Vacuna universal contra la gripe

Los expertos trabajan en la creación de una vacuna que proteja contra todas las cepas de la gripe, aunque creen que tardará entre cinco y diez años en estar disponible
Por Mónica G. Salomone 31 de enero de 2008

A pesar de que la gripe no parece, en principio, una de las enfermedades a las que más haya que temer, los datos de la Organización Mundial de la Salud le atribuyen de entre tres y cinco millones de ingresos hospitalarios, y de entre 250.000 y 500.000 muertes cada año. Además, está la amenaza constante de la epidemia que podría provocar un virus de la gripe que resultara nuevo para el sistema inmune humano. Con esta situación, una vacuna contra todos los tipos de gripe, una vacuna universal, aparece como una opción ideal pero, ¿puede crearse una vacuna así? Hasta hace poco la respuesta mayoritaria era que no. Ahora no está tan claro.

¿Una utopía?

¿Una utopía?

A principios de año, la compañía anglo estadounidense Acambis anunció resultados positivos en la primera fase de ensayos clínicos de un prototipo de vacuna casi universal, diseñada para proteger frente a todas las cepas del virus que históricamente han causado epidemias. Según Acambis, los ensayos señalan que la vacuna es segura y estimula el sistema inmune. Pero es aún muy pronto para saber cómo irán las fases más avanzadas de los ensayos, y los expertos se muestran cautos.

La parte del virus capaz de estimular la respuesta del sistema inmune humano mutan rápidamente, por lo que hay que cambiar la vacuna cada año

Hasta hace poco, una vacuna universal de la gripe era considerada poco más que una utopía. El motivo está en la propia naturaleza del virus, «que hace que presente una diversidad muy grande», explica Amelia Nieto, experta en este virus del Centro Nacional de Biotecnología, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Las vacunas funcionan porque entrenan al organismo a reconocer y plantar cara a determinados patógenos. Para ello deben mostrar al sistema inmune determinadas proteínas del patógeno, los antígenos, capaces de activar la respuesta defensiva; la memoria inmune hace el resto: cuando el patógeno entra en el cuerpo, el sistema inmunológico ya conoce a su enemigo y tiene las defensas listas.

Pero en el caso del virus de la gripe, las partes del genoma viral capaces de estimular la respuesta del sistema inmune humano mutan muy rápidamente, lo que significa que hay que cambiar las vacunas cada año. Habitualmente son mutaciones leves, y por eso para la mayoría de los humanos la gripe no es mortal. Pero un par de veces cada siglo se dan también mutaciones mucho más drásticas, cuando un subtipo del virus que infecta a animales pasa a humanos o cuando se recombina con otro que infecta humanos en un organismo -por ejemplo, el cerdo-, que puede infectarse con ambos.

Estas mutaciones pueden provocar decenas de millones de muertes porque son completamente nuevas para el sistema inmune humano -la llamada gripe española causó 50 millones de muertes entre 1917 y 1930-. De ahí que el virus de la gripe aviar H5N1 esté siendo vigilado tan de cerca por expertos de todo el mundo y de la Organización Mundial de la Salud (OMS). En caso de pandemia por un subtipo desconocido del virus de la gripe, se estima que harían falta entre seis y nueve meses para tener lista una vacuna.

El papel de M2

El papel de M2

Se entiende así el enorme interés de una vacuna frente a todos los tipos de virus de la gripe. Pero ¿cómo hacerla, si las partes del genoma del virus que despiertan la respuesta inmune mutan tanto? Las vacunas de la gripe actuales utilizan como antígeno dos proteínas de la cubierta del virus, llamadas hemaglutinina (H) y neuraminidasa (N). Como explica Amelia Nieto, del CSIC, «la hemaglutinina tiene 15 formas de ser; la neuraminidasa nueve, y además están todas las combinaciones posibles», por eso efectivamente esta experta considera «técnicamente imposible» hacer una vacuna que tenga un 100% de éxito frente a todos los subtipos.

Pero puede que haya una alternativa: basar la vacuna en las proteínas de la cubierta del virus que no muta. Se conocen dos proteínas así, y una de ellas, llamada M2e, es la usada por Acambis para la vacuna ahora ensayada. No es, sin embargo, una solución sencilla. Como explica Nieto, «M2 es una proteína mucho más pequeña que H y N, mucho más escasa. Sí, varía mucho menos, pero también genera mucha menos respuesta inmune». Ése es el problema: M2 muta menos, pero también es mucho menos efectiva como vacuna.

En los años noventa, investigadores del Instituto Flamenco de Biotecnología (VIB) y de la Universidad de Ghent (Bélgica) aumentaron la capacidad de activar el sistema inmune de M2e añadiendo a la molécula determinadas sustancias químicas, consideradas adyuvantes. Su vacuna funcionó con ratones y otros animales de laboratorio, y la patente fue cedida a Acambis.

La nueva vacuna podría ser almacenada por adelantado para prevenir una pandemia o ser administrada a la población de forma preventiva

«La estructura de M2e es casi igual en todos los virus de la gripe conocidos que pueden transmitirse entre personas», ha explicado Walter Fiers (VIB-Universidad de Ghent), co-inventor de la vacuna. «Hemos demostrado que la vacuna basada en M2e ofrece protección total frente a la gripe sin efectos secundarios en ratones. Esta vacuna protegería contra todos los virus de la gripe que afectan a humanos, no sólo contra los virus de ese año sino también contra las futuras epidemias».

Resultados prometedores

La vacuna ensayada por Acambis, además de los adyuvantes, recurre a otro truco: cambiar la forma en que la proteína M2 es mostrada al sistema inmune humano. Tras unirla a otra proteína del virus de la hepatitis B se logra en cierto modo “aumentar la visibilidad” de M2 para el sistema inmune. Pese a lo prometedor de los resultados de los ensayos, los expertos recuerdan que una vacuna basada en M2 sólo funcionaría contra la cepa A de virus de la gripe.

Las variantes A son responsables de los dos tercios de las epidemias anuales, y también de todas las pandemias hasta ahora. Pero una infección por la cepa B también tampoco es una broma. La vacuna de Acambis, llamada ACAM-FLU-A, ha sido ensayada en varios centros en EE.UU. en 79 voluntarios de entre 18 y 40 años. Según la compañía la vacuna es segura, y además nueve de cada diez voluntarios desarrollaron anticuerpos contra el virus de la gripe. La compañía sigue trabajando con el equipo de la Universidad de Ghent y el Instituto Flamenco de Biotecnología para mejorar la formulación de la vacuna, antes de pasar a la siguiente fase de ensayos clínicos.

Michael Watson, de Acambis, ha señalado que «como vacuna universal, ACAM-FLU-A podría superar muchos de los obstáculos de las vacunas de la gripe ahora disponibles». Puede ser producida en cualquier momento del año. «Podría ser almacenada por adelantado para prevenir una pandemia, o ser administrada a la población de forma preventiva», añade el experto. La OMS, no obstante, recuerda que «una vacuna ideal que proteja contra todas las cepas de la gripe podría tardar aún cinco o diez años en estar disponible».

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