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Por qué sangra la nariz de un niño
Las hemorragias nasales, conocidas en el argot médico como epistaxis, son sangrados que se originan en las fosas nasales o senos paranasales por la ruptura de pequeños vasos sanguíneos (capilares) y que salen al exterior a través de los orificios de la nariz. Como explican los pediatras, son muy frecuentes en la infancia, sobre todo entre los 2 y 10 años, pero a pesar de lo escandaloso que puedan resultar, normalmente no revisten gravedad y se pueden solucionar en casa.
El sangrado en la parte posterior de la cavidad nasal (plexo de Woodruff) es poco frecuente (5-10 %) y apenas sucede a estas edades (propio de adultos). Pero resulta muy peligroso, ya que la sangre puede canalizar a través de la faringe, como aclaran desde la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC).
En cambio, en los niños y niñas, las hemorragias nasales más comunes se producen en la parte anterior del tabique (plexo de Kiesselbach). En esta zona delantera de la nariz, hay múltiples y delicados capilares que ayudan a calentar y humedecer el aire que respiramos, por lo que es muy sencillo que se rompan. Y más en el caso de los menores, que aún tienen una nariz en desarrollo.
➡️ Causas de la hemorragia nasal en menores
¿Y por qué pasa esta rotura? Estas son algunas de las razones:
- Aire seco. El clima seco o la calefacción demasiado alta pueden resecar las membranas nasales, por lo que aparecen costras que, al menor contacto o rascado, sangran.
- Manipulación digital de las fosas nasales. Los adultos también lo hacen, pero los niños y niñas mucho más, en su afán por explorarlo todo. Meterse el dedo en la nariz puede provocar lesiones en la mucosa y derivar en sangrado.
- Resfriados, sinusitis crónica o rinitis alérgica. Los estornudos frecuentes, la inflamación de las mucosas y tener que sonarse la nariz tan a menudo para quitarse los mocos en estas situaciones pueden irritar los capilares y producir una hemorragia nasal. Incluso puede ocurrir mientras duermen.
- Traumatismos. Tras un golpe en la nariz al hacer deporte o por una caída… el sangrado es muy probable.
- Medicación inhalada. Los fármacos para la alergia como antihistamínicos o descongestivos para reducir el picor de nariz o los mocos también pueden resecar la mucosa y hacer que el peque sangre.
- Introducción de un cuerpo extraño en la nariz. Los niños se lo llevan todo a la boca, y también a la nariz o el oído, como puede pasar con las pilas de botón o las perlas de agua. Introducen objetos pequeños en su nariz, lo que puede causar, como poco, irritación y, por supuesto, sangrado.
- Enfermedades. En menores no es frecuente, pero también puede pasar que detrás del sangrado en la nariz haya un tumor nasal o tumores malignos, un trastorno que altere la coagulación de la sangre (como la enfermedad de Von Willebrand) o la hipertensión infantil.

Por qué sale sangre de la nariz de los niños en verano
Y precisamente en verano las altas temperaturas y las condiciones ambientales tienen mucho que ver en la frecuencia con que a los peques les sangra la nariz.
👉 Mucho calor y poca humedad
El calor y un ambiente poco húmedo propio de la época estival pueden secar la mucosa de la nariz, por lo que resulta fácil que se agriete. Además, no es complicado que los vasos sanguíneos de la nariz se dilaten y se rompan. Y debido a la cantidad de estos frágiles capilares en la zona, también cualquier minitraumatismo (rascarse, hurgarse la nariz…) acabará con sangrado.
👉 Cambio brusco de temperaturas
La exposición al aire acondicionado o el aire frío del ventilador y, después, al intenso calor de los exteriores irrita las fosas nasales. De esta manera, resulta muy sencilla su ruptura y, por tanto, su sangrado.
👉 Más actividades al aire libre
En verano, los menores pasan más tiempo en exteriores y sometidos a una mayor exposición solar, jugando en la calle, andando en bici…, por lo que están más expuestos a caídas y golpes y, en consecuencia en muchos casos, a hemorragias nasales. Y si no se hidratan correctamente, el calor que experimenten contribuirá a que sequen sus mucosas nasales.
