El menú infantil de los restaurantes

Comer fuera de casa es una buena oportunidad para que los niños prueben nuevos platos y aprecien la variedad de la dieta
Por Maite Zudaire 5 de noviembre de 2009
Img nino restaurante
Imagen: eyeliam

“Tienen menú infantil con pizza, patatas, refresco, postre y regalo, que está bastante bien, por 5,95 euros”. “Menú infantil por 7,75 euros: se puede elegir entre sándwich o hamburguesa con bebida, tarta o helado”. Éstas son dos frases literales rescatadas de diversos establecimientos que sugieren un menú infantil fácil de catalogar, a golpe de vista, como comida rápida. Es una opción sabrosa, pero nada equilibrada. El menú para niños de los restaurantes se decanta por los alimentos que, precisamente, se recomienda evitar por ser poco saludables. Son demasiado energéticos y ricos en grasas y azúcares.

Imagen: eyeliam

En los menús infantiles más habituales de los restaurantes, salvo que se escojan establecimientos de comida rápida, la pizza destaca como plato estrella. Los macarrones son la joya de los primeros platos y el pollo con patatas fritas, es el protagonista indiscutible de los segundos. Un alimento muy dulce (helado, tarta o natillas) en el postre y el refresco para beber son los dos complementos habituales. Un menú infantil como éste puede tener sentido para los menores de seis años que coman en compañía de otros niños, pero si lo hacen con los padres, puede ser una buena ocasión para probar la comida de los adultos. Los más mayores deberían, incluso, pedir lo mismo que sus progenitores, en una cantidad ajustada a su apetito y sus necesidades.

Menú infantil: menú estándar

El equipo de nutricionistas de CONSUMER EROSKI ha estudiado los menús infantiles de diversos restaurantes ubicados en puntos distantes de la geografía española. Todos coinciden en platos sencillos, de gran aceptación entre los más pequeños y económicos, pero el resultado es un producto estandarizado compuesto por pasta, con preferencia por los macarrones (también sopa), y pollo. Este último se cocina en todas sus versiones, aunque el preferido es el pollo frito (empanado, muslitos, alitas…) o el escalope, en su mayoría acompañado con patatas fritas. Las croquetas, el lomo y los huevos fritos se añaden al plato con menor frecuencia. También en muy pocas ocasiones es posible comer pescado -y si lo hay está rebozado- o fruta fresca como postre.

En los establecimientos tipo fast-food, el típico menú infantil se compone de hamburguesa, pizza o distintas preparaciones de pollo, con patatas fritas. El postre repite: helado. Los regalos, pegatinas y demás promociones son bazas con las que juegan estos locales, además del precio (competitivo), para captar la atención de los pequeños.

El menú infantil tipo de cualquier establecimiento se compone de pasta, patatas fritas, refrescos y postres dulces, que se procesan rápido pero sacian poco

Una de las ventajas de salir a comer con los niños es la posibilidad de probar comida diferente, pero la variedad de menús infantiles en los restaurantes es escasa. El Patronato Provincial de Turismo de Segovia ha editado una guía detallada sobre Turismo Familiar, que se completa con un listado de restaurantes con menú infantil, si bien la variedad de platos es similar a la mencionada.

La Comunidad de Madrid respalda la web «Madrid Infantil», donde se pueden consultar alternativas de ocio para niños tanto en la capital como en el resto de la Comunidad. En el apartado «Dónde comer», de las 15 primeras sugerencias, al menos 10 son establecimientos de comida rápida.

Más inconvenientes que virtudes

Si se analizan los menús infantiles, es fácil concluir que los inconvenientes superan a las virtudes. Si las comidas fuera de casa son contadas, el menú apenas tiene trascendencia. Importa más el local, que sea amplio o con un espacio destinado a los niños para que puedan estar tranquilos y animados con dibujos o diferentes juegos.

Sin embargo, cada día es más frecuente salir a comer a un restaurante. A pesar de que los niños más pequeños son conservadores y rígidos en sus gustos, el hecho de que apenas tengan variedad donde elegir les quita la oportunidad de probar alimentos con sabores y texturas desconocidas y les priva de ver una presentación original de los platos. Ambos factores sorprenden a muchos niños y les animan a comer.

Desde la óptica nutricional, un menú infantil de restaurante es un auténtico «pelotazo» de energía. Se basa en alimentos de elevado índice glucémico, que se procesan rápido y se convierten en azúcar, sin llegar a saciar. A las pocas horas, es habitual que el niño sienta hambre.

La mayoría de los platos son fritos, por lo que la densidad energética y el aporte de grasas no sólo superan sus requerimientos, sino también la capacidad del digestivo para asimilar tales cantidades. Los excesos se suceden si, además, se ingieren chucherías, bollería u otros dulces para calmar el apetito imprevisto. El niño se sentirá sobrealimentado y, con probabilidad, pasará mala noche debido a estos excesos alimenticios.

Si se sabe aprovechar, comer de restaurante es una ocasión adecuada para educar a los pequeños en el arte de comer, y hacerlo con buenos modales. Cuando se opta por el menú infantil, se asegura que el niño coma tranquilo, pero se le impide la posibilidad de probar nuevos platos y apreciar la variedad de la dieta de los adultos.

Propuestas atrevidas

Algunos establecimientos novedosos en sus propuestas, hasta el punto de querer «desterrar» los filetes con patatas del menú infantil, han diseñado una nueva restauración con alimentos aceptados por los niños y otros que les agradan menos, como las verduras, las legumbres y los pescados. La idea se ha puesto en marcha, al menos, en un local en el centro de Barcelona. El diseño de los menús se caracteriza por sus propuestas originales, saludables y suculentas, adaptadas al paladar y a la vista de los pequeños, como los canelones de espinacas con salchichas de cerdo ibérico y berenjena, la ensalada de canónigos y granos inflados, o los cilindros de pavo rellenos con arroz ecológico, champiñones y piña.

Otra conocida cadena de comida rápida anuncia menús infantiles con hasta un 30% menos de grasas, un 10% menos de azúcares añadidos y, en consecuencia, un aporte energético notablemente inferior. La carta propone sustituir el pollo frito por asado a la parrilla, y las patatas fritas por manzanas frescas cortadas en tiras y tratadas con limón para que no se oxiden. Entre las bebidas, la leche desnatada es una de las opciones.

La publicidad de algunos restaurantes enfatiza cómo las raciones servidas responderán a las necesidades de los niños, es decir, no serán muy grandes. Este aspecto puede considerarse una ventaja si se tiene en cuenta que la cantidad de algunos platos es tan exagerada que, en muchos casos, podría equivaler a la ración de una persona adulta.

UN AÑO DE MENÚ INFANTIL

Img ninoImagen: eyeliamCONSUMER EROSKI ofrece la posibilidad de seguir un menú semanal adaptado a las necesidades, gustos y preferencias de los niños, pero sin olvidar tres atributos esenciales en la infancia: la nutrición, la salud y la creatividad de las comidas. El resultado del proyecto es un plan de menús infantiles para cada semana durante todo un año, con una cuidada propuesta de recetas, con la cantidad adecuada de alimentos, la frecuencia de consumo diaria y/o semanal deseada y una esmerada forma de cocinar, que pretende entusiasmar tanto a niños como a mayores.

Sigue a Consumer en Instagram, X, Threads, Facebook, Linkedin o Youtube