El consumo de ketchup influye en la prevención de distintos tipos de cáncer

Este efecto protector proviene del licopeno, un componente de este derivado del tomate
Por EROSKI Consumer 6 de febrero de 2011

El ketchup puede ayudar a prevenir distintos tipos de cáncer, tal como concluye una revisión de diferentes estudios realizada por un grupo de científicos de la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense de Madrid. El responsable de este efecto protector es el licopeno, un componente de este derivado del tomate.

En total se han analizado 28 ensayos clínicos llevados a cabo en los últimos 10 últimos años, en los que se ha observado una «asociación estadísticamente significativa» entre la ingesta de licopeno procedente de tomate fresco y derivados y la prevención de distintos tipos de cáncer, debido a la acción antioxidante del mismo. El licopeno es un carotenoide presente en los tomates y derivados que reduce la incidencia de distintos tipos de cánceres, especialmente frente al cáncer de próstata, asegura la doctora Montaña Cámara Hurtado, del Departamento de Nutrición y Bromatología de dicha entidad.

Se ha demostrado así su capacidad para inhibir la proliferación celular, al tiempo que posee un efecto anti-carcinogénico y anti-aterogénico, al intervenir en la comunicación intercelular (responsable del crecimiento celular) y modular los mecanismos inmunológicos. Precisamente, uno de los estudios más recientes publicados al respecto, dirigido por la doctora Cámara Hurtado, destaca que el ketchup es de los derivados de tomate donde se encuentran los mayores niveles de concentración de licopeno, hasta 25 miligramos por cada 100 gramos, muy por encima de otros como el gazpacho, la salsa de tomate, zumo de tomate, tomate triturado o tomate pelado. Además, diversos estudios científicos avalan el contenido de licopeno de los derivados de tomate por su estabilidad al procesado y su mejor biodisponibilidad, debido a sus características liposolubles.

La absorción de licopeno se origina en el intestino tras liberarse de la matriz que lo contiene, algo que se favorece tras calentar la matriz o disminuir el tamaño de partícula, de ahí que los derivados del tomate, al ser productos procesados, favorezcan más su absorción. Las principales áreas corporales de distribución de este principio activo son la glándula adrenal, el hígado, el tejido adiposo, la próstata, riñones y ovarios.

En cuanto a las condiciones de uso, este grupo de científicos apuesta por una ingesta diaria de entre siete y 10 miligramos de licopeno, equivalente a tres bolsitas de ketchup, una cantidad que «se puede considerar como adecuada para ejercer su acción beneficiosa».

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