Cada día, un cuarto de consumidores de EEUU de más de 20 años recurre a la comida rápida y a los refrescos dulces, según constata un estudio realizado por expertos del Servicio de Investigación Agrícola (ARS, en sus siglas inglesas) de EEUU.
El estudio constata que las personas que optan por la comida rápida consumen cantidades sustancialmente más altas de calorías, grasas, carbohidratos, azúcares agregados y proteínas que los que no recurren a este tipo de dieta. Las personas encuestadas han demostrado tener un punto medio más alto del índice de masa corporal y más probabilidad de sobrepeso, aseguran los responsables del estudio, dirigido por el especialista en nutrición Shanthy A. Bowman, del Centro de Investigación de Nutrición Humana, en Beltsville.
La comida rápida no incluye casi nada de leche, ni frutas, componentes esenciales de nutrientes. Según los expertos, consumir comidas rápidas durante dos días ha reducido el consumo de vitaminas A y C, carotenos, calcio, fósforo y magnesio. Trabajos anteriores a este han demostrado que el número de restaurantes de comida rápida en EEUU ha aumentado de forma significativa en los últimos 25 años.
Los investigadores concluyen que planear las comidas para toda la semana y usar un plan para comprar los alimentos necesarios podría ayudar a los consumidores a abandonar la opción de la comida rápida y optar por otros caminos mucho más saludables, informa el ARS.