Verduras y niños, ¿cómo fomentar que las consuman?

Las verduras congeladas son aliadas estupendas para mejorar la alimentación de los pequeños y combatir las cifras de sobrepeso y obesidad infantil actuales
Por ASEVEC 22 de septiembre de 2016
Img sopa espinacas ninos port
Imagen: Maria-Lapina

España se sitúa entre los países europeos con uno de los índices más altos de sobrepeso en la edad infantil-juvenil (26,2% entre los 6 y 9 años) y un 18% de obesidad. Esto plantea un grave problema de salud, además de que conlleva un aumento en el riesgo de padecer enfermedades crónicas. Entre los factores de riesgo que pueden explicar estas tasas de sobrepeso y obesidad infantil destacan una alimentación desequilibrada y un estilo de vida sedentario. Las verduras congeladas pueden desempeñar un papel crucial para mejorar la dieta de los niños y alcanzar el objetivo de “cinco al día”. En este artículo se explica cómo.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los primeros años de vida marcan en gran parte los hábitos de alimentación y las enfermedades que se podrían padecer en la edad adulta. Los especialistas aseguran que en la niñez, la dieta tiene que ser equilibrada e individualizada.

Para los expertos, la alimentación idónea en la infancia es una dieta rica en cereales, verduras, frutas, legumbres, pescado y aceite de oliva. Por el contrario, se deben evitar los alimentos ricos en grasas saturadas, azúcares refinados y bebidas azucaradas. E insisten en que la comida debe ser una experiencia grata para el menor, por lo que se deben preparar menús sanos, atractivos y apetecibles. La familia y el entorno escolar deben favorecer esta conducta alimentaria para promover hábitos saludables desde edades tempranas y fomentar la educación en alimentación.

Los especialistas coinciden en el incremento de verduras a cinco raciones al día y destacan la importancia nutricional de estos alimentos en el desarrollo de niños y jóvenes. Por eso, es necesario incorporar una serie de pautas para lograr que las verduras adquieran una mayor presencia en la dieta de los menores. Para ello, se ha de intentar ser imaginativos y buscar la manera de hacerlas atractivas. También es bueno que los pequeños y adolescentes los conozcan y se familiaricen con ellas, acompañando al hacer la compra o ayudando en su preparación en la cocina, etc. Y es esencial la exposición temprana a estos sabores en el primer año de vida, puesto que es una buena garantía para que los consuman en el futuro.

¿Por qué verduras congeladas?

Son fundamentales. Las verduras, en general, aportan fibra, vitaminas y minerales. Contienen mucho potasio y poco sodio. Las de hoja verde, como las espinacas, son ricas en magnesio, calcio y vitamina K. Las verduras de colores, como tomates, zanahorias y pimientos, constituyen una importante fuente de antioxidantes y vitamina A. Aportan hidratos de carbono de absorción lenta y fibra dietética que previene del estreñimiento y las enfermedades intestinales.

Existen técnicas de cocina muy sencillas que permiten preparar de forma rápida las verduras convirtiéndolas en un manjar para los niños. En este sentido, en el congelador no deben faltar las verduras congeladas, que pueden aportar mucha diversidad, rapidez y comodidad al realizar platos con estos vegetales.

Algunas investigaciones aseguran que el sabor amargo de algunas verduras, provocado por el calcio que contienen, es rechazado por los más pequeños. Para enmascarar este sabor se recomienda acompañarlas con salsas o triturarlas en forma de purés con queso y leche. Otra opción es añadir verduras a sus platos favoritos como pizzas o pasta e, incluso, darles forma de hamburguesa.

En efecto, la presentación de la comida es fundamental para conquistar a los más pequeños. Un plato atractivo entra por los ojos y aumenta las ganas de probarlo. Por ello, se pueden hacer formas (como caras sonrientes), jugar con los colores (rojo, verde o naranja) y agregar algún alimento que les guste mucho.

Las verduras congeladas mantienen sus propiedades, ya que son recogidas en el campo en el momento óptimo de maduración y hasta que llegan a la fábrica, pasa muy poco tiempo, para así conservar toda la frescura del producto, siendo un alimento con gran valor nutritivo y organoléptico. Su calidad nutricional es comparable a la del producto fresco, no se añaden sales ni aditivos químicos y se elaboran en poco tiempo.

Con el objetivo de concienciar a la sociedad sobre la necesidad de incorporar las verduras en la dieta diaria como hábito de vida saludable, la Asociación Española de Fabricantes de Vegetales Congelados (ASEVEC) cuenta con un espacio en Internet que permite conocer con profundidad y rigor el mundo de las verduras congeladas. En el site se puede ver el proceso de fabricación de las verduras congeladas, las zonas españolas donde se recogen las diferentes variedades, consejos de salud y hasta el mejor tratamiento y uso en la cocina para elaborar platos deliciosos.

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