Los alérgicos al polvo tienen muchas posibilidades de serlo también al marisco, según un estudio

Ácaros y crustáceos tienen una proteína similar en el músculo, responsable de la reacción alérgica
Por EROSKI Consumer 6 de noviembre de 2002

Los alérgicos a los ácaros del polvo tienen muchas posibilidades de serlo también a crustáceos marinos como gambas, langostinos o cangrejos, ya que ambas especies pertenecen a la misma clasificación zoológica y comparten varios alérgenos, según un estudio presentado en el XXIII Congreso de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), celebrado la semana pasada en Madrid.

Los ácaros del polvo y los crustáceos tienen una proteína similar en el músculo, responsable de la reacción alérgica, explica Pilar Daroca, coordinadora de este estudio y miembro del servicio de Alergología del Hospital 12 de Octubre de Madrid.

En el trabajo, realizado sobre asmáticos del citado hospital, se comprobó que el 92% de los enfermos que sufren reacciones tras consumir gambas, también experimentaban sensibilidad hacia los ácaros.

«Este tipo de reacciones cruzadas cada vez se descubre con más frecuencia en alimentos», señala Daroca, que pone como ejemplo el hecho de que el 70% de los alérgicos al polen de abedul también lo son a manzanas y avellanas. Lo mismo ocurre con otros pólenes que comparten componentes con frutas, hortalizas y frutos secos, añade.

Por este motivo, los expertos piden que antes de introducir un nuevo alimento en España, como las frutas exóticas, se realice una evaluación de riesgo alérgico. «No se hizo con el kiwi y ahora hay muchas personas alérgicas que no lo saben», destaca por su parte Montserrat Fernández, miembro de la SEAIC.

Pescado crudo

El estudio también advierte sobre los riesgos de ingerir pescado crudo, como los boquerones, ya que pueden contener anisakis, uno de los alérgenos responsables de la reacción alérgica más grave que se ha descrito recientemente.

Los anisakis son gusanos macroscópicos que pueden parasitar los intestinos de una gran mayoría de pescados de mar. El primer caso descrito en España data de 1994 y a pesar de su gravedad, los expertos no son partidarios de prohibir el pescado de mar a la mayoría de pacientes, sino que recomiendan comerlo bien hecho y evitar las zonas próximas al intestino.

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