El temido virus H1N1 tiene, por ahora, una tasa de mortalidad baja, pero su comportamiento es imprevisible. El Registro Europeo de casos graves de la gripe A, impulsado por la Sociedad Europea de Medicina de Cuidados Intensivos (ESCIM), ha permitido definir quiénes son los adultos con mayor riesgo de ingresar en una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) por una neumonía vírica. Jordi Rello, jefe del Servicio de Medicina Intensiva y Crítica del Hospital Universitario Joan XIII, de Tarragona, y coordinador del Registro Europeo explica en esta entrevista cuál es la situación actual de la gripe A, al tiempo que quita hierro a las noticias confusas que se han difundido sobre ella.
El Registro Europeo de la gripe A tiene un número equilibrado de casos registrados dentro y fuera de Europa, puesto que también incluye países de Latinoamérica. Reino Unido y España son los países con más casos confirmados, y la cifra se mantiene constante.
En España, se han registrado más de 150 enfermos en las unidades de cuidados intensivos de adultos.
Es inferior a dos casos por cada 100.000 personas en la Unión Europea (UE).
Hay que partir de una base: no se sabe con exactitud cuál es el índice de letalidad de la gripe estacional. Confrontar ambas sería como intentar comparar la tasa de mortalidad directa por la gripe pandémica con las muertes indirectas relacionadas con la gripe estacional. Compararíamos dos cosas diferentes.
Sí, por el momento, es baja.
Más que una psicosis, ha sido un clima de incertidumbre porque es un virus nuevo y todo el mundo tiene en mente la experiencia de lo sucedido con anteriores pandemias muy importantes, como la de la gripe española de 1918. El virus de la gripe A, por ahora, es poco virulento. Tenemos que ver qué sucede en una segunda oleada, en invierno; es imprevisible. En los países en desarrollo, sin una buena organización sanitaria y en condiciones precarias, las consecuencias van a ser significativas. Desde la ESCIM creemos que en la UE, con una buena anticipación, planes adecuados y el uso de antivirales (que no sucedió en 1918), las consecuencias serán menores.
“La gripe A la puede contraer cualquier persona”
No ha habido ninguna polémica. Ocurre que la información llega y se difunde de manera progresiva. Ahora sabemos que entre los grupos de riesgo figuran las personas que sufren enfermedades respiratorias, las embarazadas y, a diferencia de la gripe estacional, no figuran los pacientes crónicos de más de 65 años. Además, uno de cada tres pacientes ingresados en la UCI a consecuencia de la gripe A es obeso.
La gripe A la puede contraer cualquiera. Afecta tanto a personas que no tienen problemas como a quienes tienen alguna disfunción inmunológica que no está bien determinada. No debemos confundir la gripe estacional con la gripe pandémica. En la primera, los niños menores de dos años son el grupo con una tasa mayor de mortalidad. En el caso de la gripe pandémica, la mayoría de los niños fallecidos menores de cinco años, es decir, el 90%, tenían enfermedades neurológicas previas incapacitantes.
De momento no se ha observado en el registro. Hasta ahora, el virus se comporta de forma benigna y, además, le falta un componente que estaba en la gripe de 1918. Éste consiste en una proteína que le confiere virulencia y que haría que la infección bacteriana por neumococo fuese más frecuente. Pero, de momento, no lo vemos.
No soy un experto en vacunas.
No, me parece una visión muy simplista, pero insisto en que no soy un experto en vacunas. Antes de eso, hay muchas medidas que se pueden tomar, como quedarse en casa si alguien tiene fiebre; hacer una ingesta importante de productos ricos en vitamina C, como las mandarinas y el zumo de naranja natural; mantener las manos limpias; si alguien tose, utilizar un pañuelo y luego desecharlo. Las vacunas confieren una inmunidad variable que requiere ciertas semanas. La idea de que es la única y la mejor solución no se corresponde con la realidad.
No lo creo. Muchas enfermedades se han erradicado gracias a las vacunas.
La respuesta en los diferentes países depende de los equipamientos disponibles. La Sociedad Española de Medicina Intensiva Crítica y Unidades Coronarias (SEMICYUC) ha preparado un plan de contingencia, con recomendaciones de la junta directiva de la sociedad y la colaboración del Ministerio de Salud y Política Social. En España, se han organizado para tomar decisiones oportunas para adaptar los recursos disponibles a cada situación. Puesto que, además de la gripe A, habrá otras enfermedades en los hospitales, cada comunidad autónoma tendrá que decidir qué recursos de la UCI destina a esta gripe en cada caso.
Sí. Por formación y prestigio, los intensivistas españoles destacan entre los más preparados.
Corresponde a la Administración hacer las previsiones de recursos que crea necesarios.
La Sociedad Europea de Medicina de Cuidados Intensivos (ESCIM) encomendó al Hospital Joan XIII, de Tarragona, la creación de un Registro Europeo de casos graves de gripe A que llegan a las UCI. Su coordinador, Jordi Rello, asegura que el aspecto más interesante de éste es que ha permitido “definir el perfil del paciente que ingresa en estas unidades por una neumonía vírica, que es distinta de la neumonía bacteriana estacional”. En el primer caso, los pacientes son, sobre todo, hombres de entre 35 y 40 años; en uno de cada tres casos sufren obesidad; uno de cada seis tiene asma; y uno de cada 15 son mujeres gestantes.
Estos pacientes tienen un cuadro de fiebre de entre dos y cinco días, por el que ingresan en el hospital a través del servicio de urgencias. Dos de cada tres pacientes que al día siguiente precisan ventilación artificial, sobreviven. En algunos casos, la enfermedad se asocia a un fracaso renal, que indica que su estancia en la UCI se alarga dos semanas. Ésta es, a día de hoy, la principal información que se desprende del Registro Europeo de casos graves de la gripe A.
¿Estos grupos de riesgo deberían tomar alguna medida adicional de prevención? La respuesta es “no”, a juicio de Rello, quien afirma que la prevención no es diferente respecto de la población general. No obstante, puntualiza que los pacientes con dificultades respiratorias deben consultar directamente al hospital, mientras que quienes no tengan problemas respiratorios, pero sí fiebre y los síntomas característicos de la gripe A, deben acudir a su médico de familia o al pediatra. “Con esta simple medida, creo que haremos las cosas bien”, afirma Rello.