Entrevista

«Las peores llamadas son aquellas en las que contesta el miedo»

Daniel Ursúa, rastreador de covid-19 en Navarra
Por Laura Caorsi 11 de diciembre de 2020
rastreador covid-19
Imagen: Daniel Ursúa

Daniel Ursúa es un conocido divulgador. Su especialidad es la alimentación y la salud. Dietista-nutricionista de profesión, Ursúa comparte valiosa información sobre nuestra relación con los alimentos, colabora con medios de comunicación y también con proyectos como “Ágilmente”, que se centran en mejorar la calidad de vida de las personas mayores. Este año, la pandemia de coronavirus ha añadido una faceta más a su vida laboral: desde el 15 de septiembre, trabaja como rastreador de covid-19 en Navarra. “Lo más gratificante, sin duda, es poder ayudar a las personas. La gran mayoría agradece este trabajo y les tranquiliza tener información”, nos cuenta en esta entrevista.

¿En qué consiste el rastreo?

Me asignan un listado de casos positivos a los que llamar y me voy poniendo en contacto con cada uno de ellos. En algunos casos tengo que comunicarles el resultado de la prueba y, en otros, ya lo conocen. En cualquiera de las dos situaciones lo primero que hacemos es interesarnos por cómo se encuentra la persona, si tiene síntomas, por qué se ha hecho la prueba en cuestión, etc.

¿Y después?

Tenemos que hacernos una idea del contexto de ese caso y cómo ha llegado a nosotros. Hay veces que se trata de alguien que iba a someterse a una intervención en el hospital, por protocolo le han hecho una PCR y ha dado positivo; otras veces es gente que había estado en contacto con un positivo y por eso le habían hecho la prueba; o personas que empezaron a tener síntomas y desde el centro de salud le pidieron la prueba de antígenos.

¿Es importante descubrir en qué momento se contagian las personas?

Sí, nos interesa mucho conocer el foco del contagio: si ha sido en el trabajo, en una reunión con amigos, en un bar… El rastreo debe ser en los dos sentidos. El objetivo es cortar la cadena de contagio. Por último, es de vital importancia conocer los contactos que ha tenido esa persona para que puedan aislarse y realizarse las pruebas correspondientes.

¿Las reuniones familiares y con amigos son los principales focos de transmisión?

Las reuniones en sitios cerrados y los encuentros familiares han sido muy importantes a lo largo de la pandemia. Sabemos que comportamientos como estar sin mascarilla, compartir espacios, no mantener la distancia de seguridad o tener un mayor contacto a través de abrazos o besos aumentan muchísimo el riesgo de transmisión. Los encuentros familiares propician este tipo de situaciones, ya que todos, cuando estamos con nuestros seres queridos, tendemos a relajarnos y reducir las medidas.

¿Alcanza con una llamada o se hace un seguimiento de las personas que han dado positivo?

El seguimiento de los casos positivos se hace desde el centro de salud. Son ellos los que llaman periódicamente para conocer la evolución de la enfermedad.

Según su experiencia, ¿con cuánta gente, de media, han estado en contacto las personas contagiadas?

Esta cifra ha ido variando a lo largo de la pandemia y, afortunadamente, se ha reducido considerablemente.

¿A qué tipo de datos de la conversación debe prestar especial atención?

Es muy importante conocer dónde se ha podido producir el contagio y los contactos que tenga esa persona, pero también es necesario conocer las circunstancias en las que realizará el aislamiento, especialmente si la persona no vive sola, ya que hay que procurar proteger lo máximo posible al resto de convivientes. Por esto, se habla con ellos para saber de cuántas habitaciones disponen, si tienen un baño o dos, si utilizan lavavajillas, si hay niños pequeños, etc. La idea es conseguir que se pueda hacer un aislamiento lo más efectivo posible.

¿Qué se considera un contacto estrecho?

Según el protocolo actual, el contacto estrecho es aquel que está con el positivo durante más de 15 minutos a menos de dos metros de distancia y sin mascarilla, pero es importante aclarar que una cosa es la definición de contacto estrecho y otra la de riesgo de contagio.

¿Cuál es la diferencia?

Hay situaciones que se escapan del protocolo, pero son arriesgadas. No hay que perder de vista que con todo esto se trata de evitar contagios. Por ello hay que pensar más en reducir riesgos y menos en si voy a entrar como contacto estrecho y voy a tener que aislarme o no. Seguir todas las recomendaciones sanitarias, por desgracia, no garantiza el 100 % de seguridad, por lo que si encima no las seguimos… vamos comprando boletos para una lotería que no queremos que nos toque.

