Cómo cuidar el cabello en verano

Después de jornadas de playa, piscina y sol, es habitual que el pelo luzca sin brillo, encrespado y áspero
Por Montse Arboix 24 de julio de 2015
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Imagen: Subbotina

En estos meses, muchas personas se preocupan de cuidar su cabello para evitar que el salitre, el cloro y el sol lo deterioren. Y es que estos elementos tan típicos del verano desmejoran el aspecto del pelo, dejándolo seco, descolorido y encrespado. Se intenta recuperarlo al máximo con cremas y champús especiales, incluso con una dieta especial. Sin embargo, también hay creencias que afirman que alguna de estas prácticas provoca su caída. Este artículo desmonta varios mitos sobre el cuidado del cabello, aporta consejos para lucir un pelo sano y apunta en qué momento del año se pierde más cantidad.

Falsas creencias en el cuidado del cabello

Los rayos del sol, la deshidratación, el cloro, el salitre… son algunas de las agresiones que recibe el cabello día tras día durante todo el verano. Esto le provoca un deterioro que se traduce en un pelo sin brillo, encrespado y áspero. Sin embargo, solo se ve afectado por fuera (no su interior), ya que lavarlo todos los días, el cloro o la sal o el uso de productos cosméticos o del secador no hace que se caiga más, solo que no luzca con el mejor de los aspectos.

Ramón Grimalt, dermatólogo, profesor de Dermatología en la Universitat de Barcelona y coordinador de dermatología en la Universitat Internacional de Catalunya, advierte que tampoco los tintes provocan su caída, ya que, como sucede con los demás productos que se aplican en el cuero cabelludo, estos no llegan a la raíz del pelo y no pueden afectar a su salud. Este especialista también aconseja emplear sin preocupación gorros de natación o cascos para la práctica del deporte, porque no tienen ningún efecto secundario sobre su salud.

Cómo cuidarse el pelo en verano

Cualquier producto o técnica que sea agresivo para el cabello, puede debilitarlo, favorecer que se rompa y restarle atractivo
Cualquier producto o técnica que sea agresivo para el cabello (tintes, uso excesivo de secador o planchas) puede debilitarlo, favorecer que se rompa y restarle atractivo. Si a ello se le añaden los efectos del salitre y el cloro, puede que el resultado sea poco favorecedor. Por ello, la utilización de protectores solares o mascarillas hidratantes suelen ser de utilidad en quienes tienen el pelo seco.

Independientemente de los productos empleados, el pelo hay que lavarlo tantas veces como sea necesario. No por lavárselo menos lucirá más bonito o se caerá menos.

La cantidad de champú debe ser razonable y para calcular mejor, hay que aplicárselo en la mano para después enjabonarse el pelo; de lo contrario se emplea más cantidad y es fácil que quede acumulado en una misma zona. El champú idóneo para un uso habitual debe ser lo más neutro y suave posible. Los perfumes, fragancias y conservantes que muchos productos contienen podrían provocar reacciones alérgicas a las personas susceptibles.

¡Cuidado con las modas en el cuidado del cabello!

Hay que ser muy precavido cuando se sigue una moda -puede que no sea ni saludable ni beneficiosa-, incluso en lo que se refiere al cabello.

Hace un par de años se puso de moda lavarse el pelo con champú diseñado para su uso en animales, en concreto para las crines del caballo, y su utilización no estaba sustentada con ningún estudio científico que demostrase su eficacia.

Más tarde, apareció la moda del No Poo (un juego de palabras con los términos ingleses shampoo y poo), que abogaba por lavarse el pelo solo con agua, dejando de lado los productos cosméticos que tienen como objetivo retirar la grasa, las células muertas o detritus y otras sustancias que se acumulan en el cuero cabelludo. Esta misma corriente defendía el empleo de productos como vinagre, bicarbonato o aceites esenciales, cuyo uso no está exento de problemas de irritación en el cuero cabelludo.

Prepararse para el otoño

Después de las vacaciones toca prepararse para el otoño. Y es en esta estación cuando se recogen los frutos de los cuidados que se han tenido en la piel y en el pelo. Muchas personas se preocupan cuando se incrementa la caída del cabello y se preguntan qué han hecho mal. Pero tal y como informa el doctor Grimalt, también coordinador del Grupo Español de Tricología (GET) de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), los pelos que caen en otoño no son pérdida, sino que este proceso forma parte de su renovación, como le ocurre a cualquier otro mamífero, y se recuperan en tres o cuatro meses, tanto si se toman vitaminas como si no, o si se usan lociones anticaída.

A pesar de ello, la caída del pelo preocupa, y mucho. Tanto que provoca el 80% de las visitas al especialista de la piel, las uñas y el cabello, aunque este especialista tranquiliza: ocho de cada diez personas que acuden a la consulta no tienen ninguna enfermedad. Este experto insiste en que no hace falta cepillarse con cuidado o evitar peinados tirantes. Si un pelo cae con facilidad es porque está en fase de renovación. Hay que tener en cuenta que el cabello que se cae hoy lleva desvitalizado desde tres meses antes y que se desprende porque uno nuevo lo empuja.

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