Sillones: cómo elegir los más adecuados

Los sillones son la opción más cómoda para ver la televisión o acondicionar un rincón destinado a la lectura o escuchar música
Por EROSKI Consumer 11 de julio de 2001
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Pese a que, debido a la falta de espacio, en muchos salones no se utiliza más que un sofá, los sillones siguen siendo excelentes complementos o alternativas. Además, las tendencias modernas en la decoración admiten la combinación de sillones de distintos modelos y estilos. Este artículo repasa las distintas variantes que los sillones permiten crear en el salón, qué modelos son convenientes en función del uso y el valor de los sillones vintage y de los modernos pufs.

Sillones, variantes para el salón

El sillón es algo así como el hermano menor del sofá. Si el sofá es el rey del salón, los sillones serían los príncipes. Y es que, salvo la diferencia de tamaño (en cada sillón cabe solo una persona), su aspecto es similar y la función de ambos muebles, la misma: otorgar la mayor comodidad a quien se siente sobre ellos.

Los sillones con respaldos reclinables, reposapiés y apoyabrazos móviles son los más caros, sofisticados y cómodos

El conjunto clásico es el compuesto por un sofá y dos sillones que hagan juego. De hecho, tiene un nombre específico: tresillo. Sin embargo, cada vez más este esquema tradicional tiende a romperse. En ciertos casos, por falta de espacio, ya que los pisos son cada vez más pequeños y los lugares disponibles escasean. En otras ocasiones, porque una persona sola o una pareja sin hijos se arreglan con menos asientos.

Por eso, se puede optar por tener solo un sofá, sin sillones, o al revés: sillones sin sofá. Y también es posible combinar sofás y sillones de distintos juegos, para lograr de esa manera nuevas variantes.

Los sillones más convenientes según su uso

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Imagen: Christian Córdova

Para mucha gente, la acción más relacionada con el momento de estar sentado en el sillón es ver la televisión. Por eso, las empresas fabricantes han perfeccionado sus técnicas con el fin de diseñar sillones que brinden, para estar frente a la pantalla, la mayor comodidad. Ergonómicos, con respaldos reclinables, reposapiés incorporados que se pliegan y despliegan a elección del usuario y con apoyabrazos móviles son los sillones más cómodos para disfrutar de una película, un evento deportivo o el programa que se desee ante el televisor.

Estos son muebles más sofisticados, pero también, por supuesto, más caros. Por menos dinero se pueden hallar otras cómodas alternativas. En general, los sillones más amplios son los más confortables. Los del tipo «chaise longue», lo bastante largos para permitir apoyar las piernas extendidas, forman parte de ese grupo. Si se cuenta con un sillón normal, sin espacio para apoyar las piernas, un mueble reposapiés permite obtener la comodidad para un descanso más placentero.

El sillón, por supuesto, no sirve solo para ver la tele. También resulta el asiento idóneo para montar un rincón de lectura o para escuchar música en el salón u otra parte del hogar. Si se elige para la lectura, es conveniente que el sillón cuente con apoyabrazos, para descansar y evitar la fatiga de los brazos después de pasar un rato largo sosteniendo el libro (o la revista, cuaderno, folios, etc.).

Un sillón antiguo es una sencilla y elegante manera de dar un aire vintage al ambiente

Si el sillón se sitúa en un espacio con prioridad para la música, lo más importante será la posibilidad de relajarse al máximo. Para tal fin, se torna fundamental un respaldo lo bastante alto para que la persona, al recostarse, pueda apoyar la cabeza sobre él. Desde luego, también debe ser mullido, para evitar que la espalda asuma malas posturas que generen posibles dolores.

Desde luego, si se desea utilizar el sillón para todas estas tareas, lo mejor será conseguir uno que reúna todos los requisitos. Como en el mercado existe una gran variedad, se pueden encontrar modelos buenos, cómodos y por precios asequibles.

Clásicos y modernos: sillones antiguos y pufs

Una alternativa interesante es la de colocar sillones antiguos en el salón, ya que supone una sencilla y elegante manera de dar un aire vintage al ambiente. Estos sillones vintage se pueden conseguir en mercadillos o tiendas de antigüedades. Sin embargo, si se tiene un poco de suerte y se pone atención, también es posible encontrar muebles de este tipo en las aceras, descartados por sus propietarios, sobre todo en las grandes ciudades. Estos “hallazgos” exigen un trabajo de restauración, pero el resultado final puede compensar la inversión y el esfuerzo.

En el extremo opuesto están otros más modernos diseñados por firmas especializadas, pero también los pufs, que dan al salón un aire juvenil y relajado. Estos muebles ganan cada vez más presencia en los hogares, porque ocupan poco espacio, son económicos y se adaptan a distintos usos y a casi cualquier estilo decorativo.

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