¿Colabora la ciudadanía o es reacia a dar información?

Por norma general, la gente entiende la gravedad de la situación y se hace cargo del riesgo que conlleva, por lo que colabora de manera proactiva. Por desgracia, hay situaciones en las que las circunstancias son muy difíciles por motivos económicos, de estudios, a nivel familiar, etc. Pero es importante entender que hay mucho en juego y que no se trata solo de nuestra salud, que ya es motivo suficiente.

¿Ha encontrado casos de positivos que comprenden la gravedad de la situación pero aún así se ven obligados a seguir con su trabajo?

No. Por ley, tanto si somos un caso positivo de covid-19 como si somos contacto estrecho de uno que lo es, no podemos ir a trabajar y tenemos derecho a baja. Es importante que la gente sepa que no puede ser despedida, ni hay necesidad de esperar al resultado de una prueba en el caso de ser contacto, ni nada por el estilo. Si sabes que eres contacto de un caso positivo (bien porque sea un conviviente o porque sepas que has tenido un contacto de riesgo) debes aislarte inmediatamente.

¿Qué herramientas tiene un rastreador para lograr que se cumplan las indicaciones?

Lo más interesante y efectivo es intentar que la gente comprenda la gravedad de la situación y colabore. En nuestro equipo hay trabajadores sociales con recursos para dar atención a las necesidades más básicas que puedan surgir. Trabajamos con mediadores y tenemos a nuestra disposición una serie de recursos para intentar que el hecho de hacer aislamiento suponga el menor trastorno para las personas.

¿Los rastreadores también hacen seguimiento de la evolución de los síntomas?

En torno al séptimo día tras el contacto con el caso positivo, si la primera PCR es negativa, volvemos a hablar con el contacto estrecho para citarle para una segunda PCR. En este caso se hace un seguimiento tanto de los síntomas como de las medidas de aislamiento. Si han aparecido síntomas, se valorará adelantar la PCR para comprobar si se ha desarrollado el virus. En cualquier caso, siempre que cualquier persona en aislamiento tenga síntomas debe intentar avisar a su centro de salud y, en caso de que sea fuera del horario de atención, a la enfermera de consejo. Solo en caso de urgencia grave se debe contactar con el 112.

¿Con cuántas personas habla al día?

La cantidad de llamadas diarias depende mucho de lo complejo de cada una. Hay personas que, por sus circunstancias, pueden hacer el aislamiento de forma sencilla y otras en las que hay que trabajar con ellas para buscar la mejor opción. No es lo mismo una persona que viva sola que una madre soltera que tiene dos hijos a su cargo y uno de ellos es positivo, por ejemplo.

Hasta el momento, ¿qué es lo más gratificante de este trabajo?

Lo más gratificante, sin duda, es poder ayudar a las personas, darles alternativas para realizar el aislamiento, explicarles las medidas, los riesgos, etc. La gran mayoría agradece ese trabajo y les tranquiliza tener esa información.

¿Y lo más duro?

Las peores llamadas son aquellas en que el que contesta es el miedo. Hay gente que está muy preocupada por su situación, por un familiar con el que convive, porque, dadas sus circunstancias, no pueden realizar el aislamiento como deberían y sufren por poner en riesgo a otras personas. En las llamadas en las que escuchas el miedo y el dolor de alguien que sufre es cuando más cuesta colgar y cuando más dudas se te quedan acerca de si habrás hecho todo lo posible o había alguna alternativa mejor.

Ahora estamos todos muy pendientes de la Navidad y los encuentros familiares. Teniendo en cuenta lo que ha visto y aprendido en estos meses de trabajo, ¿qué puede decirnos de cara a estas fechas?

Creo que, por mucho que nos duela, por mucho que estas fechas tengan un valor emocional muy alto, y por duro que haya sido este año, todos sabemos, sin necesidad de que nos lo diga nadie, que lo mejor es que evitemos las reuniones tanto con familiares como con amigos. Debemos hacer el esfuerzo de entender que el día 24 de diciembre tiene las mismas 24 horas que el 15 de mayo y que somos nosotros los que le damos ese valor añadido; y se lo damos porque es un momento en el que nos juntamos con nuestros seres queridos. Pero lo más importante ahora mismo es protegerles y protegernos. Tenemos la suerte de poder decidir no reunirnos. Tenemos la suerte de que dependa de nosotros reducir el riesgo de contagio. Aprovechémosla.

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