La dieta mediterránea podría reducir el riesgo de lesiones asociadas a infartos cerebrales

En este patrón alimenticio se incluye un alto consumo de vegetales, legumbres, frutas, cereales, pescado y aceite de oliva
Por EROSKI Consumer 10 de febrero de 2010

El riesgo de lesiones en el cerebro asociadas a pequeños infartos cerebrales podría reducirse gracias a la dieta mediterránea. Eso es, al menos, lo que sugiere un estudio del Centro Médico de la Universidad de Columbia en Nueva York (Estados Unidos) que se ha hecho público durante la reunión anual de la Academia Americana de Neurología, que se celebra estos días en Toronto (Canadá).

El estudio reveló que las personas que comían una dieta parecida a la mediterránea eran menos propensas a tener infartos cerebrales o pequeñas áreas de tejido muerto vinculadas a problemas de pensamiento. La dieta mediterránea incluye un alto consumo de vegetales, legumbres, frutas, cereales, pescado y ácidos grasos monoinsaturados como el aceite de oliva; bajo consumo de ácidos grasos saturados, productos lácteos, carne y aves de corrar; y entre ligeras y moderadas cantidades de alcohol.

Los autores de la investigación evaluaron la dieta de 712 personas de Nueva York y las clasificaron en tres grupos, de mayor a menor seguimiento de la dieta mediterránea. Transcurridos unos seis años de media, los investigadores realizaron escáneres cerebrales de imágenes de resonancia magnética (IRM) de estas personas. Los resultados de las pruebas mostraron que 238 personas tenían al menos un área del cerebro dañada. Las personas que seguían más una dieta similar a la mediterránea eran un 36% menos propensas a tener áreas del cerebro dañadas que las que menos la seguían. Las personas que se adscribían a la dieta de forma moderada eran un 21% menos propensas a tener daños cerebrales que las del grupo de menor adscripción.

«La relación entre este tipo de daño cerebral y la dieta mediterránea era comparable con la de la hipertensión», explica Nikolaos Scarmeas, responsable del trabajo. «En este estudio, no comer una dieta parecida a la mediterránea tenía casi el mismo efecto sobre el cerebro como tener hipertensión», añadió. La investigación previa realizada por Scarmeas y su equipo mostró que la dieta parecida a la mediterránea podría asociarse con un menor riesgo de enfermedad de Alzheimer y podría alargar la supervivencia en personas con esta enfermedad. Estas asociaciones podrían explicarse en parte por la menor probabilidad de infartos cerebrales.

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