Nada tan sabroso y sencillo como preparar unas patatas fritas y servirlas como guarnición o como un snack, incluso con otras verduras. Siempre queridas y deseadas, las patatas fritas despiertan muchas expectativas en la mesa y, por lo mismo, pueden causar algunos desencantos. ¿Quién no se ha desilusionado alguna vez al encontrar unas patatas reblandecidas, o demasiado quemadas, con mucha sal o poco gustosas? Para evitar que esto suceda, te damos algunos consejos prácticos sobre cómo elegir unas buenas patatas, de qué manera cortarlas, cómo freírlas y, muy importante, cómo y cuándo echarles la sal.
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Sazonar y condimentar las patatas fritas: cuándo y cómo
El último punto es esencial: las patatas fritas (también las asadas) se deben sazonar siempre al final, una vez doradas, calientes y justo en el momento de servir. De esta manera, los granos de sal se adhieren a la superficie ya dorada y cocinada.
Si las salamos antes, la sal penetra en ellas y se deshace, con lo que las patatas no quedan tersas ni crujientes ni enteras. Y si lo hacemos durante la fritura, parte de la sal caerá en el aceite caliente, se irá al fondo de la sartén o de la freidora y degenerará más rápido el aceite, con lo que tendremos unas frituras posteriores de menor calidad.
La sal normal dará un toque conocido, pero… ¿por qué no probar otros tipos de sal que hay en la actualidad en el mercado? Podemos usar sales con sabor a limón, sales en escamas con pimentón mezclado, sales negras de roca, sal con esencia de boletus… Cualquiera de estas opciones (con moderación, claro) es una manera de experimentar y divertirse comiendo un producto más que conocido, como las patatas fritas.

Por supuesto, es posible dar otro toque a las patatas, ya que la sal no es el único elemento sazonador que se puede utilizar. Se pueden aderezar con una mezcla de hierbas frescas y recién troceadas (como romero o albahaca), con una cucharadita de pimentón de la Vera con un toque ahumado, tanto dulce como picante, con pimientas de cinco bayas recién molidas y hasta con ajo seco.
Y qué decir de toques más exóticos como una mezcla de sal y curry, o sal y pimienta blanca, cayena o hasta nuez moscada. Todas ellas pueden ser mezcladas entre sí y admiten un toque silvestre, si se le añade un poquito de tomillo, orégano o romero.
Elegir buenas patatas y cortarlas bien
¿Cómo hacer unas patatas fritas perfectas? Entre las claves para un buen resultado destacan la elección del tipo de patata, el aceite de fritura, el tipo de corte de la patata y, como hemos visto, su posterior sazonamiento.
🥔 Qué patata comprar
El tipo de patata es fundamental. Más allá de enumerar la gran cantidad de tipos que hay en el mercado, hay que guiarse por el aspecto. La piel lisa, sin tallos, casi brillante, indicará que es una patata de ese año, fresca y con buen sabor. Luego, si el distribuidor indica en la etiqueta que ese tipo de patata es más adecuada para freír que para asar o cocer, pues mejor.
🥔 Qué hacer con la piel
Hay dos posibilidades, según la apariencia que tenga su piel: si es fina y está en buenas condiciones, se podría pelar la patata, que es la opción más normal; o lavarla muy bien y dejarla (esta opción más rústica tiene su punto vistoso).
🥔 Cómo cortar las patatas
Hay una lista larga de tipos de cortes que se pueden dar a una patata, desde la tira más fina (patata paja) o la más común (conocida como patata francesa) hasta la de bastones gruesos, denominado como «corte puente nuevo«.
Además del corte alargado, se pueden hacer cortes finos y transversales, como el corte en patata chip, las patatas panaderas (gruesas) o las patatas en cuadrados y en gajos; todas ellas con la opción de pelarlas o no.

El momento de la fritura: claves para tener éxito
Una vez que tengamos las patatas cortadas, llega el momento del cocinado. Podemos hacer una fritura clásica, ya sea en freidora o en sartén, o asarlas en el horno (o la freidora de aire) hasta que se doren.
Si elegimos la fritura, hay que tener en cuenta lo siguiente:
- Es fundamental el control de la temperatura del aceite. Hay que vigilar que no se llegue a quemar y que siempre esté caliente y limpio. La temperatura no debería exceder los 180 ºC.
- La calidad del aceite hace mucho, ya que luego la patata quedará impregnada de su aroma. Ya sea de oliva o de girasol, es importante que sea de buena calidad.
- Si usamos una freidora, hay que procurar no llenar demasiado el cestillo para que las patatas no estén amontonadas y se puedan freír por todos sus lados de una manera uniforme.
- Una vez fritas, debemos escurrirlas bien para que suelten todo el aceite y, luego, colocarlas sobre una bandeja. En ese momento las salaremos a nuestro gusto y las serviremos de inmediato para que no pierdan ni el calor ni la textura.
💡 El truco de las dos frituras
Hay otra manera de preparar las patatas fritas, sobre todo si tenemos que hacer mucha cantidad. El truco está en dar a las patatas dos frituras.
- Primero se ablanda la patata a una temperatura moderada-baja y, una vez que las patatas estén blandas, se retiran del aceite y se reservan.
- Justo antes de servirlas, se les da el otro golpe de fritura a temperatura fuerte, para que queden doradas y crocantes en el exterior, pero blandas en el interior.