Qué es la firma metabólica de la dieta mediterránea

Una investigación confirma de manera objetiva que la dieta mediterránea protege frente a los infartos de miocardio y cerebrales. El descubrimiento puede ser muy útil para individualizar mejor la alimentación
Por Sonia Recio 4 de noviembre de 2022
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Imagen: iStock
Los beneficios de la dieta mediterránea están avalados por distintos estudios médicos. Según el proyecto PREDIMED (Prevención con Dieta Mediterránea), aumenta la esperanza de vida, beneficia la salud cerebral y previene distintas enfermedades crónicas como las cardiovasculares y la diabetes tipo 2, así como algunos tipos de cáncer. En 2010, la UNESCO incluyó a la dieta mediterránea dentro de la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Y la Organización Mundial de la Salud (OMS) aconseja esta forma de alimentación por ser uno de los modelos más saludables del mundo. Pero hay más, como veremos a continuación.

Recientemente, investigadores del Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CIBEROBN), la Universidad de Navarra (Miguel Ángel Martínez González) y la Universidad Rovira i Virgili (Jordi Salas Salvadó), en colaboración con la Universidad de Harvard y el Instituto Broad (Massachusetts Institute of Technology, MIT), han identificado una serie de moléculas medidas objetivamente en sangre que son como la “firma o huella metabólica” de la adherencia de la dieta mediterránea. Este descubrimiento es muy útil para predecir posibles vías metabólicas que expliquen los beneficios sobre la salud de esta dieta, tal y como plasman distintos estudios. Estas son las conclusiones principales.

Cómo se evalúa el beneficio de una dieta

Las enfermedades cardiovasculares (ECV) causan un tercio de los fallecimientos en todo el mundo. La dieta mediterránea ha resultado efectiva como estrategia para la prevención de este tipo de patologías. Sin embargo, y aunque los beneficios para la salud han sido demostrados por diferentes ensayos de intervención y estudios de cohortes prospectivos, las respuestas metabólicas de los individuos a la misma dieta pueden variar.

Para evaluar los resultados saludables de la dieta mediterránea (y de otras tantas) se utilizan encuestas dietéticas, como los cuestionarios de frecuencia de alimentos (FFQ) y los recordatorios dietéticos. Estos métodos, pese a ser útiles, no resultan del todo exactos y pueden tener errores de medición o información. Sin embargo, los marcadores biológicos pueden representar un enfoque alternativo para medir los efectos de la ingesta dietética. El problema es que solo se conocen algunos para unos pocos factores dietéticos.

Los perfiles metabolómicos han cambiado la forma de evaluar la dieta y su relevancia clínica. Estos perfiles miden las moléculas intermedias y los productos del metabolismo, reflejando así la ingesta dietética de los individuos y otras fuentes de variabilidad en el metabolismo (por ejemplo, las variaciones genéticas y la interacción entre la dieta y el microbioma intestinal). Esta forma de valorar la adherencia general y la respuesta metabólica de ciertos patrones dietéticos es mucho más objetiva.

Firma metabólica: combinación de 67 moléculas

En el estudio, titulado ‘La dieta mediterránea, el metaboloma plasmático y el riesgo de enfermedad cardiovascular‘ (The Mediterranean diet, plasma metabolome, and cardiovascular disease risk), los investigadores de CIBEROBN analizaron cientos de metabolitos en muestras de sangre de 1.859 participantes del estudio español PREDIMED.

De esta forma, comprobaron que la combinación de 67 moléculas identificaba a aquellos que habían seguido la dieta mediterránea. Esta combinación molecular viene a ser la “firma o la huella metabolómica” de la adherencia a la dieta mediterránea. Es la primera vez que se identifica.

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Imagen: iStock

De forma complementaria, los hallazgos se replicaron interna y externamente en unos 7.000 participantes procedentes de dos estudios estadounidenses que están marcando las pautas de la nutrición saludable a escala mundial, ‘Nurse’s Health Study y Health Professionals Follow-Up Study‘ (Estudio de Enfermería y Profesionales de la Salud).

Tanto en la muestra española como en la estadounidense, la huella de la dieta mediterránea ha demostrado protección frente a los infartos de miocardio o cerebrales con independencia de otros factores de riesgo. Permite, así, predecir los riesgos cardiovasculares de una manera más objetiva (y exacta) que los datos subjetivos que facilitan los participantes de un estudio sobre sus hábitos de alimentación.

Algoritmos de inteligencia artificial

La investigación también ha supuesto un hito en la innovación científica. Para identificar la firma metabólica se utilizaron algoritmos de inteligencia artificial que localizaron esas 67 moléculas, que incluyen tanto metabolitos marcadores de ingesta de alimentos típicamente mediterráneos como de los efectos que ejerce esta dieta mediterránea en el organismo.

Al mismo tiempo, quedó demostrado que un mayor nivel en la presencia de estos metabolitos en sangre estaba asociado con un menor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares a largo plazo.

Dietas individualizadas

Determinar qué metabolitos están relacionados con la adherencia de un patrón dietético como el mediterráneo es muy importante. Además de permitir vislumbrar posibles vías metabólicas que expliquen los beneficios de la dieta mediterránea sobre la salud y la enfermedad, la huella metabólica puede corroborarse como medidor del efecto mediante estudios genéticos.

Los investigadores valoran muy positivamente el potencial de estos hallazgos para evaluar de forma más objetiva y comprensible la adherencia y respuesta metabólica a la dieta. Asimismo, creen que será una herramienta muy útil para, en un futuro, individualizar mejor la dieta idónea para la prevención de la enfermedad cardiovascular.

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