Cómo parar una hemorragia nasal de un niño
Como comentan los expertos, en la mayoría de los casos, estas hemorragias ceden de forma espontánea o con maniobras de primeros auxilios muy sencillas que los padres y cuidadores deben conocer:
- Antes que nada, mantén la calma y tranquiliza al peque.
- Si no has visto cómo ha empezado el sangrado, pregúntale cuándo ha comenzado y en qué circunstancias.
- Haz que el menor se siente derecho, con la cabeza en posición vertical, levemente inclinado hacia delante. Nada de echar la cabeza para atrás. Así evitas que trague sangre, lo que podría ser irritante a nivel gastrointestinal, y previenes que el compromiso de la vía aérea, ya que el mal gusto de la sangre podría provocarle náuseas, tos o vómitos.
- Procura que se suene ligeramente la nariz, para que no queden coágulos, y limpia la cara de restos de sangre. Un consejo de enfermeras pediátricas: para evitar que tu hijo entre en pánico al ver la sangre, puede ser útil tener en tu botiquín de primeros auxilios una toalla roja (pañuelo o servilleta).
- Para realizar la compresión de la nariz, presiona la parte anterior del tabique del menor con el índice y el pulgar (a modo de pinza), con el fin de cerrar los dos orificios nasales. Pide al niño que respire por la boca.
- Mantén la nariz tapada durante al menos 5 minutos, si bien lo recomendable es entre 10 y 15 minutos.
- Deja de presionar y comprueba si se ha detenido el sangrado.
- Si todavía sangra, repite la compresión. Los otorrinos aseguran que la aplicación de hielo puede ayudar en el proceso, ya que el frío contrae los vasos sanguíneos. También podría servir para taponar introducir un algodón o una gasa empapados en agua oxigenada, pero “lo mejor es comprimir sin más”, apuntan desde la Asociación Española de Pediatría (AEP).

⚠️ Qué evitar en las horas posteriores
En las horas posteriores, el niño no debe sonarse ni rascarse la nariz ni someterse a lavados nasales. Tampoco debe hacer grandes esfuerzos físicos ni agachar la cabeza. Evita que permanezca en ambientes calurosos.
Cuándo preocuparse por sangrado en la nariz en niños
En caso de que la hemorragia nasal sea persistente o abundante y no cese con los taponamientos, acude a un servicio de urgencias. También si el peque tiene un cuerpo extraño en la nariz o está débil y se desmaya. En el centro de salud o en el hospital podrían utilizar vasoconstrictores tópicos (crema o pomada) que evite el sangrado, si tampoco lo consiguieran con compresiones.
Y ten en cuenta que también deberás llevar a tu hijo al pediatra, si le sangra la nariz más de una vez por semana. Es un sangrado repetido que debe consultarse siempre.
Además, como detallan en una revisión reciente de evidencia científica, el otorrinolaringólogo será el encargado de realizar técnicas más complejas como la cauterización, el taponamiento anterior o posterior y, como último recurso, procedimientos como el ligamento arterial y la embolización endovascular.
Qué hacer para que mi hijo no sangre por la nariz
Como medidas de prevención, desde la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello recomiendan:
- Mantener una buena hidratación nasal.
- Usar humidificaciones de vapor frío en casa para evitar la sequedad del aire en los meses secos.
- Evitar cambios bruscos de temperatura.
✅ Otros consejos para prevenir las hemorragias nasales infantiles son:
- Cortar las uñas a menudo para evitar lesiones en la nariz.
- Educar sobre la manipulación nasal.
- Llevar un equipo protector adecuado al practicar deportes en los que puede lesionarse la nariz.
✅ Además, en verano es fundamental para prevenir estos sangrados:
- Protegerse del sol y evitar la exposición prolongada a altas temperaturas.
- Hidratarse con agua, frutas y verduras.
- No hacer esfuerzos físicos intensos en las horas de más calor del día.
- Evitar entornos con polvo o humo, que resecan la nariz.