Bebidas para todos los gustos y necesidades

Algunas bebidas naturales, además del efecto hidratante, consiguen un plus nutricional de una manera apetecible e inmediata
Por Maite Zudaire 23 de febrero de 2012
Img refrescos

El café es una de las bebidas más apreciadas. La costumbre de despertarse y tomar un café recién hecho, terminar la comida con un cortado o quedar con los amigos a tomar un café está tan arraigada, que se ve como lo más natural. Sin embargo, hay muchas más bebidas. Algunas de ellas ayudan a tener la mente despejada, el mismo efecto que se persigue al tomar el café, pero carecen del efecto excitante, a veces molesto, que provoca la cafeína. Otras bebidas, además del resultado hidratante, consiguen un plus nutricional de una manera apetecible e inmediata. Cuesta menos beber que comer.

Entre tanta variedad de bebidas, resulta fácil encontrar la que más se ajuste a las necesidades y preferencias del momento.

Zumos o licuado de frutas. El zumo natural se toma recién hecho, a partir de la mezcla de frutas que más apetece en ese momento. Si se opta por un zumo comercial, conviene asegurarse de que no sea néctar porque contiene azúcares añadidos, una bebida más dulce pero más alejada de lo natural. En la variedad de zumos está el gusto, de ahí que, según la temporada, se anime a probar distintas mezclas: granada y mandarina, sandía o fresas con naranja, manzana y uva.

Refrescos caseros, ricos y naturales. Una botella de gaseosa o de agua con gas sirve de base para elaborar un refresco casero, sin aditivos colorantes, aromatizantes ni saborizantes. A este líquido se añade en la cantidad deseada el zumo de fruta elegido, la mezcla de zumos o la papilla de frutas, que darán consistencia y gusto a la bebida refrescante. El azúcar no tiene cabida en esta receta. Se propone conseguir el sabor dulce con alimentos naturales como la fruta bien madura o al batir un puñado de frutas desecadas con el resto de fruta fresca para aumentar el dulzor del puré.

Si la fruta no está muy madura y sobresale el gusto ácido en la bebida, se puede añadir unas gotitas de estevia, lo justo para ensalzar el dulzor sin desnaturalizar el sabor de la fruta. A las clásicas limonada y naranjada le surgen competidores hidratantes, nutritivos y muy originales, como los refrescos elaborados con cualquier fruta de temporada; fresas, melocotón, melón, sandía, uvas, manzanas, peras, mandarinas o naranjas. Tomar un refresco casero para desayunar a para almorzar puede ser una buena forma matutina de activar los mecanismos depurativos del cuerpo.

Innumerables tipos de té. Al té blanco, verde, rojo y negro, los más conocidos, se suman otros menos comunes pero interesantes por su menor o nulo contenido en teína; el bancha y el kukicha. Todas estas propuestas se plantean como una bebida más o como alternativa al café, en particular los dos últimos, el bancha y el kukicha, que tienen la cualidad de despejar la mente y proporcionar sensación de vitalidad, pero sin la excitación de la teína. La clave para obtener el máximo beneficio de los tés sin perjudicar el sabor ni que sea una bebida demasiado excitante es tenerlos en infusión el tiempo justo. Para el té blanco, un minuto, dos minutos para el verde, tres para el rojo y cuatro minutos, no más, para el negro. Tenerlos durante más tiempo hace que pierdan concentración de teína y se formen los taninos, compuestos responsables en gran medida de su amargor y su retrogusto o sensación de astringencia en la boca.

Bebidas para deportistas. Este tipo de bebidas se desarrollan con el objetivo de suplir los nutrientes que se pierden tras una actividad deportiva intensa y/o duradera. Pero su fácil adquisición, su buen gusto y las potentes estrategias de marketing han conseguido universalizar su consumo. El alto contenido en azúcares de estas bebidas las hace innecesarias para quienes practican una hora de deporte diaria, incluidos los niños, muy aficionados a tomarlas al final del entrenamiento o de la competición deportiva. En cuestión de azúcares y calorías, las bebidas para deportistas son equivalentes a cualquier refresco.

Caldos de verduras. Un caldo humeante antes de cada comida es adecuado para el estómago y lo predispone hacia una mejor digestión. Además, al llenarse de agua las tripas, se proveen de cierta sensación de saciedad que invita a comer menos o de una manera más moderada y más despacio, sin ansiedad. El agua de cocción de cualquier verdura sirve para traducirla en caldo, con su punto justo de sal y hierbas aromáticas. Si se baten las hortalizas cocidas, se consigue espesar un poco el caldo y obtener una reconfortante crema licuada, la de puerros, o la de lechuga, espinacas y calabacín.

BEBIDAS AROMATIZADAS

El mercado de las aguas embotelladas marca tendencias con las bebidas aromatizadas. Estas nuevas aguas están compuestas por este líquido (entre el 99,2% y el 99,7%), diversidad de aditivos (acidulantes, edulcorantes, conservantes, saborizantes y aromatizantes) y/o de extractos de plantas como el té verde, el rooibos o el ginseng.

El contenido en extractos de plantas es tan pequeño, que el consumidor no puede esperar beneficio alguno tras su consumo. La única ventaja que pueden tener es que, al dar sabor al agua, esta se consuma más por parte de quienes no tienen costumbre de beber. No obstante, en casa es fácil elaborar un agua con sabor natural si se añaden a la botella unas hojas de menta, una infusión que guste, un zumo de fruta, unas bolas de anís o unos granos de café.

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