Entrevista

Javier García del Muro, director de la Unidad de Cáncer Genitourinario del Instituto de Oncología Baselga-Hospital Quirón, de Barcelona

Se estima que cada año hay 25.000 nuevos casos de cáncer de próstata en España
Por Clara Bassi 4 de diciembre de 2012
Img javier garcia delmuro entrevista
Imagen: CONSUMER EROSKI

El cáncer de próstata es el segundo tumor maligno más frecuente en los hombres: se calcula que afecta a alrededor de 900.000 hombres cada año en todo el mundo. En España, sufren carcinoma de próstata 25.000 varones y, de estos, fallecen 6.000 pacientes. Sin embargo, cuando este tumor se diagnostica en fases iniciales y está localizado, tiene buen pronóstico. Para conseguir detectarlo lo antes posible, es crucial el uso de la prueba de determinación del PSA, un marcador existente en la sangre. Su presencia puede ser un indicador de cáncer de próstata, pero también de otras enfermedades prostáticas benignas. No obstante, el momento en que debe hacerse esta prueba, así como la subpoblación de hombres candidata a su realización, son todavía aspectos controvertidos en los que no se ha puesto de acuerdo la comunidad científica, aunque parece ser que los varones entre 55 y 69 años son los que más podrían beneficiarse. En la actualidad, el 70% de los pacientes tratados de un cáncer de próstata descubierto en una fase temprana sobrevive, gracias a los nuevos tratamientos disponibles que han incrementado tanto la supervivencia como la calidad de vida de los afectados, asegura en esta entrevista Javier García del Muro, director de la Unidad de Cáncer Genitourinario del Instituto de Oncología Baselga (IOB)-Hospital Quirón, de Barcelona, con motivo del Día Mundial del Cáncer de Próstata, que se celebró el pasado 17 de noviembre.

¿Cuántos casos de cáncer de próstata se registran en España cada año?

La incidencia se estima que es de 25.000 nuevos casos -que representa el 21% de todos los cánceres- y 6.000 muertes. Es el segundo más frecuente en el varón. No obstante, los datos en nuestro país sobre este tumor no son muy concretos. Se basan en extrapolaciones de EE.UU. y Europa.

¿Está aumentando la incidencia de cáncer de próstata en los últimos años? ¿A qué se atribuye?

Sí, es un tumor que ha incrementado en los últimos años, porque se ha intensificado mucho su diagnóstico, gracias a técnicas basadas en biomarcadores como el PSA, que se utiliza de forma más habitual y que ha permitido realizar un diagnóstico más frecuente de esta enfermedad.

Entonces, ¿no está creciendo su incidencia, sino que se diagnostica más?

Sí, se diagnostica más. Pero no porque aumente su incidencia, sino porque se dispone del PSA y se ha generalizado su uso. No parece que, en cuanto a frecuencia, el cáncer de próstata aumente en estos momentos.

Para quienes no están familiarizadas con el PSA, ¿en qué consiste este marcador diagnóstico?

“En el cáncer de próstata localizado y de bajo o medio riesgo, la supervivencia es cercana al 70% a diez años”

Consiste en un análisis de sangre de un marcador, que se llama el antígeno prostático específico (PSA, por sus siglas en inglés), y que se puede alterar a distintos niveles. Niveles bajos pueden deberse a patología benigna prostática, que es muy frecuente, mientras que niveles más elevados son más específicos de cáncer prostático. No obstante, no es una prueba diagnóstica definitiva ya que, según los resultados, obliga a realizar otras exploraciones, como la biopsia. Pero es muy útil para la detección del cáncer de próstata.

¿A partir de qué momento en la vida del hombre puede ser útil realizar una determinación del PSA?

Es un tema muy debatido si el cribaje es útil o no para detectar el cáncer de próstata. Se han hecho grandes estudios, pero sus resultados son discordantes. La Asociación Urológica Americana lo recomienda para todos los pacientes a partir de los 50 años, mientras que otras asociaciones lo aconsejan de manera encarecida. Sin embargo, puede haber casos en que los resultados del PSA no se traduzcan en tumores con una significación clínica, lo que puede llevar al sobretratamiento de enfermos que no lo necesitan. En el último gran estudio realizado a este respecto se ha visto que los pacientes que más se benefician son los que tienen entre 55 y 69 años. Estos serían los que más se pueden beneficiar del screening con PSA, para un diagnóstico más precoz y una mayor supervivencia.

Pero, este cribaje con el PSA ¿debería ser universal para todos los hombres a partir de cierta edad?

“El PSA no es una prueba diagnóstica definitiva, pero es muy útil para la detección precoz del cáncer de próstata”

En algunos casos, los pacientes pueden manifestar síntomas sugestivos que pueden hacerlo de obligada realización, pero en otros casos llevarlo a cabo puede ser controvertido. No hay un acuerdo total sobre si se debe realizar de manera sistemática. Algunos grupos sugieren que debería efectuarse en todos los hombres a partir de los 50-55 años, mientras que otros dicen que la persona que se somete a esta prueba debe saber que, a veces, se diagnostican casos que no tienen significación clínica y que, si se les administra un tratamiento, este puede dejarles secuelas.

