La ingesta de pescado azul retrasa la pérdida de visión que causan enfermedades como la diabetes o el glaucoma, según una investigación

Este producto contiene un ácido que regenera las células del ojo fundamentales para la vista que se deterioran con el paso de los años
Por EROSKI Consumer 9 de marzo de 2004

Una dieta rica en pescado azul protege la retina y retrasa la pérdida de visión que desencadenan enfermedades como la diabetes, el glaucoma, la degeneración macular y la retinosis pigmentaria. Esta es la conclusión de una investigación sobre la importancia de los ácidos grasos en la prevención y el control de esta última dolencia patrocinada por la Asociación de Afectados de Retinosis Pigmentaria del País Vasco. Según este trabajo, el consumo de un determinado tipo de ácido Omega 3, presente en alimentos como el bacalao, el atún o el chicharro, sirve para regenerar células del ojo fundamentales para la visión que se deterioran como consecuencia del envejecimiento humano. El contenido del estudio fue dado a conocer ayer por su responsable, el doctor en Ciencias por la Universidad del País Vasco José Manuel Cela, en el transcurso de una mesa redonda de interés científico-sanitario celebrada en Bilbao. Cela lleva 15 años dedicado a investigar la manera en que puede evitarse la degeneración de la retina, la membrana encargada de recibir las imágenes y enviárselas al cerebro a través del nervio óptico.

La retina, según explicó el investigador, es el tejido más sensible al proceso de oxidación y envejecimiento del organismo. En ese mecanismo natural, tiene una importancia fundamental un ácido de la familia de los Omega 3 llamado DHA, que se encuentra repartido por todo el cuerpo, pero que donde más abunda es en los conos y bastones del ojo. Ambos elementos, llamados fotorreceptores, son los responsables de la agudeza visual y la visión en color.

Un proceso de muerte celular llamado apóptosis lleva a la pérdida paulatina de ese ácido DHA en los conos y bastones del ojo. Ese mecanismo, inherente al envejecimiento humano, se produce de una manera mucho más rápida en las personas que sufren una enfermedad degenerativa, como la retinosis pigmentaria. Las células fotorreceptoras «se suicidan» y se acaba perdiendo la visión de manera paulatina.

Molécula de DHA

El bioquímico José Manuel Cela explicó que el DHA no es el único ácido Omega 3 con aplicación clínica, sino que constituye «el factor más determinante de la evolución humana y del nacimiento del homo sapiens». La investigación realizada durante este tiempo ha permitido el diseño de una molécula de esa sustancia que, según el experto, contribuye a ralentizar el proceso degenerativo de la retinosis. Pequeñas dosis de antioxidantes inhiben el proceso natural de muerte celular y contribuyen a conservar y mejorar la agudeza visual.

Cela sostiene, incluso, que en los casos de personas recién diagnosticadas, el uso de DHA también puede ser beneficioso para retrasar, e incluso evitar, el proceso de degeneración macular. Los resultados positivos en etapas iniciales de la enfermedad alcanzan el 76,5% de los casos. De momento, según el especialista, no existe un tratamiento que sane la retinosis pigmentaria, una enfermedad que afecta en torno a las 25.000 personas en el conjunto de España. Sin embargo, el conocimiento conseguido puede evitar a los afectados un mayor desarrollo de la enfermedad.

La dieta, según recordó el investigador, es un elemento muy importante para conservar la vista y gozar de una buena salud. El pescado azul, que es un alimento muy rico en ácidos Omega 3, debe consumirse marinado o ahumado para lograr un mayor beneficio. Una alimentación sana, «rica en frutas, legumbres y hortalizas, sin alcohol y con poca sal», ayudará también a mantener una buena visión.

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