Control global para la melamina

Una iniciativa prevé fijar un estándar internacional para controlar la melamina en alimentos y evitar nuevas contaminaciones
Por Marta Chavarrías 19 de mayo de 2010
Img laboratorio

En 2008 se activaron los protocolos de alerta alimentaria internacionales tras la detección de melamina en leche procedente de China. Entonces, los responsables en salud y seguridad de los alimentos de todo el mundo, a través de los organismos de control (OMS y FAO), pidieron que se adoptaran todas las medidas de seguridad para garantizar la inocuidad de los alimentos. A pesar de que los trabajos para eliminar estos productos han sido muy intensos desde entonces y aunque China acaba de confirmar que ya ha eliminado y destruido los productos contaminados, continúan las iniciativas para un mayor control de esta sustancia. Expertos de todo el mundo, dirigidos por la Autoridad de Seguridad Alimentaria de Nueva Zelanda, analizarán nuevas medidas para controlar el límite máximo en alimentos y dotar a los gobiernos de las herramientas necesarias para luchar contra la adulteración deliberada de productos.

Imagen: Rubén García / Consumer Eroski

La melamina es una sustancia química que se utiliza para fabricar plásticos, pegamentos, adhesivos o filtros comerciales. Su presencia en los alimentos es indeseable. La primera vez que se detectó un problema relacionado con esta sustancia fue en 2007, cuando se descubrió el concentrado de proteína en Estados Unidos en comida para animales domésticos procedente de China. En 2008, la sustancia se detectó en leche infantil elaborada en el mismo país, que se exportó a todo el mundo. Entonces, se añadió la sustancia a leche cruda para aumentar el contenido proteico. En animales, los efectos se traducen en la formación de «cristales» que pueden dar lugar a cálculos de riñón.

Acción global

Las acciones emprendidas para el control de esta sustancia han sido numerosas en todo el mundo. La mayoría se centran no sólo en evitar y controlar casos de adulteración como el descrito, sino también en prevenir la contaminación a través de la migración de la sustancia en contacto con materiales o del ambiente, ya que en ocasiones su presencia es casi inevitable. Además de desarrollar herramientas de detección más específicas capaces de dar con la sustancia en cantidades muy pequeñas, es necesario establecer un «límite máximo internacional» común a todos los países.

La EFSA reduce la ingesta diaria admisible de melamina en un 60%

El Comité del Codex Alimentarius, que fija estándares internacionales en temas relacionados con los alimentos para 183 países, tiene previsto formalizar este «estándar». Hoy en día, la ingesta diaria tolerable (IDT) está fijada en 0,2 mg/kg de peso corporal que, según la OMS, supone para una «persona de 50 kilos, una cantidad tolerable de 10 mg de melamina al día». Países como Canadá, en cambio, fijan el nivel en 0,35 mg/kg.

En esta misma línea de control de la sustancia, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) acaba de reducir en un 60% la ingesta diaria admisible (IDA), hasta 0,2 mg/kg de peso corporal, frente al 0,5 fijado hasta ahora en la UE. Esta cifra, que coincide con la que propuso en 2008 la OMS, responde a las nuevas investigaciones realizadas, según las cuales esta sustancia podría tener efectos perjudiciales sobre el riñón en cantidades más bajas de las que se suponían hasta ahora. Uno de los riesgos está en que pequeñas proporciones de melamina pueden migrar a los alimentos procedentes de materiales como plásticos. Pese a todo, los datos de la EFSA determinan que la exposición a través de alimentos está, en la mayoría de los casos, por debajo de esta IDA, aunque ello no exime de que deban revalorarse en la UE los límites para la migración de esta sustancia si se tiene en cuenta que los alimentos no son la única fuente de exposición.

Detección más rápida

Un grupo de investigadores de la Universidad de Miami acaba de presentar uno de los últimos trabajos realizados para el control de melamina en alimentos. Su investigación ha dado con un método de detección de la sustancia en leche más rápido y económico que los sistemas utilizados hasta ahora. El control de melamina en alimentos adulterados todavía es, aseguran los expertos, un tema de «preocupación mundial».

Con el nuevo hallazgo, en menos de 15 minutos se puede conocer si se ha utilizado o no melamina para elaborar un producto. El primer paso consiste en separar la caseína de la leche, ya que ésta puede interferir en la detección. A continuación, se añaden nanopartículas de oro, cuya interacción con la melamina provoca un cambio de color, que es el indicador de que se ha utilizado o no la sustancia. Los expertos esperan que en un futuro se pueda desarrollar un kit comercial que permita detectar la melamina en alimentos de forma rápida, de aplicación amplia y útil en el trabajo sobre el terreno para convertirse así en un método alternativo a los controles que se aplican en el laboratorio.

SEGURIDAD GLOBAL PARA RIESGOS GLOBALES

Las enfermedades transmitidas por los alimentos constituyen un riesgo para la seguridad global de la salud. En una reciente reunión celebrada por expertos de la OMS, se ha puesto en evidencia que alarmas que implican productos químicos, como la melamina o las dioxinas, y contaminantes microbianos, como patógenos, son algunos de los principales problemas de alcance mundial. De ahí que las soluciones que se planteen sean también de alcance global. Un informe de la organización sanitaria admite que la presencia de patógenos y contaminantes en alimentos “traspasa fronteras”, lo que significa que las enfermedades transmitidas por alimentos son una “amenaza global para la salud pública”.

Puesto que las enfermedades transmitidas por alimentos no saben de “límites nacionales”, la OMS considera que los esfuerzos por combatirlas deben hacerse desde la coordinación de gobiernos y los distintos sectores implicados para reducir “la incidencia a medio y largo plazo”.

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