Los trabajadores que llevan la comida de casa pueden tener más facilidades para seguir una dieta cardiosaludable

Advierten del abuso de platos precocinados y otros alimentos ricos en grasas saturadas, sodio y ácidos grasos trans
Por EROSKI Consumer 17 de marzo de 2011

El uso de fiambreras o «tupper» para llevar comida casera al trabajo, cuando no se puede comer en casa, puede ser el «mejor aliado» para seguir una dieta cardiosaludable, ya que permite variar en la frecuencia de consumo de los diversos alimentos, según aseguró la directora general de la Fundación para el Fomento de la Salud, Joima Panisello, que tomó parte en la 16ª Reunión Nacional de la Sociedad Española de Hipertensión-Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial (SEH-LELHA).

«La rutina laboral puede llevar a abusos de platos precocinados y otros alimentos ricos en grasas saturadas, sodio y ácidos grasos trans, abuso de fritos, conservas o guisos demasiado calóricos», reconoció Panisello. Sin embargo, se puede «mantener el equilibrio nutricional y económico sin caer en la monotonía», para lo que el «tupper» es la mejor herramienta ya que muchos alimentos como el pescado, la pasta y las verduras se pueden transportar en el recipiente con todas sus propiedades, apuntó.

«Debemos escoger bien el tamaño del recipiente, para lo que hay que evitar tanto un exceso en las cantidades como que sea una porción escasa, ya que puede favorecer que se compense también con el temido picoteo», señaló. Reconoció que el «rey de la dieta saludable» es el pescado, acompañado con una abundante ración de vegetales y carbohidratos procedentes del pan, el arroz y la pasta, preferentemente cereales.

«Una menestra de verduras, un plato de patatas con pescado, una fideuá de pollo y setas o una ensalada de arroz y carne son igualmente algunos de los platos saludables y equilibrados perfectos para llevar en un recipiente», sugirió la doctora. Precisó que sea en plato o en recipiente de plástico, una dieta pensada para controlar el riesgo cardiovascular debe incluir entre cinco y nueve raciones de fruta y verdura diarias, así como productos lácteos.

Además de la dieta, un mejor control del riesgo cardiovascular pasa por rebajar el consumo de bebidas edulcoradas, ya que «las calorías y la elevada tasa de fructosa que contienen son factores desencadenantes de obesidad, riesgo de hipertensión e incluso pueden derivar en diabetes», insistió el doctor Luis Miguel Ruilope, jefe de la Unidad de Hipertensión del Hospital Doce de Octubre de Madrid, también presente en la reunión. «El consumo moderado no es necesariamente perjudicial, pero si el hábito se repite diariamente podemos estar ante un consumidor crónico y, por tanto, existirá más riesgo de desarrollar problemas cardiovasculares», concluyó.

Sigue a Consumer en Instagram, X, Threads, Facebook, Linkedin o Youtube