Con táper a la escuela: medidas higiénicas

La posibilidad de comer de táper en algunas escuelas catalanas abre un debate sobre cómo solucionar ciertos aspectos para la seguridad de los alimentos
Por Marta Chavarrías 27 de junio de 2012
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Imagen: Taiyo FUJII

El Gobierno catalán tiene previsto aprobar, para el próximo curso escolar, recomendaciones para el uso del táper en las escuelas, una práctica no regulada y que ha empezado a tener seguidores en los colegios catalanes. El aumento de esta práctica deja abiertos ciertos aspectos que necesitan soluciones para garantizar la seguridad de los alimentos, así como cuál sería la infraestructura necesaria, como la disposición de neveras y microondas, o quién sería el responsable en caso de intoxicación. Seguir unas buenas prácticas de higiene durante la preparación de la comida y en las fases posteriores es fundamental para evitar toxiinfecciones alimentarias, sobre todo, desde que se prepara la comida en casa hasta que se come en la escuela.

Buenas prácticas de higiene con táper

Llevar el táper a la escuela obliga a tomar medidas de higiene muy concretas para evitar contaminaciones e intoxicaciones indeseadas. El táper, se utilice en un lugar u otro, implica un riesgo que debe evitarse con ciertas pautas de manipulación y elaboración. Lavarse las manos y mantener los utensilios limpios son dos medidas primordiales para impedir la contaminación de la comida. Otra de las necesidades es disponer de un espacio habilitado para ello, en el que estén disponibles neveras para conservar la comida hasta el mediodía y microondas para calentarla.

El número de escuelas catalanas que han permitido hasta ahora, justo finalizado el curso, el uso del táper para llevar la comida era muy limitado. Solo las privadas o concertadas ofrecían esta posibilidad. Sin embargo, de cara al próximo curso escolar, la Generalitat catalana tiene previsto autorizarlo al resto de escuelas. Los alumnos de primaria podrán llevarse la comida de casa a la escuela. Esta alternativa a los clásicos comedores escolares abre nuevos interrogantes que solucionar. La alternativa del táper obligará a cubrir vacíos en el ámbito de la seguridad alimentaria, como ofrecer neveras para mantener la comida a la temperatura adecuada hasta su consumo.

La cadena del frío es uno de los principales aspectos que deben tenerse en cuenta para una mayor seguridad para una comida de táper

La cadena del frío es uno de los principales aspectos que debe tenerse en cuenta, por lo que si no se dispone de neveras, deben incluirse en el menú alimentos que aguanten bien los cambios de temperatura. Si se menosprecia la cadena del frío y la necesidad de mantenerla en cada una de las fases, se verá alterada la seguridad y calidad del alimento, de ahí que sea tan importante proteger este proceso, que ayuda a detener la actividad de los microorganismos.

El envase juega también un papel decisivo en la seguridad. Uno de los aspectos más representativos es la capacidad térmica del táper, que mantiene los alimentos a temperatura adecuada durante más tiempo y protege de posibles enfermedades de transmisión alimentaria. Estos envases son útiles, sobre todo, para los alimentos más sensibles, como el yogur, que pueden estar un máximo de dos horas a temperatura ambiente.

Comida de táper, de casa a la escuela sin riesgos

Desde el momento en que se elabora la comida hasta que se consume pueden pasar unas cuantas horas, decisivas en la seguridad de los alimentos. Para evitar toxiinfecciones alimentarias durante este proceso, después de la preparación de la comida debe evitarse introducirla caliente en el frigorífico y esperar a que se enfríe a temperatura ambiente. Cuando se ha enfriado, puede mantenerse en la nevera bien tapada.

En el colegio, la posibilidad de llevar el táper implicará contar con microondas para calentar la comida y otras necesidades higiénicas o de salud, como en el caso de las intolerancias y alergias alimentarias. Si se calienta la comida en un microondas, debe tenerse en cuenta que en ocasiones pueden quedar puntos fríos, a los que no llega bien el calor y, por tanto, se acentúa el riesgo de contaminación microbiana. Es importante prestar especial atención a este aspecto e intentar dar un calentamiento homogéneo.

En la escuela, deberá comerse en un lugar específico para ello y evitar las zonas que no estén destinadas de forma específica para comer. Si se utilizan espacios donde se realizan otro tipo de actividades, aumenta el riesgo de contaminación por la presencia de sustancias nocivas.

MICROONDAS Y SEGURIDAD DE LOS ALIMENTOS

Uno de los electrodomésticos más utilizados cuando se come de táper es el microondas, sobre todo cuando se opta por comida que debe calentarse. No obstante, los microondas son seguros y útiles bajo ciertas medidas de manipulación. Deben mantenerse en buen estado para evitar fugas indeseadas, por lo que debe asegurarse que la puerta cierra bien y las juntas están limpias, y hay que tener en cuenta que no todos los alimentos se calientan de manera uniforme, ni todos los microondas tienen la misma capacidad de calentamiento.

El proceso de calentamiento dependerá también de factores como la cantidad de agua y la densidad de los alimentos. Cuanto mayor es la pieza que se caliente, mayor dificultad y, por tanto, la cocción sería desigual, lo que puede conducir a riesgos si ciertas zonas no se cocinan lo suficiente. El calor debe distribuirse de forma completa en los alimentos. Otro de los factores determinantes para cocinar con microondas son los envases. Solo deben utilizarse los envases que contienen materiales adecuados para ello. Ni el plástico ni el metal son recomendables.

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