globo ocular y que causa una progresiva pérdida de la capacidad visual.

Dado el riesgo del exceso de vitamina A para otros órganos, como los huesos, la Foster Biomedical Research Laboratory, de la estadounidense Brandeis University, informa de un estudio que evaluó la seguridad del consumo diario de una dosis de vitamina A inferior a 7.500 RE (25.000 Unidades Internacionales), en adultos de entre 18 y 54 años de edad con retinitis pigmentosa y con buena salud. Las conclusiones apuntan que dosis superiores a las administradas se consideran tóxicas tras un consumo a largo plazo, como el que siguen estos pacientes para el tratamiento de su enfermedad degenerativa.

EL PELIGRO EN EL EMBARAZO

El único estudio epidemiológico que ha determinado la teratogenicidad de la ingesta de una dosis alta de vitamina A sintética en forma de suplementos se publicó hace más de una década en la revista médica de referencia “New England of Journal Medicine”. La investigación, dirigida desde el Departamento de Medicina de la Boston University School of Medicine (EE.UU.), examinó entre octubre de 1984 y junio de 1987 a 22.748 mujeres. De ellas, 339 habían tenido bebés con carencias de nacimiento y a 121 de los niños se les diagnosticaron problemas derivados de la malformación en la cresta neural craneal (extremo cefálico del embrión), la parte del organismo que se ve afectada por una sobredosis de vitamina A.

Los resultados concluyen que el consumo diario de cantidades de beta-caroteno superiores a las 10.000 Unidades Internacionales aumenta de forma notable el riesgo de malformaciones fetales. En concreto, según este estudio, se estima que un niño de cada 57 tenía probabilidad de sufrir una malformación atribuible al suplemento. La mayor frecuencia de éstas se concentró entre los bebés nacidos de mujeres que consumieron altos niveles de vitamina A antes de la séptima semana de gestación.

Expertos del Departamento de Obstetricia y Ginecología de la Universidad de Rochester (EE.UU.), en una revisión llevada a cabo para determinar la cantidad de vitamina A con efectos teratogénicos, no observaron toxicidad ni en animales ni en humanos que habían consumido altas dosis. Sin embargo, la ingesta de este componente en forma de suplemento se ha demostrado peligrosa para la salud de las personas fumadoras, con mayor riesgo de desarrollar cáncer de pulmón. Así concluyen los investigadores del National Public Health Institute, en Helsinki (Finlandia), y del Cancer Prevention Studies Branch, Division of Cancer Prevention and Control, National Cancer Institute, Bethesda MD (EE.UU.).

ALIMENTOS ENRIQUECIDOS

La alteración de la concentración natural de un nutriente en cualquier producto que se comercialice tiene que atender al Reglamento 1924/2006, relativo a las declaraciones nutricionales y de propiedades saludables en los alimentos, puesto en marcha el pasado 1 de julio de 2007. En los productos enriquecidos, significa que, si van acompañados del mensaje “alto contenido en vitamina A”, contendrán como mínimo dos veces el valor establecido para la Cantidad Diaria Recomendada (CDR), que es de 800 microgramos. El consumidor debería tener conocimiento de esta información para que le ayude a elegir los alimentos en función de sus necesidades y no tenga deficiencias nutritivas, pero tampoco excesos.

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