Camiones, ¿cuánto contaminan?

Los países de la UE tienen que gastar unos 46.000 millones de euros anuales por la contaminación de los vehículos pesados de transporte de mercancías
Por Alex Fernández Muerza 13 de marzo de 2013
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Imagen: Johannes Raitio

La contaminación atmosférica producida por los vehículos pesados de transporte de mercancías cuesta a los Estados miembros de la Unión Europea entre 43.000 y 46.000 millones de euros al año. Así lo señala un reciente análisis de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA). Los responsables del estudio recuerdan los graves efectos ambientales, económicos y sanitarios de este problema. Asimismo, enumeran algunos lugares donde sus efectos son mayores, como Barcelona. Este artículo apunta los efectos de la contaminación de los vehículos pesados y las propuestas para reducir la contaminación de los camiones.

Efectos de la contaminación de los camiones pesados

El análisis de la AEMA asegura que los grandes camiones provocan casi la mitad de los 100.000 millones de euros del gasto producido por todos los medios de transporte. Los autores del estudio recuerdan que la contaminación atmosférica en general causa en Europa 350.000 muertes prematuras y tres millones de días de ausencia por enfermedad.

La contaminación atmosférica causa en Europa 350.000 muertes prematuras
El gasóleo, combustible de la mayoría de vehículos pesados, es más contaminante que la gasolina. La Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer señalaba en fechas recientes como «carcinógenos» a los gases de escape emitidos por los motores de gasóleo. Contaminantes como los óxidos de nitrógeno (NOx), generados entre el 40% y el 50% por los vehículos pesados, o las partículas finas (PM2.5), pueden causar «enfermedades respiratorias, enfermedades cardiovasculares y otros problemas de salud», según la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA). Por el tubo de escape de los vehículos también salen gases de efecto invernadero (GEI), implicados en el cambio climático.

Los responsables del estudio aseguran que, aunque los niveles han disminuido «de manera significativa» en los últimos años, en las zonas con un tránsito frecuente de camiones puede ser «un factor importante». Jacqueline McGlade, directora ejecutiva de la AEMA, reconoce que las economías europeas dependen del transporte de mercancías de larga distancia, pero también advierte de los costes ocultos, que se pagan «en forma de reducción de años de salud y pérdida de vidas humanas, especialmente elevado para quienes viven cerca de las principales rutas de transporte europeas».

El informe asegura que Zúrich (Suiza), Bucarest (Rumanía), Milán (Italia), el valle del Ruhr (Alemania) y Barcelona (España) tienen algunos de los costes de salud más elevados en comparación con otras grandes áreas urbanas. Los contaminantes causan más daño en zonas con mayor densidad de población, así como en regiones interiores sin litoral o zonas montañosas, donde la contaminación no se puede dispersar con tanta facilidad.

Suiza sufre el precio medio más alto por contaminación de un camión de 12 a 14 toneladas de clase Euro III (anteriores a 2006) con casi 0,12 euros por kilómetro. En Luxemburgo, Alemania, Rumanía, Italia y Austria los costes también son elevados (0,08 euros/km), mientras que en el otro extremo se sitúa Chipre, Malta y Finlandia (casi 0,05 euros/km).

La AEMA pretende así alertar de nuevo por los costes de la contaminación atmosférica urbana, como ya hizo con otro informe que mostraba la producida por los grandes complejos industriales europeos: entre 102.000 y 169.000 millones de euros en 2009 en fallecimientos, problemas de salud, perjuicios en la agricultura y otras pérdidas económicas.

Propuestas para reducir la contaminación de los camiones

  • Integrar los costes por contaminación en los impuestos. La AEMA sugiere que los gravámenes a los camiones deberían reflejar sus efectos contaminantes en función de cada país. La Directiva «Euroviñeta» de 2011 establece que los Estados miembros de la UE podrían integrar los costes sanitarios de la contaminación ambiental a cualquier estructura impositiva para grandes carreteras y autopistas. De esta manera, señala la Directiva, los ingresos deberían invertirse en transporte sostenible. Sin embargo, la adopción de gravámenes sobre el transporte depende de cada país. Los Estados miembros tienen de plazo hasta octubre para informar a la Comisión Europea si aplicarán este gravamen.

  • Sustituir los camiones antiguos por otros más nuevos. La legislación ambiental europea es cada vez más exigente con las emisiones de escape contaminantes de los motores. Los camiones de la clase Euro IV, que tienen hasta seis años de antigüedad, o Euro V, hasta tres años, causarían entre un 40% y un 60% menos de costes externos, según los análisis de la AEMA. Las subvenciones para renovar el parque de vehículos contribuyen a ello. En España, el Plan PIMA Aire, propuesto por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (MAGRAMA), ofrece ayudas económicas para sustituir los vehículos de reparto antiguos por otros modelos más eficientes y de menor impacto ambiental, si bien en este caso se enfoca para los vehículos de hasta 3.500 kilos de peso.

  • Mejorar la tecnología. Los nuevos motores diésel son más limpios que hace unos pocos años, en especial en partículas como el hollín o en gases como el monóxido de carbono. No obstante, todavía hay margen de mejora, en especial con los NOx. Las empresas del sector y diversos equipos de investigación de todo el mundo trabajan en diversas tecnologías para que los camiones reduzcan las emisiones, consuman menos energía y atrapen mejor los gases contaminantes. A medio y largo plazo se habla de la progresiva generalización de vehículos de mercancías híbridos (con motor de gasóleo y parte eléctrica) y eléctricos 100%.

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