Suiza, el país de los Alpes

En la gastronomía suiza se mezclan tendencias germanas, francesas e italianas
Por EROSKI Consumer 4 de abril de 2006

La gastronomía suiza es muy variada, como lo es el país de los Alpes. Combina al igual que lo hacen sus cantones, tendencias alemanas, francesas e italianas.

Las carnes y los quesos

Dos productos básicos que nunca faltan en las cartas suizas, con independencia del punto cardinal donde se encuentren son las carnes de calidad y el queso. Siempre que se puede estos dos ingredientes participan en cualquier plato típico.

De la cocina francesa se ha adoptado uno de los platos tradicionales de la zona alpina gala. El bernet platte, que se elabora con diversos tipos de carne cocida, salchichas, patatas y col. También la fondue, la especialidad saboyana, ha traspasado fronteras. La traducción al castellano es «derretida» y así sucede con los pequeños trozos de queso -gruyère y vacherin- y con el aceite que se calienta en una olla colocada en el centro de la mesa, para que cada uno de los comensales ayudado de un pincho se sirva o bien un trozo de charcutería untado en el queso fundido, o un trozo de carne frito que liga con salsas.

Otra receta muy típica es la raclette, que toma el nombre del aparato, una resistencia al rojo vivo, en el que está pinchado un gran trozo de queso que se va fundiendo, y con el que el comensal unta las patatas hervidas. O el rosti que sencillamente son patatas hervidas ralladas y acompañadas de carne.

Desde Alemania llega el gusto por las salchichas. Se conocen con el nombre de wurt y se pueden consumir frescas, cocidas o ahumadas. Están elaboradas con carne de vaca, seca y curada.

La herencia italiana se materializa en forma culinaria a través del knöflio, unas bolitas que se elaboran con harina y sémola de trigo.

Para los más golosos

En Suiza el chocolate tiene nombre propio. Ocupa un espacio importante en la dieta diaria pues su aporte calórico ayuda a enfrentarse a temperaturas invernales prolongadas. Pero no es sólo un alimento energético. La leche de las vacas que pastan a la sombra de picos que superan los 2.000 metros es especialmente buena para mezclarla con cacao. Por eso, si Bélgica es sinónimo de chocolate negro; Suiza lo es del de leche. En bombones o como ingrediente de la alta cocina.

Bebidas nacionales

Aunque su orografía lo disimule, Suiza es tierra de vinos. Caldos blancos rivalizan en calidad a los italianos y a los Borgoña. También tiene una escuela de cerveza amarga muy afamada, pero es la afrutado la más famosa, por su originalidad y su sabor a prados silvestres. «Sabe a Suiza», exclaman quienes la prueban.

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