En España, ¿cuál es el criterio de la aplicación de la determinación de PSA?

Se hacen determinaciones de PSA pero no de forma sistemática en toda la población. Es una prueba que realizan el médico de cabecera o el urólogo, cuando se les consulta por otros problemas banales. En la mayoría de los casos, los niveles alterados de PSA corresponden a patologías benignas. Pero la aplicación generalizada de la determinación de PSA ha aumentado el diagnóstico en fase precoz del cáncer de próstata.

¿Es cierto que cuando este cáncer se diagnostica en fase precoz es uno de los más agradecidos en cuanto a supervivencia?

En efecto. La supervivencia depende de la situación en que se diagnostique. Muchos de los casos en que el tumor se diagnostica localizado son de riesgo bajo o intermedio y la supervivencia es cercana al 70% a diez años. Es con frecuencia una enfermedad que evoluciona de forma lenta.

Las mujeres tienen asumido que deben someterse a una revisión ginecológica anual. ¿Sería partidario de recomendar también a los hombres que vayan al urólogo una vez al año?

Aconsejaría que a partir de los 55 años, cuando se fuera al urólogo por otro motivo, se realizara una determinación de PSA. Más que establecer una revisión periódica anual, es conveniente acudir al urólogo cuando se tengan molestias urinarias u otros síntomas.

Una vez que se diagnostica el cáncer de próstata, ¿cómo se trata?

“Los hombres entre 55 y 69 años son los que más se benefician de la determinación del PSA”

Se han producido grandes avances en las distintas fases de este cáncer. Cuando es un carcinoma localizado, es decir, en fases iniciales, se puede practicar una cirugía laparoscópica o robótica, una intervención quirúrgica que ha permitido reducir las secuelas y complicaciones propias del tratamiento. También se pueden aplicar otras técnicas como la radioterapia o la braquiterapia, que es un tipo de radioterapia menos invasiva, que da buenos resultados, menos secuelas y menor toxicidad. En los casos de peor pronóstico, hay que aplicar un tratamiento sistémico, es decir, dirigido a todo el organismo, junto con la radioterapia.

¿Qué porcentaje del cáncer de próstata es resistente a estos tratamientos?

Se estima que entre el 20% y el 30% de los pacientes desarrolla metástasis. Al principio, estos casos responden muy bien al tartamiento convencional (la deprivación androgénica, el bloqueo de las hormonas masculinas de las que el cáncer de próstata depende para su progresión). Pero, a pesar de la buena respuesta, tarde o temprano el cáncer acaba progresando.

Dos de las secuelas más temidas del tratamiento del carcinoma de próstata son la impotencia y la incontinencia urinaria. ¿Esto todavía es así?

Sí, estas son las secuelas más temibles de la prostatectomía radical, que es un tratamiento muy eficaz, pero que en algunos casos -no en todos- tiene como secuelas la incontinencia urinaria y la impotencia. Con las modernas técnicas quirúrgicas se ha conseguido reducir estos efectos secundarios, gracias a la preservación de los nervios que regulan la erección, y las complicaciones que limitan la calidad de vida de los pacientes.

De la misma forma que la supervivencia del cáncer de próstata ha mejorado, ¿también lo ha hecho la calidad de vida de los afectados?

“La cirugía laparoscópica ha reducido las secuelas del tratamiento del carcinoma de próstata”

Sí, la calidad de vida de los pacientes ha aumentado gracias a que la cirugía y a la radioterapia tienen menos efectos secundarios; también porque los pacientes con enfermedad avanzada tienen nuevos tratamientos cuya tolerancia ha mejorado y, en muchos casos, disfrutan de una calidad de vida muy aceptable y compatible con la actividad normal.

¿Querría añadir algún mensaje final?

El diagnóstico del cáncer de próstata cada vez es más precoz y la mejoría de las técnicas, tanto de cirugía como de radioterapia, ha logrado optimizar la supervivencia de los enfermos. Asimismo, se han desarrollado nuevos medicamentos para quienes ya han desarrollado metástasis. Todo ello ha permitido que los pacientes tengan una mayor supervivencia y una mejor calidad de vida.

Avances en el tratamiento del cáncer de próstata

Los hombres con cáncer de próstata avanzado, por lo tanto, de mal pronóstico y metástasis (diseminado), deben recibir una medicación hormonal que, aunque es eficaz al inicio, no evita que la enfermedad acabe por resistirse. Pero, “en los últimos años, nuevos tratamientos hormonales y medicamentos con otros mecanismos de acción más sofisticados han permitido mejorar la supervivencia y la calidad de vida de este grupo de pacientes”, afirma Javier García del Muro.

Entre estas nuevas opciones terapéuticas, destacan el acetato de abiraterona, un tratamiento hormonal que se administra por vía oral; cabazitaxel, un nuevo tipo de quimioterapia que funciona cuando la quimioterapia convencional (docetaxel) fracasa; y, por último, enzalutamida, un inhibidor de receptores androgénicos que estará en el mercado en breve. “Estos fármacos han mejorado la supervivencia de los pacientes y son bien tolerados, comparados con los tratamientos habituales de otras enfermedades oncológicas”, señala García del Muro.

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