Médicos riojanos demuestran que el ejercicio moderado alivia la fibromialgia

Lo más recomendable es combinar tablas en gimnasio con otras en piscina y sauna
Por EROSKI Consumer 6 de octubre de 2002

Un grupo de profesionales médicos de La Rioja, en convenio con la asociación riojana de afectados por fibromialgia (Fibro-Rioja), ha realizado un estudio clínico del que se desprende que el ejercicio moderado mejora la calidad de vida de quienes padecen esta dolencia.

El ejercicio no debería pasar de un par de horas a la semana repartido en tres sesiones y debería practicarse a media mañana por las condiciones específicas de estos enfermos, que al levantarse se encuentran mal y a última hora de la tarde tampoco podrían afrontar las sesiones de este tipo.

Según las conclusiones, que fueron presentadas ayer en el marco del congreso nacional de alternativas terapéuticas para la fibromialgia que se celebra en el Instituto Sagasta de Logroño, debería comenzarse de una forma muy suave para ir aumentando la intensidad y lo mismo sucedería en las actividades acuáticas.

El estudio experimental lo han realizado Óscar Calvé, licenciado en Educación Física, y José María Urraca, jefe de los servicios médicos del Club Deportivo Logroñés. Primero sometieron a un grupo de afectadas de fibromialgia a unas pruebas de esfuerzo, a un test psicológico sobre calidad de vida en personas con enfermedades crónicas y a otros exámenes de flexibilidad y coordinación.

A continuación, este grupo principal fue dividido en otros tres. El primero siguió durante dos meses un programa de ejercicio en seco, es decir, en gimnasio, con aparatos, bicicleta y, después, sus integrantes pasaban a una zona acuática para practicar en piscina, terma, sauna Un segundo grupo se centró en las actividades acuáticas y un tercer grupo siguió su vida normal. Al final del período experimental, el equipo repitió las pruebas de esfuerzo, de flexibilidad, coordinación y el test psicológico.

Comparados los resultados, se vio que los dos primeros grupos mejoraron respecto al tercero, mientras que el primero también resultó mejor que el segundo y la calidad de vida de los miembros de este grupo mejoró significativamente, comentó José María Urraca. La disminución de peso y de porcentaje de grasa resulta, además, conveniente para este tipo de enfermos, recordó.

Y puntualizó que el ejercicio no es un tratamiento y no va a curar la fibromialgia, pero sí va a ayudar, junto con otras medidas, a mejorar la calidad de vida de quienes padecen esta dolencia.

La cantidad de ejercicio ha de ser la justa, dijo, porque pasarse en la cantidad también tiene sus efectos y se empeora. Respecto a las pruebas realizadas en el agua, destacó la natación, otras efectuadas con chorros o en la sauna, mientras que reconoció que en la terma han aguantado algo peor, no por el agua caliente, que soportan mejor que alguien que no padezca la enfermedad, sino por el agua fría.

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