Sudáfrica, el sabor de la mezcla

La gran diversidad de razas y culturas que conviven en sus territorios, confieren a Sudáfrica una riqueza cultural y gastronómica única
Por EROSKI Consumer 20 de febrero de 2007

La República de Sudáfrica, el país situado más al sur del continente africano, es un destino ideal para turistas inquietos y amantes de la naturaleza. El país ofrece preciosas playas, hermosos lagos, bosques y montañas, intercalados con montes y desiertos como el Kalahari.Sus fronteras son Namibia, Botsuana, Zimbabwe, Mozambique y Suazilandia. Y en su territorio se ubica el pequeño país de Lesoto, rodeado en su totalidad por Sudáfrica.

Debido a su gran extensión, es difícil que el turista pueda apreciar en un solo viaje toda la oferta que este país le brinda. De hecho, es un territorio tan grande que, tanto los paisajes como el clima varían según la zona. Así se integran desde el clima templado del sur y las zonas altas, al subtropical en el noroeste y al semiárido en la parte occidental.

El país del arco iris

A Sudáfrica se le conoce también como el país del arco iris. Se le llama así debido a la diversidad de etnias y culturas que conviven en sus territorios, lo que otorga a Sudáfrica una riqueza cultural única.

La diversidad étnica y cultural de Sudáfrica constituye, junto con sus paisajes y sus gentes, el mayor atractivo para el viajero ocasional

La diversidad cultural que alberga el país también se ve reflejada en su gastronomía. En parte, gracias a la gran cantidad de pueblos políglotas que han ido conformando sus costumbres culinarias.

Sudáfrica alberga muchas especies animales, como el Conejo Rivereño que se encuentra en peligro de extinción, el león, el leopardo, el ñu azul, el kudu, la hiena, el cocodrilo, el hipopótamo y el rinoceronte negro y blanco. Además este país alberga el animal de mayor tamaño, el elefante africano, el más pequeño, la musaraña pigmea, el más alto, la jirafa y el más veloz, el guepardo.

Aunque la mayoría de las personas han visto especies africanas en el zoológico, nunca se exagera al afirmar lo extraordinario que es contemplar estos animales en su hábitat natural. Todas estas especies también se pueden encontrar en los parques nacionales como el de Kruger, donde los visitantes suelen alojarse en unas cabañas durante su estancia.

Pero la naturaleza no es la única atracción del país. Sudáfrica ofrece la posibilidad de conocer a sus gentes, de los más variados orígenes, y en particular ancestrales tribus africanas como Zulú, Xhosa y Ndebeles. El viajero disfrutará al máximo del viaje si comparte con ellos sus costumbres y sus tradiciones.

Carnes y pescados exóticos

En las churrasquerías se sirven carnes asadas de animales tan exóticos para el gusto occidental como el cocodrilo o el búfalo

El viajero podrá degustar platos autóctonos con carnes de la rica fauna africana como la de avestruz, búfalo, kudu y cocodrilo. Entre la gastronomía típica del país cabe destacar el braaivlees, un delicioso plato de carne asada. El Sosasite, una especie de pincho moruno de cordero con salsa de especias, y el Biltong, un aperitivo de antílope o avestruz que se sirve condimentado con especias, son otros de los platos más tradicionales de esta zona. El sitio ideal para degustarlas son las churrasquerías.

En las regiones litorales se sirven suculentas langostas, ostras y diferentes tipos de pescado. Un lugar ideal para degustar estas especies marinas es la Costa de Shipwreck, situada en la provincia del Cabo Oriental. Además, esta región alberga tramos para practicar senderismo libremente, acampar e incluso encender hogueras para asar el pescado recién capturado. Se trata por tanto de un lugar en el que disfrutar de playas desiertas en las que se puede practicar surf y deleitarse al mismo tiempo con la abundante vegetación costera y sus poblaciones de aves.

La influencia británica

Gran Bretaña, además de Holanda, han sido los países que mayor influencia han ejercido en el territorio sudafricano. Fruto de la dominación de ambas potencias, desde el siglo XIX por parte británica y casi desde un siglo antes por parte holandesa, se han incorporad a las costumbres del país especialidades culinarias que hoy se entienden como propias. Entre ellas, carnes, salchichas, vegetales hervidos y las patatas, todos ellos cocinados al gusto de la antigua metrópoli.

Y nada mejor que las bebidas locales para acompañar las principales comidas. La cerveza y el brandy son las bebidas alcohólicas más demandadas, junto con sus excelentes vinos tintos.

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