La Comisión Europea presentará mañana, miércoles, su plan para endurecer las normas de etiquetado de alimentos y bebidas en la Unión Europea (UE). La propuesta es que estos productos detallen en la parte frontal del envase las calorías, el azúcar, la sal y las grasas que contienen.
La propuesta de la CE afecta, por un lado, a reglas generales sobre el etiquetado de alimentos y por otro, a la información acerca de su contenido nutricional. El borrador del plan señala que el etiquetado puede emplearse «como un medio para reforzar la habilidad de los consumidores para elegir una dieta equilibrada». Las bebidas alcohólicas no tendrían que indicar su contenido en sal, azúcar o grasas, pero sí las calorías.
El comisario de Sanidad, Markos Kyprianou, impulsor de esta iniciativa, considera que los alimentos son «una buena vía para informar al consumidor y hacerle consciente de la repercusión que tienen en su salud las decisiones al comprar comida».
Sin letra pequeña
El objetivo del proyecto que aprobará la CE y que deberán negociar los países de la UE es modernizar, simplificar y aclarar las leyes sobre etiquetado, para que la información sea presentada de una forma clara y uniforme al consumidor. Bruselas plantea además que los componentes se expresen con unos tipos de letra de un tamaño mínimo determinado. Asimismo, prevé extender a los alimentos que no están pre-envasados la obligatoriedad de indicar si son alérgenos o si contienen ingredientes que pueden provocar alergias.
La CE pretende implantar «cómo y dónde» se expresan en la etiqueta de un producto el contenido de «un número mínimo» e componentes nutricionales, importantes para el consumidor. Los países comunitarios que quieran añadir más información en la etiqueta sobre los ingredientes podrán hacerlo, así como incluir el índice de consumo diario recomendado.
Obesidad: problema de salud
El pasado año, el responsable comunitario describió la obesidad como «el mayor problema de salud al que debe hacer frente la Unión Europea» y dijo que las etiquetas de los alimentos eran «una buena vía para informar al consumidor y hacerle consciente de la repercusión que tienen en su salud las decisiones al comprar comida».
El plan concibe el etiquetado «como un medio para reforzar la habilidad de los consumidores para elegir una dieta equilibrada»
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en la UE el número de niños obesos o con problemas de sobrepeso ha pasado de 14 millones en 2005 a 22 millones en 2007. La OMS asegura que los problemas de obesidad se han triplicado desde 1980 en la mayoría de los países europeos.
Para que el plan de Kyprianou salga adelante, deberá buscar la forma de superar las presiones de las empresas del sector, sobre todo de los fabricantes de alcohol.
Aunque la legislación sobre etiquetas alimentarias afecta tanto a alimentos como bebidas, los servicios de la CE están discutiendo en estos momentos si los cambios que ultima Bruselas en la parte referente a la información nutricional deben afectar o no al vino y a la cerveza.
España y nueve países más han solicitado excluir al vino de la revisión de la normativa comunitaria sobre el etiquetado de alimentos, por considerar que se trata de un producto que no se hace con una sola receta y además en la UE ya está sometido a un exceso de regulaciones.