Un nuevo estudio descarta que la margarina enriquecida con ácidos grasos omega 3 ayude a prevenir ataques cardiacos

La investigación analizó durante 40 meses a más de 4.800 pacientes de 60 a 80 años con antecedentes de enfermedad coronaria
Por EROSKI Consumer 1 de septiembre de 2010

Los resultados de una investigación realizada por científicos de la Universidad de Wageningen (Holanda) indican que la ingesta en pacientes con antecedentes de ataques cardíacos de margarina enriquecida con ácidos grasos omega 3, además del tratamiento farmacológico estándar, no parece reducir su probabilidad de sufrir otro ataque.

Dada a conocer durante el Congreso Anual de la Sociedad Europea de Cardiología, que se celebra estos días en Estocolmo (Suecia), la investigación analizó durante 40 meses a más de 4.800 pacientes de 60 a 80 años con antecedentes de enfermedad coronaria (en los últimos cuatro años), que incluyeron la margarina enriquecida en su dieta diaria.

A los participantes se les indicó al azar el uso de cuatro margarinas: una sin ácidos grasos omega 3 adicionales, otra con 400 miligramos (mg) adicionales por día de ácido eicosapentaenoico (EPA) y ácido docosahexaenoico (DHA), otra con dos g de ácido alfa-linolénico (ALA) y otra que combinaba los tres tipos (EPA, DHA y ALA). Los investigadores holandeses comprobaron que el consumo de la margarina no disminuyó de manera significativa la tasa de ataques cardíacos graves u otros eventos cardiovasculares. Según los autores, los resultados de este estudio ponen en duda los efectos beneficiosos para el corazón del omega 3 confirmados en estudios previos.

No obstante, la falta de eficacia de la margarina podría deberse a la gran efectividad del tratamiento farmacológico que recibían los pacientes, de los cuales el 85% tomaba estatinas para controlar el colesterol, antihipertensivos y anticoagulantes, subrayó el director del estudio, Daan Kromhout. «Hallamos que la tasa de mortalidad cardiovascular en la población estudiada fue apenas la mitad de la esperada, probablemente debido a su excelente tratamiento», destacó Kromhout. Además, «esto también podría explicar por qué el número de eventos cardiovasculares graves no fue mayor durante el seguimiento en el grupo que tomó ácidos grasos que en el grupo placebo», agregó.

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