Diez errores frecuentes que reducen la fertilidad

La fertilidad, tanto de la mujer como del hombre, puede verse reducida debido a ciertas equivocaciones y algunos hábitos que conviene modificar
Por Cristian Vázquez 23 de febrero de 2015
Img sexo fertilidad

La búsqueda del embarazo a menudo se ve afectada por errores o prácticas inadecuadas que reducen la fertilidad de la pareja. Algunos se relacionan con los intentos por lograr la gestación, tales como calcular mal los días fértiles, tener relaciones sexuales solo en esas jornadas o usar lubricantes que alteren el semen. Otros, en cambio, tienen más que ver con hábitos a los cuales en esta etapa es necesario prestar mucha atención: desde alimentarse de manera equilibrada y saludable hasta dejar de lado el tabaco, el alcohol, la cafeína, el estrés y el entrenamiento demasiado intenso.

1. Calcular mal los días fértiles

El periodo de máxima fertilidad de la mujer dura solo uno o dos días al mes. Existen distintas maneras de conocer cuáles son esas jornadas de máxima fertilidad: contar los días a partir de la última menstruación, medir la temperatura basal, analizar la textura del flujo vaginal e incluso utilizar análisis de ovulación. Sin embargo, ninguno de estos métodos es infalible y hay que contar con posibles errores al tratar de detectar el momento más fértil.

2. Sexo solo los días de mayor fertilidad

Tener relaciones sexuales solo en los días de mayor fertilidad de la mujer es un error por varios motivos. El primero: si los días se calculan mal, la gestación no se producirá. Pero, además, hay estudios que señalan que una mayor frecuencia en los encuentros sexuales mejora la calidad del semen y, por lo tanto, aumenta las probabilidades de lograr el embarazo. Por otra parte, limitar el sexo a unos días determinados no favorece el deseo y genera estrés en la pareja.

3. Lubricantes con espermicidas

Muchos lubricantes vaginales incluyen espermicidas que, como es lógico, perjudican la búsqueda de una gestación.

Pero, además, hay investigaciones que indican que hasta los que no contienen tales sustancias afectarían a la fertilidad, debido a que alteran el nivel de pH de los espermatozoides y, de esa forma, le quitan movilidad. Sin embargo, también hay otros trabajos científicos que no hallaron evidencia de que estos productos alteraran la fertilidad.

4. El estrés

Desde hace tiempo se sabe que el estrés altera el ritmo hormonal de las mujeres y perjudica a la calidad del semen en los hombres. Un estudio reciente, realizado por expertos estadounidenses, revela que las mujeres con altos niveles de estrés tenían el doble de riesgo de no poder fecundar que quienes no padecían ese problema.

Para colmo, la propia búsqueda infructuosa de una gestación puede hacer que el estrés surja o se incremente.

5. Una dieta desequilibrada

La alimentación de la pareja puede desempeñar un papel muy importante para favorecer el embarazo. Un estudio de la Universidad de Navarra concluye incluso que el apego a la dieta mediterránea podría favorecer la fertilidad.

Y este no es un asunto solo de mujeres. También los hombres pueden ver reducida su capacidad reproductiva, si siguen una dieta que no les aporte nutrientes esenciales, como ácido fólico, zinc o antioxidantes como las vitaminas A, C y E. Además, la dieta puede mejorar la calidad de los espermatozoides: los hombres que consumen altas cantidades de grasas saturadas tienen menos esperma y de peor calidad.

6. Bajo peso o sobrepeso

Tanto el bajo peso como el sobrepeso reducen la fertilidad de las mujeres. Un muy bajo porcentaje de grasa corporal altera los periodos y puede hacer que una mujer, pese a tener óvulos sanos, no sea fértil,debido a que estos no pueden ser liberados por los ovarios. Por otro lado, diversos estudios han demostrado que las mujeres que padecen de sobrepeso u obesidad tienen mayores dificultades para lograr la gestación.

La Organización Mundial de la Salud estima que una persona tiene un estado saludable cuando su índice de masa corporal (IMC) está entre 18,5 y 25. Este coeficiente se obtiene de dividir el peso (expresado en kilogramos) por el cuadrado de la estatura (expresada en metros). Por ejemplo, una mujer que mide 1,65 y pesa 60 kilos, el IMC es de 22,03.

7. Consumo de alcohol

El consumo de alcohol se considera como una causa de infertilidad sobre todo en los hombres, debido a que, en ocasiones, causa un descenso en los niveles de testosterona y afecta, en consecuencia, a la producción de espermatozoides. Pero también la fertilidad femenina se ve reducida ante la ingesta de bebidas alcohólicas.

Por otra parte, la mujer no sabe con exactitud a partir de qué momento está embarazada, por lo cual la única manera segura de evitar el consumo de alcohol durante las primeras semanas consiste en erradicarlo por completo de su dieta.

8. Tabaco

Fumar es otro hábito muy extendido en la sociedad que perjudica la fertilidad, tanto en mujeres como en hombres. Y, como ocurre con el alcohol, consumir tabaco durante la gestación tiene efectos muy negativos sobre el bebé, por lo que no fumar es otro de los pasos que no se deben saltar cuando se quiere un embarazo.

9. Consumo de cafeína

Desde hace tiempo la cafeína se considera perjudicial en la búsqueda de una gestación. Las conclusiones de un estudio publicadas en 2011 dieron una pista para entenderlo: al parecer, la cafeína interfiere sobre las contracciones musculares que hacen que los óvulos se desplacen a través de las trompas de Falopio.

Además, al igual que el alcohol y el tabaco, la cafeína tiene efectos negativos sobre el bebé, por lo cual durante el embarazo conviene reducir todo lo posible su consumo o eliminarlo.

10. Entrenamiento excesivo

Si bien el sedentarismo y una mala forma física afectan la fertilidad, también el caso opuesto, un entrenamiento muy intenso y riguroso, representa un problema en este sentido.

Expertos de la Universidad de Córdoba concluyeron que los mayores riesgos vienen dados por la bicicleta, debido a la fricción que se produce con el sillín y al uso de ropa ajustada, que subirían mucho la temperatura de los testículos.

En el caso de las mujeres, el entrenamiento de alto nivel reduce el porcentaje de grasa corporal a unos niveles que pueden poner en riesgo su fertilidad.

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